El médico no recetó ninguna medicina al final, simplemente dijo:
—Trata de enojarte menos en el futuro, enojarse es perjudicial para tu salud.
Después de escuchar las palabras del médico, Luo Haotian bufó fríamente, se levantó y se fue del hospital. Estaba a solo tres paradas de casa, y como no hubo retrasos en el hospital, el viaje de ida y vuelta tomó poco más de cuarenta minutos.
Todos pensaron que Ning Xueling había ido a un baño público externo, así que nadie preguntó por ella.
Luo Siyuan se acercó y vio a su hermana menor ocupada en la cocina, dijo con una risita:
—Nos espera una delicia esta noche.
Zhou Guifang lo molestó:
—¿Qué, la comida que hizo la Abuela antes no estaba sabrosa?
Luo Siyuan puso sus manos en los hombros de su abuela y se corrigió rápidamente:
—¿Cómo podría ser eso? Quise decir que la cocina de Qiaoqiao es tan deliciosa como la de nuestra buena abuela, así que todos estamos de enhorabuena esta noche.
Zhou Guifang se rió y dijo:
