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En el camino, Luo Qiao no dejaba de pensar que las clases ya habían comenzado y que necesitaba encontrar tiempo para visitar la escuela secundaria de la comuna para ver si podía resolver su problema escolar.
No sabía si sería posible asistir solo a los exámenes y saltarse las clases regulares, pero una vez que la tierra le fuera asignada, tendría más control sobre su tiempo.
Cuando llegó al campo, la esposa del líder de la brigada, Qiao Lianlian, ya estaba allí y le hizo señas a Luo Qiao para que trabajara a su lado.
Qiao Lianlian no había dejado de elogiar a Luo Qiao ante su marido desde la hora de comer; de verdad, esta joven era realmente simpática y seria, lo que la hacía bastante entrañable.
Esa tarde, mientras trabajaba, Luo Qiao aprendió bastante sobre los asuntos de la aldea al charlar con la Tía Gao.
