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Todas las miradas vagaban por los tres niños sentados tranquilamente detrás de Mianmian, completamente carentes de presencia. Algunas personas también miraban al gato, al perro y al pollo que ocupaban dos cojines.
En efecto, Bai Bai y los demás habían seguido y estaban pretendiendo escuchar muy seriamente mientras yacían en los cojines.
En este momento, con Mianmian siendo el centro de atención, Bai Bai había cambiado de estar acostado a sentarse, con sus redondos ojos de lobo fijos en el Maestro Yong Hui, reflexionando sobre cómo lidiar con él.
—¿Zombis de animales?
—No parecen serlo, creo que son los otros tres niños.
—Ellos tampoco lo parecen, su piel es clara y sus rostros son tiernos. Parecen niños normales.
Algunas personas solo discutían, mientras que otras actuaban de manera más directa, acercándose sigilosamente a Ying Miao y usando un Espejo del Cotilleo en ella.
