El Rancho no podía estar sin vigilancia, así que se organizaron drones para patrullar y filmar. Su Chenzhou temía que los drones pudieran perderse puntos ciegos, por lo que diseñó pequeños monitores en forma de hámster.
Estos ingeniosos aparatos estaban colocados en los bordes de cada pista en el Rancho, grabando videos dinámicos desde abajo hacia arriba, con una claridad muy alta.
La vigilancia necesitaba estar registrada, y las máquinas tenían que provenir de un canal oficial. Ese canal era la Compañía de Tecnología de Su Chenzhou, asegurando que todos los monitores estuvieran conforme a las normas.
Al mismo tiempo, los invitados en el Rancho eran conscientes de la vigilancia.
Pero lo que ellos sabían era solo sobre los drones; los pequeños hámsters casi nunca se mostraban, y no había necesidad de que lo hicieran.