—¿Por qué tu hermano tiene tanto miedo? —preguntó Mianmian a Ding Yao—. ¿Es muy difícil montar este caballo?
—Es muy difícil —Ding Yao frunció el ceño—. Nunca se somete a su jinete, siempre los tira al suelo. Escuché que varios que firmaron acuerdos para desafiar a domesticarlo terminaron en la Unidad de Cuidados Intensivos, y algunos no pudieron salvarse y murieron.
—Tengo que persuadir a mi hermano, persuadirlo de que renuncie a montar este caballo. No puedo ver a mi hermano hacer algo tonto y lastimarse. Ganar dinero es importante, pero la vida es más importante.
—No te preocupes, tu hermano no tendrá problemas, deja este asunto en manos de Mianmian —dijo Pequeño Bollo.
—Pequeña Tía, ¿quieres ayudar a mi hermano? Pero, pero mi hermano siempre dice que tu familia no es buena.