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Mianmian aún tenía algo que decir, pero se contuvo. De hecho, quería realizar un ritual para liberar al Hada Fénix.
Pequeño Bollo lo pensaba en su corazón pero no lo decía en voz alta, temiendo que el Hada Fénix se decepcionara.
Mientras contemplaba cómo proceder, escuchó las voces de Cui Liang y Zhou Jing: "Pequeña Tía, ¿por qué no le das un respiro al Hada Fénix?"
Mianmian levantó la vista hacia la pareja y apretó los labios firmemente sin hablar.
Pensando que Mianmian estaba disgustada, las caras de la pareja se tornaron un poco incómodas. Cui Liang incluso se disculpó apresuradamente: "Lo siento, lo siento, Pequeña Tía. Somos solo personas comunes, no entendemos las reglas."
Mianmian los ignoró a ambos, solo pidiéndole a Su Chenjin que la bajara al suelo.
Al aterrizar, Mianmian siguió las cadenas invisibles en el cuerpo del Hada Fénix hasta donde comenzaban.
