Hermana Wan llevó a Niuniu al frente del todo, las dos jovencitas tomando posiciones privilegiadas, observando con gran deleite al potrillo alimentarse.
—De acuerdo entonces, vamos a darle un nombre al potrillo.
Maodou y Heidou aplaudieron con sus pequeñas manitas de alegría, expresando su acuerdo en voz alta.
—Hermana, ¿qué nombre le daremos al potrillito? —El Pequeño Príncipe también estaba interesado, pensando en un nombre con ojos brillantes.
—Jujube Amarillo —Su Qingluo respondió sin levantar la cabeza mientras limpiaba al potrillo.
Se hizo un momento de silencio en el establo.
—Uno Gris, Dos Gris, Tres Gris, Huya, Jujube Amarillo —En efecto, era el estilo de Su Qingluo para nombrar.
—Pfft —El Pequeño Príncipe no pudo contenerse y soltó una risita, cubriéndose la pequeña boca.
—Hehe —La pareja, Su Hu, adoraba a su pequeña hija y no pudo evitar reír.
—¿Qué, no suena bien? —Su Qingluo notó que algo estaba mal y levantó la cabeza de forma inconsciente.