—¿A dónde acabas de ir? ¿Te duele el estómago? —Lin Jinyu levantó la vista, algo sorprendido por él, luego bajó la cabeza para seguir ojeando un libro.
—Hablo en serio, ¿no te acuerdas? —Los ojos de He Yao vagaron, continuando con la investigación—. Hubo un tiempo en que estabas deprimido y siempre decías que el Orbe no se parecía a tus padres, tenía mal carácter, y no te gustaba, no querías que ella fuera tu hermana.
—¿Comiste demasiado? Vete al baño y arréglalo. —A Lin Jinyu le molestaba que él perturbara su ambiente de lectura.
—No estoy lleno, estoy hablando en serio. —He Yao estaba decidido a no darse por vencido, colocando su mano frente a su línea de visión.
—¿Qué quieres? No paras de hablar sin llegar al punto, ¿no te resulta molesto? —Lin Jinyu cerró el libro, levantando la cabeza impotente.