—Hermano, no te preocupes por montar con Yin'er aquí.
Su Qingluo estiró su tierna y pequeña mano con una sonrisa, señalando al pequeño martín pescador que estaba en la cabeza de Viento Negro.
—Pío pío.
El pequeño martín pescador pió en sincronía, levantando orgullosamente la cabeza, sus redondos y curiosos ojos lo miraban fijamente.
Parecía estar despreciando a este torpe muchacho que no sabía montar un caballo.
—Uh.
Las mejillas de Su Zixuan se pusieron rojo ardiente, sentirse despreciado por un pájaro no era para nada agradable.
—Hermano, vamos a casa, Qingluo tiene hambre.
Al escuchar la suave y tierna voz de su hermana, Su Zixuan apretó los dientes y subió al caballo con determinación.
Tal como había dicho su hermana, Viento Negro esta vez no lo derribó sino que obedientemente bajó la cabeza, permitiéndole subirse a su lomo.
Su Zixuan se sintió aliviado y no pudo evitar mirar al pequeño martín pescador.
—Pío pío.