Sun Yuwei y Su Qingluo tenían una profunda amistad, ya que se conocían desde niñas y habían formado un vínculo estrecho.
Siempre había habido tratos comerciales entre la Cervecería de la Familia Sun y el Clan Su, por lo que la Señora Sun llevaba a su hija a visitar al Clan Su cada vez que había festivales o celebraciones, llevando regalos.
Como amigas y por principio, Su Qingluo nunca podía ignorar la salud de la Señora Sun.
Después de recibir una carta de Sun Yuwei anoche, decidió salir temprano esta mañana para visitar el Condado de Mingshui.
—Tu cuñada es débil y usualmente se levanta tarde de la cama. Aún podría estar en la cama a esta hora.
Su Qingluo llegó temprano, y la Segunda Tía Lin miró al cielo oscuro y sacudió la cabeza con una sonrisa.
—Bueno, tengo cosas que hacer hoy y necesito ir al Condado de Mingshui. Como mi madre aún no se ha despertado, no la molestaré. La visitaré de nuevo después de regresar de la ciudad del condado mañana.