En este momento, Su Qingluo ya se había acercado al joven guapo, inclinó su cabecita hacia arriba y le pasó una botella de jade blanco que contenía una píldora espiritual con una sonrisa inocente en su rostro.
—Hermano mayor, dentro hay una Píldora Corazón Claro. Es muy efectiva cuando te sientes mal.
Su sonrisa pura y dulce era conmovedora.
El joven guapo inconscientemente apretó la botella de jade blanco, se agachó para alinear su mirada con la de ella. Su voz profunda llevaba un tono gentil que él mismo ni siquiera había notado.
—Hermanita, ¿por qué me das esta medicina?
—El hermano mayor está enfermo y necesita medicación.
Su Qingluo parpadeó, respondiendo seriamente.
El aliento del joven guapo vaciló por un momento:
—¿Puedes decir que estoy enfermo?
—Sí.
Su Qingluo asintió seriamente.
—Está bien, gracias, hermanita.
