—En el futuro, dile a tus dos hijos que tengan más cuidado con sus ojos y que no provoquen a personas que no deberían provocar.
—Sí.
El Jefe Escolta Wang tenía la respiración constreñida y no se atrevía a respirar con fuerza.
—Estarás a cargo de proteger el convoy de comerciantes que va a la Región Occidental en un mes. El viaje es largo, y tomará al menos medio año ir y volver. Organiza tus asuntos familiares antes de partir —Luo Zhan asintió satisfecho.
—Sí.
Una capa de sudor frío cubría la frente del Jefe Escolta Wang, y en su corazón, había maldito innumerables veces a sus inútiles hijos.
De todas las personas, tenían que provocar a alguien importante para el Maestro del Pabellón.
Ahora, su propio padre tenía que sufrir las consecuencias y ser enviado a la Región Occidental.
—Chirp chirp.
Pequeño Martín Pescador estaba sobre los aleros, escuchando la conversación entre los dos en la esquina del muro, todo entrando en sus oídos.