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Pequeño Mantou y Pequeño Ginseng tiraban de la atrevida Lotus, quien quería sumergirse.
—¡Kya! —gritó Lotus—. ¡Suéltame! ¡Suéltame! Lotus intentaba liberarse del agarre de los dos.
Un rayo impactó contra algunos de los barcos abajo, causando una cadena de explosiones.
Los pétalos del Pequeño Loto temblaron. Rápidamente, se agachó y desechó la idea del rescate. —Kya. —murmuró Lotus—. No importa. Confío en que Mamá estará segura y mantendrá al hermano guapo a salvo.
Pequeño Mantou y Pequeño Ginseng que vieron la expresión de Lotus cambiar en un instante pusieron los ojos en blanco.
Shivani recordó su promesa y escoltó a los tres a las cubiertas inferiores. Los tres fueron muy obedientes y siguieron a la hermana grande azul.
—Refúgiense —dijo rápidamente Shivani y hizo que las ninfas marineras maniobraran el barco, evitando ser alcanzados por un rayo.