Después de que los Zorros Ancianos del Clan Celestial se marcharon, Pequeño Mantou estaba encantado. Empezó a correr y a brincar por el territorio en un estado de ánimo festivo.
Li Chunhua lo miró, mientras Siri miraba a su Maestro. —Maestro, casi te matan. ¿Por qué los dejaste ir tan fácilmente? —hizo la pregunta en un tono ligeramente enojado. Sus cejas se fruncieron, haciendo que su semblante se volviera ligeramente más agudo. Si no fuera por ser clanes del pequeño zorro, Siri habría impuesto un castigo más severo a esos audaces zorros que se atrevieron a herir a su maestro.
Li Chunhua se giró antes de responder —¿Quién dijo que los dejaría ir? —si fuera cualquier otra persona, estaría muerta.
Li Chunhua recordó la fuerza del ataque y se palpó el pecho aliviada. Si no fuera por el qi que la protegía o debido a sus estadísticas ridículas, probablemente habría sufrido heridas o incluso habría perecido.
