Al darse cuenta de que el remitente de las entregas por correo aéreo era su Maestro, Siri ordenó a los nativos construir cuatro corrales.
Al ver los monstruos de nivel 5 y superior, los nativos, excepto Fern, temblaban y se escondieron detrás de Siri.
Siri se masajeó las sienes y llamó al gorrón Pequeño Mantou y a la pasante contable Elga para que vigilaran primero el ganado, evitando que lastimaran a los residentes en probación. Mientras tanto, él y Pequeño Ginseng trasladaban las plantas, arbustos, cultivos y árboles detrás de la residencia principal al invernadero.
Tras liberarse de la tortura mental, Elga aceptó de inmediato. Pequeño Mantou era perezoso y no quería moverse, pero cuando el Elfo dijo que no podría almorzar, el zorro glotón se energizó.
Con la ayuda de estos dos y Fern desde un costado, los nativos construyeron cuatro corrales al lado del recinto de los cocodrilos, con medio metro de distancia entre ellos.