La conversación entre Li Chunhua y Siri se prolongó por media hora antes de que decidieran postergar la cuestión para el día siguiente.
La lluvia ligera continuó durante tres horas más. Había pocos monstruos que quisieran atacar el territorio y que fueron detenidos por la zanja.
Solo podían gruñir a la presa colgada en el árbol. Huo Yan estuvo croando toda la noche pidiendo ayuda, pero nadie vino a su rescate, excepto por un zapato de lona blanco embarrado que le golpeó la cara, dándole un beso de buenas noches.
Con el regreso del silencio, Li Chunhua volvió a su cama y tuvo una buena noche de sueño. Nombres de alimentos le salieron de la boca toda la noche y los dos shotas no pudieron soportar el ruido e intentaron taparle la boca con una tela, pero el sistema de seguridad innato de Li Chunhua se activó, causando que los dos sufrieran de mordiscos.
