Mo Qishen llegó rápidamente al Restaurante de Fideos de Ni Yang.
Cuando llegó, era la hora del almuerzo y el restaurante estaba lleno de clientes.
Mo dejó su bicicleta afuera y entró. Naturalmente empezó a ayudar a Ni Yang sirviendo fideos y tomando pedidos. No intercambiaron ni una palabra, y aun así su coordinación era impecable.
Muchos clientes habituales ya habían reconocido a Mo —Xiaomo, ¿hoy estás ayudando en el restaurante otra vez?
Mo sonrió y dijo —Sí, tía Yin, ¿va a tomar sus Fideos de Verduras Encurtidas habituales con una taza de té con leche hoy?
Tía Yin asintió feliz —Exactamente.
—Xiaomo, yo también tomaré un tazón de fideos y una taza de té con leche.
—Está bien.
Por un momento, la popularidad de Mo era casi equiparable a la de Ni Yang.
—Xiaomo —dijo una mujer de mediana edad con aretes dorados—, ¿puede la tía hacerte una pregunta?
Mo respondió educadamente —Por supuesto.
La mujer de mediana edad continuó —Xiaomo, ¿ya te has establecido?
—Todavía no.
