—Ni Chengui revolvió con su cuchara, sorprendido al ver los gránulos negros dentro —Yangyang, ¿qué es esta cosa negra? —No había visto algo así cuando lo bebía en Mongolia Interior.
—Ni Yang le explicó —Son perlas de tapioca, hechas de harina de yuca.
—¿Se puede comer? —preguntó Ni Chengui.
—Sí, se puede —asintió Ni Yang.
—Ni Chengui tomó un sorbo con su cuchara y fue recibido por una rica fragancia láctea, seguida de un fresco aroma a té y un sutil olor frutal, todo permaneciendo en la boca por mucho tiempo.
—Las perlas de tapioca eran masticables, con una textura realmente agradable, similar a la de los caramelos de frutas pero mucho más sabrosas.
—¡Era mucho más sabroso que el té con leche que había probado en Mongolia Interior!
—La cara de Ni Chengui estaba llena de sorpresa.
—Al ver la reacción de Chengui, Cuihua supo que el té con leche debía ser bueno, así que inmediatamente cogió su taza y tomó un sorbo.
—¡Delicioso!
—De hecho, el sabor no la decepcionó.