—¡Detengan el avión! —Evelyn insistió de nuevo y Juan se apresuró a seguir su orden. Por suerte, los pilotos todavía se estaban preparando para despegar y se detuvieron bajo la petición de Juan.
—Sé que también puedo estar equivocada, pero quedémonos hasta que la saquen de ahí. Por favor... —Evelyn rogó, con el corazón dolorido. El edificio, la celda donde estaba encerrada Gracia, gritaba peligro y ella solo podría estar tranquila cuando la sacaran de ese infierno.
Zevian suspiró en voz alta y asintió en respuesta. Kiana sonrió emocionada, aplaudiendo felizmente. —¡Sí! ¡Vamos a ver a la abuela primero! —murmuró, llenando el jet de esperanza con su voz.
Rita sacó su teléfono y llamó a Damien para informarle de la sospecha de Evelyn. Ella también esperaba que fuera cierto, ya que todo saldría genial. Nadie podría evitar que Sophia se vengara y, eventualmente, Evelyn finalmente podría vivir la vida feliz que se merecía.