Mientras tanto, en la sala de juntas de la empresa AWE, la tensión era tan pesada como el silencio. La pulida y vidriosa superficie de la mesa de la sala de juntas reflejaba las cejas fruncidas y las miradas penetrantes de los accionistas y clientes, cada uno visiblemente descontento. Hace apenas unas semanas, estas mismas personas habían estado llenas de elogios para Evelyn, colmándola de cumplidos y promesas de futuros tratos. Ahora, un escándalo había sido suficiente para destrozar completamente su confianza.
Un accionista se puso de pie, la voz cargada de desdén, y se volvió hacia Avery con una mirada impaciente. —Señorita Avery, si valora la compañía, necesita cortar lazos con Grace. Manténgala aquí y el futuro de AWE está acabado. Varios otros asintieron, murmurando en acuerdo, su desdén hirviendo en hostilidad abierta.