—¿Quién es él? —preguntó en italiano Benjamín con un gesto de disgusto al ver aparecer a Zevian.
—Mi esposo —respondió Evelyn con una sonrisa.
Ella miró a Zevian y puso su mano libre sobre su puño, señalándole que se calmara. Zevian la miró, y cuando sus ojos se encontraron, su expresión se suavizó, escapando un suspiro de sus labios. Todos en la habitación, incluido Benjamín en el teléfono, observaron atentamente su interacción. Había oído que ella se había casado por conveniencia, pero no parecía ser así en absoluto. La manera en que Zevian se calmó con solo una mirada suya hizo que Benjamín estuviera bastante seguro de que este hombre amaba a Grace, y su nieto no tenía ninguna oportunidad.