Sophia sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies con sus palabras, con la manera en que él se dirigía a Evelyn. No... Esto era peor que una pesadilla.
—¿Por qué debería? —respondió ella con brusquedad, su frustración apenas oculta en su voz. La gente que los rodeaba parecía reírse internamente, sus expresiones se burlaban de su fracaso. Las grietas en su dulce fachada comenzaron a mostrarse, revelando sus crudos y viles pensamientos.