La boca de Evelyn se abrió sorprendida ante las palabras de Kiana. Miró a Natalie a su lado y luego de vuelta a Kiana, sin saber si su hija estaba hablando en serio ahora. Por la manera en que su mejor amiga, Avery, siempre discutía con Damien, pensó que terminarían juntos, pero parecía que su suposición fue equivocada. ¡Muy equivocada!
—¿De qué están hablando? —preguntó Elias con el ceño fruncido.
—Los extraño tanto —murmuró Kiana con un puchero, sus pequeñas manos envueltas firmemente alrededor del cuello de Evelyn.
—Aww, ¡yo también! —respondió Evelyn, abrazándola de vuelta con una mano.
—¿De verdad? —preguntó Kiana, rompiendo el abrazo.
—Pero pronto volveremos a casa. ¡Lo prometo! —Acariciando su cabeza suavemente, agregó Evelyn.
—Pero el Abuelo Will dijo que es mejor si te quedas aquí unos días más —murmuró Kiana con un puchero.
Evelyn parpadeó confundida y miró a su hermano parado al lado de Natalie.
—Ella ha estado con nosotros desde ayer —dijo Elias, sonriendo.