—Sophia —dijeron Damien y Evelyn, intercambiando miradas, sus ojos intensos mientras ambos lo pronunciaban casi al unísono.
Avery, que estaba cerca, intercambió una mirada con el asistente de Damien, ambos sumiéndose en sus propios pensamientos, dándose cuenta de que Sophia parecía la candidata perfecta como la mente maestra detrás de todo. A menos que hubiera otros enemigos que buscaran destruir a William, pero Evelyn lo dudaba. Su padre siempre había mantenido relaciones limpias y amistosas con todos, excepto con ella.
—Investigaré más a fondo sobre esto —rompió el silencio Damien con firmeza.
—Visitaré la mansión Wright mañana. Tal vez pueda encontrar más pistas sobre Sophia —asintió Evelyn con determinación en sus ojos.
El grupo intercambió acuerdos y Damien ofreció:
—Se está haciendo tarde. Te llevaré a casa de Zevian. No deberías conducir sola a esta hora.
Avery cruzó sus brazos y soltó un bufido.
—No, gracias. Podemos arreglárnoslas