Natalie sintió que su mundo giraba, la habitación se inclinaba de manera incontrolable mientras miraba a Dominic, pálido con la cabeza cubierta de vendas. Su voz, tan familiar pero distante, enviaba ondas de choque a través de ella, haciéndole imposible respirar.
¿Solo recuerda su tiempo en Aracemia? Las palabras resonaban en sus oídos, una y otra vez, como una broma cruel. No su tumultuosa historia completa, no el dolor ni la traición, solo... los tiempos iniciales y más dulces. Un tiempo cuando las cosas eran más simples, un tiempo antes de que todo se derrumbara.
—¿Cómo puede solo recordarla a ella? —la furia de Sabrina era palpable, sus ojos se estrechaban mientras parpadeaban de Dominic a Natalie. —¿Acaso no sabe quién más estuvo aquí por él? ¿Quién más luchó por él todo este tiempo?