—La sonrisa burlona de Sophia se ensanchó mientras el cuerpo de Annabelle temblaba bajo su agarre —enderezándose, le dio una palmadita en la cabeza y murmuró:
— Descansa bien, puede que tengas un vuelo largo mañana.
—Annabelle apretó los dientes, y por mucho que quisiera usar esta carta en una ocasión aún más grande, Sophia tenía la culpa de forzarla a sacarla. Abriendo su teléfono, comenzó a reproducir el video que había capturado hace casi unos meses en el hospital.
—Sophia, que estaba en la puerta, frunció el ceño al escuchar su voz, los siguientes sonidos de gemidos la hicieron agarrar con fuerza la manija de la puerta. Se dio la vuelta horrorizada solo para ver a Annabelle sonriéndole con burla, mostrando un video en su teléfono.
—¡Oh, Rick! ¡Más fuerte, cariño!
—¡Ah, ah, estoy a punto! —el rostro de Sophia se puso pálido al ver el video sin censura capturado a distancia, sus rostros lo suficientemente claros para que cualquiera pudiera identificarlos fácilmente.