Evelyn despertó lentamente en su sueño, envuelta en el calor de las suaves sábanas del hotel, mezclándose con el calor que irradiaban los fuertes brazos que la rodeaban firmemente por la cintura. Sus pestañas aletearon contra sus mejillas mientras abría los ojos, tomando conciencia de la tenue luz de la lujosa habitación.
Parpadeó, su corazón saltó un latido al sentir el sólido cuerpo de Zevian presionado contra ella por detrás, su brazo enlazado alrededor de su cintura como si estuviera protegiéndola incluso en sueños. Se encontraba cerca, demasiado cerca. Un suave jadeo escapó de sus labios al darse cuenta que no llevaba nada más que una bata de baño, y su cuerpo se tensó alarmado. ¿Qué... qué pasó anoche?