Una familia de tres caminaba por el embarrado camino cubierto de nieve, presentándose como una imagen pintoresca para los demás.
El hombre era alto y fornido, mientras que la mujer era pequeña y elegante. Su regordete hijo, "Gordito", era especialmente notorio con su rostro redondo y claro. La bufanda roja alrededor de su cuello flameaba en el viento, salvándolo del frío cortante.
—Xibao ha crecido tan bien, mírale qué gordito que está.
—Lu Jiang, en verdad estás bendecido, con una buena esposa y un hijo regordete. Deberías tratar bien a tu esposa mientras está en casa.
—Con el clima tan frío, ambos son bastante valientes al traer a Xibao afuera. ¿No temen que se resfríe?
Ese chisme constante era un compañero habitual en el camino.
Lu Jiang se reía de manera algo tonta, cuando de pronto se encontró con una apurada Miao Fengqin.