Durante la cena, Feng Qingxue no mencionó los incidentes que habían sucedido ese día porque no quería que los tres niños supieran. Guan Cheng y Lu Tianjun parecían compartir el mismo pensamiento, manteniéndose en silencio sobre el asunto. No fue hasta el día siguiente, cuando todos habían ido a la escuela o salido por sus tareas, bajo la luz del día en el establo, mientras alimentaba las mulas, que Feng Qingxue comenzó a revelar el asunto de la pulsera al Padre Lu.
Un destello de sorpresa pasó por los ojos del Padre Lu y exclamó:
—¿Cómo es posible?
—La Pulsera de Dragón y Fénix con el rubí incrustado debería haber estado con Miao Fengqin, ¿cómo podría aparecer en la ciudad? La familia Wang no estaba tan apurada como para tener que vender sus posesiones. No era ajeno al verdadero estado de la riqueza de Wang Zhengguo y sabía que Miao Fengqin no sería tan temeraria como para sacarla.
Feng Qingxue encontró esto muy extraño al escucharlo.
