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El 28 de junio lunar, Feng Qingxue fue despertada por el gorjeo de los pájaros fuera de su ventana. Al abrir la puerta, el cielo del este mostraba la primera señal del amanecer.
La brisa de la mañana temprano era suave, pero todavía insoportablemente caliente.
Al ver a su hermana menor aún sumida en un profundo sueño, Feng Qingxue dio una sonrisa tierna. Se tomó un momento para reunir su emoción y anticipación, y luego abrió el armario para revisar las semillas de girasol, el azúcar en bloque y los cacahuetes tostados que se habían preparado con mucha antelación.
Una boda es un evento único en la vida, nada de eso podría ser apresurado o improvisado.
Por lo tanto, la preparación de Feng Qingxue fue particularmente meticulosa. Ella había pedido a Jiang He que le pasara una parte de ellos a Lu Jiang en privado.
Anteriormente, había preguntado a su tío y tía sobre los preparativos del banquete de bodas. Su respuesta fue tanto esperada como sorprendente.
