—Esperar es un tormento.
—Contar los días que pasan, desde el amanecer hasta el atardecer, siempre parece extraordinariamente largo.
—Especialmente en este tiempo de espera, debemos enfrentar los rumores que han surgido debido a que Lu Jiang no ha enviado ninguna noticia en varios meses.
—Xiaoxue, la casa nueva está construida, no supondrás que su familia va a retractarse? —Feng Eryi estaba genuinamente preocupado—. Piénsalo, han pasado meses desde el Año Nuevo, y no ha habido ni un murmullo sobre Lu Jiang enviándote una carta.
—¿Por qué lo harían? La última vez que Ajiang me envió una carta, mencionó que le habían asignado una tarea y no podría comunicarse conmigo durante mucho tiempo! —Feng Qingxue notó que varios vecinos que descansaban habían aguzado los oídos y se rió a la fuerza—. Cuándo podrá escribir de nuevo, o cuándo podrá venir a casa, todo depende de las decisiones del país.