Cuando Lu Jiang regresó a su dormitorio, guardó cuidadosamente la carta, la encerró en el cajón y luego inspeccionó su ropa y zapatos uno por uno antes de ponerlos en el armario, seguido de almacenar el arroz, la harina y su frasco de reserva de aceite de chile.
En la carta, Feng Qingxue explicaba que a partir de ahora, al preparar las comidas, se podría mezclar un poco de aceite de chile en la sopa de col para que fuera tanto fragante como reconfortante.
Por último, Lu Jiang abrió las bolsas selladas de varios tamaños y quedó asombrado con el contenido. Quedó maravillado por las capacidades de Feng Qingxue y aún más curioso acerca de sus tácticas y métodos de recolección de recursos.