—¿¿?? —Gu Yundong.
—¡¡!! —Gu Yundong.
Ella giró la cabeza y lo miró sorprendida, preguntándose si lo había escuchado correctamente. —¿Qué—qué acabas de decir?
¿Será que estaba demasiado adormilada y alucinaba?
—Después de volver, encontraré a alguien para proponer matrimonio. ¿Qué te parece la Tía Zeng? Nuestras familias la conocen y vivimos uno al lado del otro. Si hay algo que no sepamos, ella nos lo recordará —repitió Shao Qingyuan.
Gu Yundong estaba segura de que esta vez no había escuchado mal, pero todavía parecía atónita.
Tras una larga pausa, lentamente se dio la vuelta y se sentó frente a él.
La garganta de Gu Yundong estaba un poco seca. Agarró la taza y quiso beber agua. Solo entonces se dio cuenta de que Shao Qingyuan parecía haber terminado el agua de la taza.
Alzó la vista hacia sus ojos brillantes y se dio cuenta de que él estaba incluso más nervioso que ella.
En serio...
