Gu Yundong fue a la residencia Liu. Debido a las instrucciones de Liu Wei, no la detuvieron al entrar.
Liu Wei estaba muy feliz de verla. Estaba aún más feliz de ver los 20 kilos de azúcar blanco. Lo tomó y estaba a punto de irse.
Gu Yundong no pudo aguantarlo más y lo pateó. —¿No acordamos diez días? Aún no es tiempo.
—¿Pero no son ya 20 kilos? —Liu Wei se sintió agraviado. Si contaba los kilos suficientes, podría lanzárselos en la cara a Tao Xing.
Gu Yundong reprimió secretamente la ira en su corazón. —¿Así que has olvidado el segundo punto que mencioné la última vez?
—¿El segundo punto?? —Liu Wei pensó por un momento y finalmente recordó. —¿Protector?
—Sí. —Gu Yundong lo miró ferozmente. —Voy a buscar a Qin Wenzheng ahora para testar sus intenciones. Tu hermano aún no ha ido a la escuela, ¿verdad? Encuéntrame una ropa limpia de sirviente.
—¿Por qué quieres la ropa del sirviente? —Liu Wei se sintió confundido.