La expresión de Xue Rong se tensó repentinamente. Él no sabía artes marciales, y su cuerpo era incluso un poco delgado.
Eran cuatro. Él solo podría contener a dos como máximo.
Si lo hubiera sabido antes, no habría permanecido callado, sino que habría dejado que el Abuelo Yu los despidiera.
Los cuatro ya los habían rodeado. —Señorita, no tenga miedo. Solo queremos dinero. Mire cuán difíciles son nuestras vidas. Déjenos algo de dinero y compre paz. ¿No es bueno que todos vivamos en armonía?
Xue Rong ya estaba preparado para la batalla. Le susurró a Gu Yundong sin mirar atrás, —Señorita, los contengo después. Corra rápido. Estamos cerca de la familia Yu. Corra hacia la familia Yu.
Gu Yundong se sostuvo la frente y rió. Le dio una palmada en el hombro a Xue Rong y miró a los cuatro. —Tengo algo urgente que atender. Es mejor que no me bloqueen el paso. De lo contrario, sufrirán si no me contengo.
