—Tío... Jiang, ¿qué ocurre? —preguntó Gu Yundong con una sonrisa.
—Acabo de pasar por el río y vi que tu madre se torció el tobillo. Había una señora ayudándola, pero parecía que no podía caminar con estabilidad, así que me pidió que viniera a tu casa para informarte —dijo Jiang Yongkang cuando la vio, inmediatamente suspiró aliviado.
—Gracias por venir a decírmelo —salio Gu Yundong apresurada.
—No es nada. No importa quién sea, ayudarían. Solo que soy un hombre y no puedo sostener a tu madre. Solo puedo ayudar haciendo recados —lideró el camino Jiang Yongkang.
Mientras hablaban, vieron a Shen Sitian y a la señora Yang acercándose con cuidado.
Shen Sitian había ido al río a lavar ropa. Ahora vivía con la familia Gu. Aunque Gu Yundong la cuidaba bien, ella hacía sus propias cosas. A veces, ayudaba a la familia Gu con algunos trabajos.