—Tú...
Zhou Xiaojun se burló —No sé qué te gusta de esa mujer Gu. Ya está tan vieja y hasta ha dado a luz a un niño. Si quieres tomar una concubina, busca una chica virgen. ¿Por qué tratas a una mujer vieja como un tesoro?
Zhou Dafu lo fulminó con la mirada —¿Qué sabes tú? Tu Tía Gu tuvo tiempos difíciles en el pasado. Es raro que disfrute de la vida, así que ¿por qué no puedes dejar de oponerte a ella? Tu madre es tan celosa. No tiene virtud alguna.
—¿Por qué no dices que eres un cerdo? —Zhou Xiaojun se limpió la cara fieramente y subió al carruaje él mismo.
Sin embargo, sus manos y pies aún estaban débiles. Pasó un rato para que la sirvienta lo ayudara a subir.
Zhou Dafu estaba tan enojado que le temblaban las manos. ¿Quién habla así de su padre? Este niño era simplemente un hijo desobediente.
Había perdido tanto dinero y estaba muy infeliz, y no podía controlar a su hijo. Detestaba aún más a su esposa porque había consentido a su hijo.