Entre desespero de no poder cumplir tus promesas, es donde el llanto proviene
- Lo hago por ti, hija. Lo hago por ti - se repetía el hombre una tras otra vez, con la mirada en la sombría noche.
Aunque las piezas del rompecabezas parecían desordenadas, poco a poco iban encajando.
- Ha llegado el momento - musitó en voz baja aquel hombre con traje formal.
De esta manera cambio la noche eterna a una hermosa mañana.
Sin embargo, al retomar la historia de nuestros personajes, estos se hallaban entablando una conversación con su amiga, Rita.
- TEARRLAD debería ser comunista - hablé con mi típico tono humorista, mientras me tomaba del estómago entre risas.
- ¿En serio eres tan tonta? - repliqué con mal humor a pesar de saber que solamente era un chiste.
Nuestros protagonistas se encontraban tan absortos en la conversación que por un pequeño descuido, Óscar choco con un imponente hombre de ojos morados.
- Disculpe... - dejé la frase a medias. Al ver a ese individuo de gran estatura, el miedo fue el representante de mis ojos y mente, haciéndome temblar por la mera presencia.
- Oh, mis disculpas señorito Óscar, fue mi error - respondió él con una amplia sonrisa y una mentira evidente en sus labios. Había chocado con Óscar a propósito para llamar su atención.
- ¿Óscar? - yo vería al hombre, pero la sonrisa me causó escalofríos y desencadenó una crisis existencial en mi, debido al miedo que le infundía ese simple individuo.
- Oye señorito Óscar - ¿te acuerdas de mí?.
Todo parecía irreal. Óscar recordó al instante el sueño en el que ese hombre aparecía. ¿Era acaso una ilusión? Se preguntaba al niño en su interior, esperando una respuesta.
El ambiente cambio drásticamente, y como era de esperarse, era tal cual ese sueño/pesadilla que Óscar había tenido.
Solamente es una ilusión
Al resonar las siguientes palabras del hombre ese mundo fue destruido dando nuevamente su realidad.
- Rita, ¿me recuerdas? - hablo el cambiando de mirada hacia la chica.
esas palabras me hicieron temblar por pensamientos tan similares a los de Óscar. El miedo fue lo que representaba esa mirada tan fría y vacía y su sonrisa tan peculiar pero extrañamente reconocida.
El hombre se quitó el sombrero y reveló su rostro. Era idéntico al individuo de dicha pesadilla.
Ojos morados, risa penetrante y un traje elegante sin exceptuar un sombrero de copa, tan hermoso que parecía que fue creado específicamente para el y su glamur.
- ¿Me recuerdas? - repitió el hombre esperando la respuesta de nuestros protagonistas.
- eres el hombre que estaba al frente de nuestro hogar - repliqué con la respuesta entre la lengua.
Un caballero paseaba por los alrededores, y de forma casi sorpresiva resultó ser el profesor del aula. Estos dos se miraron, y como si hubiera sido un destino cruel, entablaron una breve conversación.
- ¿Adrián López? - inquirió el profesor Brandon.
- Brandon Ugedark - mencionó entre risas el hombre de ojos morados - ¿O prefieres que te llame "David"?
Mis pensamientos se centraron en la rapidez con la que las cosas habían escalado. Ambos se miraron con frialdad, y el hombre misterioso incluso agarró el cuello del profesor mientras Brandon, en defensa propia, tomó el brazo del hombre apretándose mutuamente. Sin embargo, gracias a la intervención de Betty, la situación se calmó.
- ¿Qué está sucediendo aquí? - interviné con indignación. A pesar de lo extraño del caballero, no merecía ser tratado con tanta rudeza.
- ¿Betty? - pregunte aún perturbado por la presencia del extraño y esas mirada tan reconocida.
La tensión en el ambiente era evidente, las emociones se hallaban en conflicto y todo parecía apuntar a un desenlace poco favorable. Es común sentir inquietud en situaciones como esta, sin embargo, el firme viento y el radiante sol de la mañana rápidamente transformaron la calma en un caos inminente.
- deberían comportarse como los adultos que son - me interpuse con la madurez que me representa
- Perdón, pero debo marcharme, ¿"Scorpio"? - habló el profesor del aula.
- Está bien, David. Óscar, esta tarde te espero en el parque cerca de la preparatoria, tengo algunas cosas que contarte y otras que te llamaran la atención, y una es de tu difunto padre - sonreía el hombre llamando la naturaleza curiosa de Óscar.
Ambos adultos se miraron y decidieron dejar atrás sus diferencias, y marchar como si nada hubiera sucedido.
Nuestros protagonistas siguieron al profesor, quien parecía más callado de lo habitual. La tensión se rompió con un comentario casual.
- No se acerquen a esa bestia inhumana - advirtió el profesor de los estudiantes.
- ¿No es ese hombre muy similar a cierto personaje dicho en los libros de historias? - Inquirí con preocupación observando al hombre de sombrero de copa despidiendose.
La inmadurez de Rita fue de esperarse ya que continúo su juego torpe de preguntar con interés acerca de todo lo sucedido, mientras Óscar con su mirada se detiene en los ojos del profesor Brandon hizo que suspirara.
- No es nada, así que tranquilos niños, simplemente evitad acercarse a él - respondió un calmado Brandon.
Capítulo 2
"Coraje de Scorpio"
"Se los ruego"
"No se acerquen a el"
...
Las hojas del pasado se rasgaron
Demostrando un pasado ya borrado
Hace quinientos quince años
Castigad al infiel, ordenó Dios
con furia divina y voz de trueno.
Millones de ángeles le persiguieron
con espadas, hachas y dagas en mano,
al pobre hijo pródigo del cielo,
conocido como Lucifer, el rebelde.
Él corría aterrado por el bosque,
temiendo ser atrapado y condenado.
- Va por el bosque - señaló Gabriel.
el arcángel fiel y mensajero.
Lucifer giró rápidamente de lado,
tomando otro rumbo inesperado,
pero un descuido le hizo tropezar
con una rama que le hirió el rostro.
Una enorme herida se abrió bajo su ojo.
la sangre manchó su faz de blanco.
Un ojo quedó cegado por el líquido,
su visión se nubló y se oscureció.
Y dentro de la desesperación hablo
"Por favor no quiero morir"
El hombre corría con una bebé entre sus brazos, como si escapara de una amenaza invisible. El llanto desconsolado de la pequeña resonaba en el aire, pero él no se detenía, concentrado en alcanzar un refugio desconocido.
- Tranquila, Jessie, hermanita, estarás bien - le susurraba con voz suave y amorosa el hombre de cabellos plateados.
La niña solo sollozaba y sollozaba, como si presintiera el destino que le aguardaba. Un descuido del hombre hizo que tropezara y rodara por una colina, abrazando con fuerza a la bebé envuelta en una manta. Golpe tras golpe recibió el hombre al caer por el acantilado, mientras su sangre roja teñía su cuerpo.
"Te protegeré"
pensaba el hombre mientras cubría a la pequeña con su cuerpo para evitarle cualquier daño.
La caída parecía interminable, y cada vez las heridas del hombre eran más evidentes en su piel pálida. Pero ella estaba a salvo, a pesar de la gran caída.
- ¡Buaaaaaaa! - lloró la bebé.
- Jessie Ugedark, estarás bien, te lo prometo. Tu hermano mayor te ha protegido - dijo el hombre con su aliento agonizante - No te devolveré con papá - afirmó con su voz casi extinta - y mucho menos te dejaré sola, hermanita... prometo cambiar si es por ti.
Los recuerdos del pasado atormenta hasta los más fuertes.
...
Actualmente
Tras un cambio de escena drástica nos encontramos en el salón de clases lo cual volveríamos con nuestros protagonistas que seguían un poco preocupados por la presencia anterior de esa persona tan misteriosa.
- Óscar, ¿realmente pretendes entablar un diálogo con él? - pregunte con cierta confusión en sus palabras.
- Por supuesto que lo haré, aunque me da temor, siento que debo de hacerlo, no lo sé, es como un extraño sentimiento que aún no puedo entender. ¿Acaso no te interesa saber lo que está sucediendo allí? ¿Qué piensa decirme? - respondí a Rita dándole curiosidad a mi mejor amiga.
- eres arrogante hermano - señalé la Madura hermana mayor de Óscar - debemos de prestar atención a los comentarios de Brandon.
- está vez no concuerdo con Betty, algo en el me llamaba... Esos ojos eran similares al brillante resplandor de mamá - expliqué siguiendo la opinión de Óscar - oye Óscar, te creo y te apoyo, debemos de ir a verlo, pero no en busca de problemas, que te conozco muy bien y eres capaz de todo - respondí esbozando una malcriada opinión y tal vez una inmadura respuesta por parte de Óscar.
- me conoces muy bien - afirmé con una pequeña sonrisa.
Ruff escuchó las conversaciones de los jóvenes y decidió no solo molestar a nuestros protagonistas, sino también darle una lección a Óscar y Rita por los incidentes del día anterior.
- Finalmente podré enseñarle una lección. Te seguiré después de clases, maldito incompetente - susurro el amargado Ruff
La curiosidad puede resultar perjudicial, especialmente en un mundo donde la verdad se encuentra enterrada bajo capas de engaños y secretos. Esta curiosidad puede llevar a jóvenes ingenuos a adentrarse en territorios desconocidos del pasado, que todavía no han sido revelados.
Cuando resonó la alarma de la salida sería de esperarse que el chico arrogante hubiese ido al lugar que le comento el extraño hombre de ojos morados.
Cómo fue de esperarse, se encontraba sentando esperando la presencia de Óscar y Rita.
- Por fin te presentas, Óscar - hablo el señor con su típica risa orgullosa - Veo que has traído contigo a la otra protagonista de nuestra historia, ¿verdad, Piscis? No voy a dar rodeos, deseo que comprendas por qué conozco de tu existencia.
- Precisamente ese es el motivo de mi visita, pero también para saber de lo sabido de mi padre. Siempre has habitado en mis sueños de forma recurrente, y aún no logro encontrar una explicación. Te ruego que me aclares por qué me atormentas y cuál es tu verdadero propósito - pronuncié con una voz autoritaria.
El hombre, sin dudarlo, se acercó al joven Óscar y entre susurros le comenta algo en su oído: "Jessie Ugedark prevalece en ti". Óscar no entiende nada de lo mencionado pero un movimiento rápido de parte del hombre llegó, tomando con fuerza el cuello del arrogante adolescente.
- idiota ¿Qué mierda haces? - respondí al ver la manera de actuar del hombre.
- ¿No ves? Nada piscis - Inquirió el hombre.
Llena de valentía y sin rendirse ante la impotencia, Ri golpeó fuertemente el estómago del hombre con determinación y, decidida a un propósito firme, empujó con todas sus fuerzas contra el agresor. A pesar de su esfuerzo y su determinación, sus intentos fueron en vano, ya que el agresor continuaba asfixiando a Óscar con una brutalidad implacable. En ese momento crucial, la joven Betty demostró su habilidad y lanzó una potente patada directamente al abdomen de su atacante, logrando desestabilizar su respiración de manera sorprendente y provocar su caída, aunque su rostro enfurecido seguía siendo evidente.
- Aún no alcanzarás a comprender, ni jamás lo lograrás. Más pronto, el redentor latente en tu ser despertará, y no he de permitir tal suceso. No en el momento en que la contienda nos contempla con siniestra sonrisa desde su trono de sombras - expresó con desenfreno y absoluto desprecio.
- ¿Trono de sombras? - susurro la hermana mayor de Óscar con una pequeña curiosidad sobre la frase.
En un fugaz parpadeo, el hombre comenzó a metamorfosear, como un ente tenebroso extendiendo un brazo grotesco y deformado, tal como Óscar había leído en los libros más nefastos. Un escalofrío recorrió la espina dorsal de los tres jóvenes, quienes se encontraron sorpresivamente acorralados por aquel misterioso ser que les había tejido una trampa. Sus últimas palabras resonaron en el ambiente, impregnadas de desdén y rencor.
- Sabía que recaerías en mis lazos, Óscar. Eres un arrogante que se rehúsa a atender y respetar las perspectivas ajenas, todo esto lo aprendí en este poco tiempo - vociferó Scorpio con un matiz de ira apenas disimulado. Óscar, con su típica indiferencia, deslizó una mano entre su desaliñada cabellera, como si casi desentendiéndose por completo de la situación circundante.
En medio de la tensión, una voz familiar se alzó, interrumpiendo la amenaza que pendía sobre ellos. Era Brandon, llegando en el momento oportuno para enfrentar al individuo cuyas intenciones no eran nada amistosas.
- Siempre pareces perdido en tus propios pensamientos, Óscar. ¿Acaso ese comentario de la mañana te hizo venir aquí? - inquirió el profesor con un tono despectivo.
Yo simplemente respondo con un solido "si".
- Las circunstancias seguían su curso inalterable, especialmente cuando se me presentaba la oportunidad de contemplar de nuevo a mi pequeña hija, sin que nadie se lo tomara a mal. "David Ugedark", parece que te unirás a este juego, ¿no es así? - expresó el enigmático individuo del sombrero, clavando su mirada en los demás.
- no es un juego Adrián López - respondió Brandon.
Entre ellos se hallaba Ruff, que se escondía tras un árbol, temblando de pavor ante la presencia del señor. No entendía por qué le infundía tal terror, pero no conseguía apartar sus ojos de él. Cuando el señor se volteó hacia él y le dirigió la mirada, Ruff se volvió a esconder, presa del miedo más profundo.
- ¿Por qué tiemblan mis manos?... Jamás antes había experimentado tal temor en toda mi existencia - se justificó Ruff, desconociendo la causa de su pavor.
Un estruendo sacudió el lugar, envolviéndolo en un halo de llamas carmesíes. Brandon había golpeado con toda su fuerza a Scorpio, desencadenando una explosión de fuego en ambos brazos del profesor. Las personas que se encontraban en el parque huyeron despavoridas, solicitando ayuda policial. No obstante, Scorpio permaneció imperturbable. Con un chasquido de sus dedos, hizo descender millones de rayos del firmamento, destruyendo los vehículos cercanos y dejando a todos aquellos que se encontraban cerca inconscientes.
- Eres un maldito - comento entre desangrados por la presencia del mismo.
Poco a poco, el entorno comenzó a metamorfosearse, adquiriendo un aspecto infernal. Un líquido viscoso brotaba del suelo, llenando las fisuras y emergiendo como géiseres.
- Adelante - instigó el señor.
Esto apenas comienza a volverse interesante.
Separados por el impacto inicial, los combatientes volvieron a acercarse con gestos de enojo. Sus movimientos eran rápidos y precisos, en busca de poner fin al enfrentamiento lo antes posible. A simple vista, parecía como una simple disputa callejera, algo común en aquel entorno. Sin embargo, ambos eran conscientes de que no debían subestimarse mutuamente, pues estaban inmersos en un duelo en el que solo uno saldría victorioso.
En un inesperado giro de los acontecimientos, el eminente profesor realizó un movimiento sorpresivo, golpeando con contundencia al adversario en el rostro.
El sol se ocultó detrás del horizonte, tiñendo las calles con un tono naranja y creando una atmósfera sombría, más propia de un camposanto que de una ciudad.
Diversas autoridades se reunieron en el lugar, armadas y protegidas, con el propósito de poner fin al conflicto que había causado estragos en el parque público y representaba una grave infracción.
- Brandon, ¿por qué no utilizamos nuestras fuerzas divinas? Ninguno de nosotros está empleando la magia de los dioses ¿acaso ahora te resulta desagradable hacerlo?- susurró Scorpio, manteniendo un cigarro entre sus labios.
- Sabes que hay jóvenes presentes, así que ten cuidado con las repercusiones que tus acciones puedan tener sobre ellos - replicó Brandon, dejando caer su larga melena - ¡Eh, imprudentes! Deberían retirarse si no desean meterse en graves aprietos conmigo - aconsejó Brandon a nuestros protagonistas mientras liberaba su cabellera salvaje.
Yo por primera vez dejé mi arrogancia de lado y finalmente decidí dejar de actuar de manera tan arrogante como los últimos días, pero está vez Rita se negó a marcharse, como sintiendo una atracción irremediable hacia ese hombre, su mirada de cierta manera le era reconocida.
- Algo me llama - confesé - esa voz, suena muy similar a mis pesadillas- susurré estirando mi brazo cerca del hermoso árbol nacional que se encontraba en el parque - "¿Qué escarbe profundo?" - susurré con mi voz baja y ojos vacíos
- ¿Estás bien Ri? - intenté acercarme, pero algo en Rita era distinto y era su suave voz y su caminar tan lento - ¿Tus ojos se encuentran vacíos? ¿Ocurre algo Rita? - como era de esperarse intenté ayudar a mi amiga Rita, pero rápidamente está fue interrumpida por Ruff.
Ruff, asustado, agarró la mano de la joven mientras huían, pero unos brazos gigantescos emergieron del suelo con la intención de atrapar a los fugitivos. Sin embargo, Brandon lanzó vientos afilados que cortaron los brazos creados por Scorpio.
Scorpio no estaba dispuesto a dejar escapar a su presa y persiguió a los jóvenes frenéticamente. Brandon lo siguió, esquivando sus ataques, hasta que un proyectil lo detuvo en seco. Scorpio lo alcanzó y lo derribó. Creyendo haberse librado de su enemigo, pero por parte de Brandon arrojó un poderoso ataque de fuego que le quemó su piel tan blanca como la de un vampiro.
Sin piedad, Brandon generó un viento cortante que cercenó las extremidades de Scorpio.
Por parte de Brandon el mismo hablo sin humor y sobre todo con una extraña relajación que no debía ser normal para un simple profesor de un aula.
- He triunfado. Después de todo, un cuerpo quemado se deshace con facilidad de sus extremidades - manifestó Brandon con soberbia.
- ¿Has experimentado la dicha de ser un hijo divino? - inquirió la criatura extraña.
El comentario desconcertó a Brandon por un momento, pero luego se enfocó en las palabras de la criatura. "¿Has experimentado la dicha de ser un dios?", repitió el monstruo.
El monstruo comenzó a regenerar su piel como un reptil mutante, llevando a Brandon a preguntarse hasta dónde podían llegar los dioses con sus cuerpos.
- Soy un dios - sentenció el hombre de ojos morados.
- lo sé, sucio asesino - respondió Brandon.
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Última edición
18/8/2024
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