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Chapter 30 - Most Wanted

Después de pasar un rato con ellos en la estación de policía, Ethan se marchó con una pila de carteles de búsqueda. Aunque sabía que era un trabajo inútil, no podía irse a casa mientras los demás estaban ocupados.

Cuando publicó el aviso de recompensa afuera de una tienda, de pronto se le emparejo un Pontiac GTO Convertible del 68, de color amarillo. Pronto identifico a Job quien lo saludó con un gesto, hablaron un segundo, al final le pidió a Ethan que siguiera el auto..

Mirando a su alrededor, Ethan regresó al auto, encendió el motor y lo siguió.

No muy lejos, el auto clásico descapotable amarillo estaba estacionado al costado de la carretera, y Ethan también se detuvo.

—¿Hay algo sobre la vigilancia? —preguntó Ethan.

—Todavía no, te lo dije, esto llevará tiempo, no es facil hay demaciados puntos ciegos en este pueblo de mierda —respondió Job, rascándose la calva con las yemas de los dedos—. ¿Podemos hablar?

Ethan sintió extrañeza ante la repentina propuesta de Job. —¿De que quieres hablar?

Salió del auto y se sentó en un banco junto a Jabber.

Jabber reflexionó un rato antes de hablar:

—¿Cuál es tu propósito al ayudarnos?

—No entiendo lo que quieres decir.

—Eres un policía, y sin embargo, elegiste ayudarnos a luchar contra los Rabbit. Tampco haras nada por exponer la identidad falsa de Hood. Entonces, ¿cuál es tu propósito? ¿Que ganas con esto?

—No hay evidencia en tu contra, por la desaparición de los hermanos Moody, como dijo Hood. Nadie le creería a un impostor, por lo que seria la palabra de un ex-convicto suplantando a un Sheriff, en contra la de un policía con un historial limpio. No ganas nada con exponer tu cuello por ayudarnos.

Etha lo dejo continuar, era cierto que por ahora no ganaba nada, por ahora. 

—Rabbit es sumamente peligroso, pero no eras su objetivo principal. Incluso si lastimaste a Orek, sólo estabas haciendo tu trabajo. No hay un rencor personal entre ustedes. 

—Así que le eh estado dando vuelta al asunto, ¿ no puedo evita pensar cuál es tu propósito? —Job sacó un cigarrillo, golpeó la cajetilla y continuó— Para ser sincero, no ganas nada y arriesgas mucho con nosotros. ¿Por qué decidiste involucrarte?

Después de escuchar las palabras de Job, Ethan guardó silencio por un largo rato. Finalmente, tomó la caja de su mano y sacó un cigarrillo y lo encendió.

—Todos tenemos nuestros problemas, y yo no soy una excepción —empezó Ethan, exhalando una bocanada de humo—. Cuando me gradué de la academia de policía, fui a un bar a celebrar con los demás cadetes y conocí a una chica española muy sensual, con la que pase la noche.

Los recuerdos de su vida anterior seguían vívidos en su mente. Aunque había viajado en el tiempo al cuerpo de Ethan Morgan, después de la fusión de los recuerdos, lo que Ethan experimentó también era su vida.

Ethan continuó:

—¿Sabes cómo me desperté a la mañana siguiente? El frío cañón de una pistola estaba presionado contra mi frente. Nunca tuve tanto miedo de morir, sentía el toque frio de muerte mi cuello.

—Nunca olvidaré a ese hombre. Era gordo y con acento británico. Después de hacer una llamada, el solo apretó el gatillo asesino a Cecilia, le metió un tiro en la cabeza y no contento con ello, descargo el cargador de su pistola en su cuerpo.

Los dedos de Ethan temblaron, haciendo que las cenizas del cigarrillo cayeran.

—Me pude escapar por los pelos, salte por la ventana de un tercer piso. si no hubiese sido por el puesto de frutas de abajo, habría quedado discapacitado o muerto. Corrí desnudo por varias calles antes de perderlo de vista.

—Entonces, me preguntas, ¿cuál es mi propósito? —Ethan miró fijamente a Job—.Me importa un carajo quien sea Hood, si es falso o verdadero, pero ahora el esta en deuda conmigo al igual que ustedes. Y si mis enemigos vienen por mi cabeza es mejor tener amigos con quien enterrar un cadaver.

Job resoplo, no había investigado lo suficiente a este chico.

—¿Es por eso que amenazaste a Sugar la última vez?

—¿Qué quieres decir?

—La última vez le dijiste a Sugar que no te apuntara con un arma otra vez. Parecía una broma, pero se que realmente lo estabas amenazándolo.

—Si estuvieras en mi lugar, no creo que hubieses reaccionado diferente.

—Tienes toda la razón. Le hubiera cortado la mano a ese vejestorio. —Job lo pensó seriamente y asintió.

Job tiró la colilla y se levantó, mirando a Ethan.

—Investigaré todo lo que dices. Si lo que dices es falso, no importa cuál sea tu propósito, encontraré una manera de matarte.

—¿Y si estoy diciendo la verdad?

—Entonces veremos como manejar el asunto.

Pronto el convertible amarillo de Job se alejó. Ethan, después de terminar su cigarrillo en silencio, regresó al auto y continuó con su trabajo, revisando locaciones vacías alrededor del pueblo, pero no hubo suerte ni noticias sobre el chico. Tal ves Rabbit esperaría hasta que las cosas se calmaran, para escapar.

En el camino, la ansiosa Carrie también llegó a la comisaría y tuvo una feroz discusión con Hood en la oficina del Sheriff. Cuando salió, su rostro reflejaba desesperación.

Después de que Hood permaneció en silencio en su oficina durante una hora, salió solo.

Cuando cayó la noche, Ethan volvió a salir a patrullar. Sin saber que Job había conseguido un pista, por lo que al ver el mensaje de Hood, giró el volante y condujo hacia el Bar Davis.

Un cartel de "Cerrado" colgaba en el porche del bar, pero había luz adentro.

Ethan abrió la puerta, sólo para descubrir que estaba cerrada por dentro. No tuvo más remedio que golpear dos veces con fuerza.

—Sugar, abre la puerta. Soy Ethan.

No mucho después, la cortina de la ventana junto a él se abrió un poco y Sugar miró hacia afuera.

Cuando finalmente entró al bar, encontró a Job observaba ansiosamente una computadora. En una mesa de billar al costado, se desplegaba un arsenal de armas y varios cargadores. Creo que Hood había decidió asaltar el mismo la guarida de Rabbit.

Después de que Sugar cerró la puerta, se sentó en una silla cercana, tomó una copa de vino, y continuó limpiando la escopeta de dos cañones que tenía en las manos.

—¿Algúna noticia? —preguntó Ethan.

—Hasta ahora no hay mucho. Pude localizar su rumbo aproximado pero hay demasiados lugares abandonados por el lugar. Si nos equivocamos o enviamos al FBI los alertaremos y seran mas cautelosos. —respondió Job, negando con la cabeza—

—Revise un par de ellos, en el dia. Puedes eliminarlos de tu lista. — dijo Ethan entregándole un papel doblado, con las locaciones que habían sido revisas por la policía y el FBI.

—Por cierto, ¿sabes usar computadoras? Sería más rápido si más personas ayudaran.

Job dejó lo que estaba haciendo y lo miró.

Ethan pensó por un momento:

—Solo si jugar Age of Empires, cuenta como habilidad, soy el hombre que debes buscar.

—Fuckyou, ¿acaso haz vivido un establo? —Job lo miró con desdén— Olvídalo, no conteste y deja de joderme.—Job lo despidió con una mirada de desdén, y Ethan, tímidamente, caminó hacia un lado y encontró una silla para sentarse.

Poco después de sentarse, alguien llamó a la puerta del bar.

Sugar dejó de limpiar y se acercó a la ventana con la escopeta. Luego, dudó y abrió la puerta.

Ethan entrecerró los ojos, viendo la figura de Carrie aparecer en la entrada. A diferencia de su usual vestimenta de ama de casa, ahora llevaba un traje negro de combate.

Sugar se hizo a un lado, y Carrie, tras notar la presencia de Ethan, se quedó atónita por un momento antes de entrar.

Carrie arrojó la bolsa negra que llevaba al suelo con un ruido sordo.

—Oye, Job, mucho tiempo sin verte —dijo con una voz cansada.

—Fuckyou, perra.

Ethan pronto se dio cuenta de que Job no bromeaba cuando le hablaba, las palabras tenían una connotación diferente a lo habitual.

Tanto como el y Sugar fingieron no escuchar nada, tomó la copa de vino y dio un sorbo. El bar quedó en silencio, y el ambiente se tornó un poco incómodo.

Al ver la mirada enojada de Job, Carrie dijo con impotencia:

—No puedo cambiar lo que paso, algún día vas a perdonarme.

Job sonrió y dijo:

—Hood ha estado en prisión durante más de diez años por ese incidente. Para rastrear tu paradero, Rabbit uso sus contactos en prisión para torturar a Hood por años, me engañaste y nos usaste para escapar. El se sacrifico por ti ¿Y como le pagaste? Lo esposaste y se le entregaste a Rabbit, para salvar tu propio cuello de nuevo.

Frente a la pregunta de Job, Carrie frunció los labios y, después de un rato, dijo lentamente:

—Le advertí que su presencia, atraería a Rabbit. Pero el no me escuchó e insistió en quedarse. ¿Qué querías que hiciera? Tengo una familia, mi hija y mi hijo están aquí, y tengo que mantenerlos a salvo.

—Y eso te da el derecho, de entregarlo para que lo mataran, ¿verdad? —se burló Job

—Sé que lo que hice estuvo mal, Job, te lo ruego ayúdame a encontrar a mi hijo.

Carrie se atragantó y dijo:

—Si alguna vez, nuestra amistad significo para ti, por favor, ayúdame.

—Fuckyou...

Esta vez, el tono de Job se suavizó, y luego suspiró profundamente:

—¿Qué crees que hago ahora? Guarda tus lastimeras lágrimas, eso sólo funciona con Hood.

—Usa esta computadora, espero que sepas como usarla.

Job giró la computadora portátil hacia Carrie y continuó quejándose:

—Al menos serás mas útil, que aquellos dos bastardos.

Ethan tosió torpemente y extendió la mano para quitarle la cerveza a Sugar.

Sugar se encogió de hombros y sonrió en secreto. .

Ethan jugaba aburrido con la botella medio vacia y observaba a Job y Carrie ocupados frente a la computadora.

En ese momento, sonó su teléfono celular.

—Ethan, buenas noticias, el hijo de Gordon, Max, ha regresado a casa —la voz de Siobhan llegó desde el teléfono.

—¿Qué? Dilo de nuevo.

—No hace mucho, Max apareció solo en la puerta de su casa, sano y salvo.

—Está bien, lo entiendo.

Ethan colgó el teléfono y varias personas lo miraron. Dijo lentamente:

—¿Cuánto fue la ultima vez que hablaron con Hood?

Justo cuando varias personas se miraban, alguien golpeaba la puerta de madera del bar.

Carrie rápidamente metió la mano en la bolsa que acababa de traer y sacó una pistola. Job le sostuvo la mano para evitar que se emocionara.

Sugar se acercó con una escopeta y, esta vez, abrió la puerta rápidamente.

Gordon miró la escopeta en la mano de Sugar y luego entró al bar.

—Max ha vuelto.

—¿De qué estás hablando? ¿Qué quieres decir con que Max ha vuelto? —Carrie se levantó, sosteniendo el respaldo de la silla.

Gordon se metió las manos en los bolsillos y dijo:

—Ahora está a salvo, con Deva y el FBI. Acaba de llegar a casa hace poco.

—No, no entiendo por qué regresó de repente.

—Sonó el timbre y apareció en la puerta. Max dijo que sus captores lo dejaron en una intersección cerca de su casa y caminó hasta allí.

Gordon dio unos pasos hacia adelante y continuó:

—Max también dijo que un hombre de cabello blanco le pidió que te trajera un mensaje.

—¿Que mensaje?

—Dijo que has sido perdonada y que puedes seguir adelante con tu vida.

Recordando lo que Ethan acababa de preguntar, la expresión de Carrie cambió y se recostó pesadamente en la silla:

—Hood reemplazó a Max.

—¡Ah maldito Hood! —Job estaba tan enojado que apartó el teclado que tenía entre manos.

Gordon tartamudeó:

—No entiendo por qué el Jefe Hood decidió hacer esto, pero no se preocupen, notificaré inmediatamente al FBI y ellos podrán rescatar Hood.

—Espera un minuto, Job, ¿cómo encontraste a Hood la última vez?

—¿como pude olvidarlo?

Job se dio una palmada en la cabeza:

—Antes instalé un software de seguimiento en el teléfono de Hood, puedo localizar directamente su ubicación.

Escribió en el teclado durante un rato, y el mapa satelital en la pantalla siguió reduciéndose y fijándose en una ubicación.

—Sugar, ¿puedes venir aquí y decirme dónde queda este lugar?

Sugar corrió rápidamente, se puso frente a la pantalla de la computadora y miró más de cerca, luego golpeó la mesa.

—Esto es Buttermouth. Hay una fábrica de metal abandonada.

Tan pronto como terminó de hablar, Job se levantó rápidamente, miró a Ethan y agarró la pistola colocada en la barra.

Ethan también se puso de pie, sosteniendo la Glock 17 en su cintura, y Sugar rápidamente tomó la escopeta para seguirlo.

Carrie se agachó, abrió la bolsa negra que traía, sacó la funda con una pistola y se la puso en la cintura.

—Espera un momento, ¿qué estás haciendo? Lo que debemos hacer ahora es notificar al FBI.

—No puedo hacer esto. Hood podría morir en cualquier momento. Se sacrificó para recuperar a Max. Tengo que ir a salvarlo de inmediato.

—Oye, no sé qué papel jugó Hood en esto, pero aquí tenemos dos niños pequeños que están muy asustado. Sus vidas están completamente trastornadas y necesitan que su madre esté allí para ayudarlos.

Gordon continuó diciendo, emocionado:

—No puedes irte en este momento, no hay nada más importante que nuestros hijos Carrie.

—Y tú, Ethan, eres el oficial de policía de Banshee ¿Qué crees estás haciendo?

Ethan se encogió de hombros:

—Gordon, entiendo cómo te sientes. Tienes razón. Soy el oficial de policía de Banshee. Voy a salvar al Sheriff ahora. Creo que no debería haber ningún problema con eso.

Después de hablar, Ethan salió del bar.

Sugar y Job lo siguieron. Antes de que Job saliera, miró a Carrie, quien estaba en un dilema, sin saber qué decisión tomaría.

Después de que Ethan salió del bar, caminó detrás de su Dodge Challenger, abrió el maletero y sacó el M4A1 y varios cargadores de repuesto colocados en el espacio dimencional.

Ethan se puso el cargador de repuesto en el cinturón, arrojó el M4A1 en el asiento del pasajero y apretó su Pietro Beretta en la funda debajo de las costillas. Encendió el vehículo y condujo junto a Job.

—Es probable que muramos. ¿Estás seguro de que quieres hacer esto? —dijo solemnemente Job, sentándose en el asiento del pasajero.

—Por supuesto. No te preocupes por mi, soy mas rudo de lo que aparento. —Sugar sostenía el volante con una mirada nerviosa en su rostro.

Pero no se dio cuenta de que cuando Job hablaba, sus ojos se posaron en Ethan.

Ethan no dijo nada, solo apretó el acelerador.

Cuando el vehículo estaba a punto de partir, Carrie salió del bar con una bolsa en la mano.

—¿Todavía hay espacio en este auto?

Ethan miró a Carrie con una expresión decidida en su rostro y asintió, por lo que Carrie abrió la puerta del auto y se inclinó para sentarse en el asiento trasero.

Ethan notó que cuando Carrie salió, había una sonrisa en la comisura de la boca de Job.

En ese momento, Gordon también salió del bar con pasos pesados.

Se cruzó de brazos y miró solemnemente cómo los dos coches que tenía delante desaparecían rápidamente en la noche.