Soy un ser humano nacido en la Tierra. Me estaba preparando para empezar a trabajar. Me esforcé en mis estudios para poder trabajar en una buena empresa. Sin embargo, un 17 de agosto en la madrugada, cuando esperaba un transporte público, noté a una hermosa mujer que corría con un bebé en brazos y dos sujetos parecían perseguirla.
"¡Ayuda!"
Observé la situación; no sabía cómo reaccionar ante tal situación. Aún estaba oscuro en ese momento y no había muchas personas cerca para ayudar a esa pobre mujer. Cuando esa mujer se acercó lo suficiente, logré ver su rostro un poco mejor. Pude ver que ella tenía un miedo abrumador en su rostro y las lágrimas caían de sus ojos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca de mí, me tomó del brazo y me dijo:
"¡Ayúdame! ¡Estos vagabundos quieren abusar de mí!"
"¡¿Qué?!"
Giré mi cabeza hacia esos dos sujetos que se aproximaban corriendo hacia la mujer. Analicé sus contexturas físicas y no eran tan altos como lo era yo.
"Tch."
Mi molestia me hizo chasquear la lengua. Nunca pensé que me encontraría con estas basuras humanas. Después de escuchar lo que esos bastardos querían hacerle a esa mujer, me llené de ira. Sentía cómo la sangre se me subía a la cabeza.
"Aléjate lo más que puedas de este lugar."
"¿Qué? ¿No me vas a ayudar?" La mujer preguntó asustada.
"Voy a hacer tiempo para que escapes. Date prisa y dirígete a una estación de policía. La más cercana está a unos 5 minutos."
"Gracias."
La mujer empezó a correr tan rápido como pudo y yo me di la vuelta para enfrentar a los dos sujetos que tenía enfrente de mí. Cuando se acercaron lo suficiente, pude ver sus rostros. Al ver esas caras, lo único que conseguí fue enojarme más.
"Hazte a un lado, chico."
Dijo uno de los sujetos. Ese tipo tenía la cara sucia, parecía como si no se hubiera bañado en varios meses. Él intentó pasar a mi lado, parece que no tenía intención de luchar conmigo, pero por desgracia para ellos, mi ira no la podía contener más.
¡Zas!
"Mierd-."
Lancé un golpe con todo el peso de mi cuerpo al vagabundo que estaba pasando a mi lado. Mi golpe conectó de lleno en su mentón. Él cayó al instante en el suelo.
"¿A dónde crees que vas?"
Le dije al sujeto que acababa de derribar de un golpe. Hace tiempo que no golpeaba a una persona de esa manera. Mi mano se sintió entumecida por el impacto. Giré mi cabeza rápidamente para ver al otro tipo, pero él ya no estaba. El otro sujeto aprovechó mi descuido y corrió detrás de la mujer. Al darme cuenta de ese hecho, inmediatamente lo seguí a toda prisa.
"¡Espera!"
Le grité al otro sujeto que seguía a la mujer a toda prisa.
"Entrega a la niña y nuestro jefe tal vez te perdone la vida."
"Nunca le entregaré a mi hija a ese bastardo."
"Entonces no me deja opción. Nos ordenaron desaparecer a la niña, pero también nos dijeron que si te resistías, te podíamos matar."
Dijo el vagabundo que seguía a la mujer mientras sacaba un arma de fuego.
'Tch, ese hijo de puta no es solo un vagabundo. Algo no cuadra.'
La situación se había salido de control desde el momento en que ese sujeto sacó el arma. Si me acercaba mucho a él, sin lugar a dudas yo moriría, pero si no lo hacía, la mujer que me pidió ayuda sería asesinada junto a su hija.
'Esto ya no es un juego. Un movimiento en falso de mi parte y soy hombre muerto,' pensé mientras corría a toda velocidad.
Cuando el sujeto apuntó a la mujer y a su hija, tomé una roca del piso y se la lancé al supuesto vagabundo. Afortunadamente, le di en la cabeza y él cayó al suelo. Inmediatamente corrí hacia el sujeto que se encontraba aturdido por el golpe y le quité el arma de fuego. La mujer, al ver que los atacantes que la seguían habían sido derribados, se acercó a mí con su hija en brazos.
"Gracias, te debo la vida," dijo la mujer.
"¿Gracias? ¿Eso es todo lo que tienes para decirme?"
"Lo siento, no quería involucrar a nadie en mi problema."
La mujer se mostró arrepentida. Me acerqué a ella y le di un vistazo a su hija. Era una niña preciosa de ojos azules. Esos ojos irradiaban pureza; nunca había visto unos ojos tan hermosos.
"¿Cómo se llama la pequeña?" le pregunté a la mujer.
"Su nombre es Aurora. Daría mi vida por ella," dijo ella con una cálida sonrisa.
"Por cierto, ¿por qué mentiste sobre que ellos querían abusar de ti?"
"Bueno, si no lo decía de esa manera, no me hubieras ayudado. Jejeje, lo siento por esa mentirilla. Jejeje."
"Ok, básicamente me engañaste. Pero más importante aún, ¿estarás bien con este tipo de gente persiguiéndote?"
"No te preocupes. Aunque no lo aparente, pertenezco a una familia prestigiosa. En pocas palabras, soy rica. Lo de hoy no se va a volver a repetir."
"Si es como dices, ¿cómo es que casi te asesinan?" le pregunté.
"Bueno, es que dejé a mis guardias de seguridad en casa. Solo quería salir a conocer el mundo sin tener que estar rodeada a cada segundo."
"Ok, entiendo la situación. Eres una loca que expone a su querida hija al peligro solo por querer conocer el mundo," dije en un tono molesto.
"Lo siento."
"Olvídalo, no me prestes atención. Por cierto, ¿cuál es tu nombre? Olvidé pregunt-"
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Al escuchar disparos, giré mi cabeza rápidamente hacia atrás solo para ver al sujeto que se hacía pasar por vagabundo apuntándome. Al percatarme de la situación, inmediatamente levanté el arma que le quité al tipo tirado en el suelo, la apunté hacia el sujeto que me apuntaba con su arma y jalé el gatillo varias veces mientras cubría a la mujer que se encontraba detrás de mí.
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
El sujeto cayó al suelo después de que una de las balas impactara en su pecho. Giré mi cabeza para revisar la condición de la mujer y su hija. Por fortuna, ambas parecían ilesas.
"¿Se encuentran bien?" pregunté en un tono agitado.
"Sí, pero tú..."
La voz de la mujer transmitía tristeza mientras miraba mi pecho y abdomen. Ella empezó a llorar de nuevo.
"¿Yo qué?"
Seguí la mirada de la mujer y me di cuenta un poco tarde de mi estado. Mi camisa estaba empapada de sangre. En ese momento lo entendí todo.
"Tch, estoy jodido."
"Lo sient-"
"Detente."
Ella trató de disculparse, pero la paré. Apunté el arma hacia el sujeto que se encontraba inconsciente en el suelo y luego...
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Gasté las últimas balas en su cuerpo. Lo siento por ese sujeto, pero no me quedaban fuerzas para detenerlo y entregarlo a la policía, y no pretendía arriesgar la vida de esta mujer. Ella parecía entender la razón por la que le quité la vida a alguien inconsciente. Después de quitarle la vida al sujeto, mi cuerpo no aguantó más y cayó, o eso debió pasar. La mujer que salvé me atrapó mientras caía. No obstante, sus delgados brazos no pudieron sostener mi cuerpo y caímos los tres al suelo.
"Ugh."
Al caer, me empezaron a doler las heridas. Parece ser que la adrenalina de mi cuerpo mantenía a raya el dolor. Ese dolor era una locura, era una jodida locura. Nunca sentí un dolor similar en toda mi vida.
"Resiste, voy a conseguir ayuda."
"Jajaja, mujer tonta, este es mi fin."
Me reí tan fuerte como pude. Sabía que esta era mi última oportunidad de reír de todos modos.
"Asegúrate de criar bien a esa pequeña. No la expongas a tus locuras, mujer."
"Mi nombre es Vanessa."
"El mío es *****. Me pregunto a dónde iré, ¿al cielo o al infierno? Jajaja."
"Por supuesto que al cielo," dijo ella, confiada en sus palabras.
"Jajajajajajaj-"
¡Uf!
Entre más me reía, mayor era el dolor, y era normal. En el suelo se podía ver un charco de sangre. Era evidente que había perdido mucha sangre. Mi visión se estaba poniendo borrosa a medida que transcurría el tiempo.
"Nunca imaginé que mis acciones provocarían la muerte de una persona," dijo Vanessa con lágrimas en los ojos.
"No te preocupes por eso. Estas cosas pasan," le dije, intentando consolar a la mujer.
Mi cuerpo estaba al límite, así que reuní mis últimas fuerzas y dije mis últimas palabras:
"No me arrepiento de haberte salvado a ti y a tu hermosa niña. Grábate eso en tu cabeza. Sé feliz en mi lugar, Vanessa," le dije mis últimas palabras a Vanessa. En ese momento, el mundo a mi alrededor se volvió negro.