"Y tú... ¿Como te llamas?"
La desconfianza hizo que deje a Paulette con la mano tendida, arrastrándose en la cama hasta chocar con el soporte. Estaba muy asustado, no sabía en dónde y el por qué estaba ahí, pero algo andaba mal y él lo presentía.
–Tranquilooo, no te voy a hacer daño, de hecho, te traje esto de comer, bueno todos los días lo hago por si llegas a despertar.
Un gruñido nada sutil escapo del estómago del asustado niño y esto lo avergonzó. Su mirada no se despegaba de la bandeja y pese a que solo eran unos simples panecillos su boca se hacía agua con solo percibir el débil aroma que emanaba el pan.
–Confía en mi niño, no te va a pasar nada, además no has comido nada en dos semanas, estás en los huesos –tomó un panecillo de la mesa y se lo extendió.
Spring poco a poco estiró su mano hacia ella y tomó el pan, lo observó con indecisión y desconfianza al tragar saliva y luego de pensarlo le dio un mordisco. Sus papilas gustativas brincaron de emoción, pero esto hizo que el pequeño se sienta insaciable y comiera extremadamente rápido y sin masticar.
–Como dice mi abuelo, enfermo que come no muere –la intrigada niña de cabellos rojos acomodó sus gafas, tomó una silla y la llevó junto a la cama para acompañar a Spring- Y entonces... ¿Me dirás como te llamas o me dejarás con la duda?
Cuando esas palabras salieron de su boca Spring dejó de tragar tan salvajemente y comenzó a masticar la comida mirando fijamente a Paulette, estaba tratando de responder esa pregunta, pero, no había nada en su cabeza, sentía que tenía la respuesta en la punta de la lengua, pero en menos de un segundo se esfumó.
–Ouu... No me digas que no lo sabes...
El niño dio otro mordisco y agitó sus hombros sin saber que responder.
«Ay no... Mi tía dijo que esto podría pasar y ahora que hago...»
La niña se levantó sutilmente sin alarmar a Spring y corrió hacia la puerta, pero cuando la abrió fue sorprendida por una misteriosa oyente que se encontraba apegada a la puerta con muchas ganas de espiar la conversación.
Esto la tomó por sorpresa y del susto cayó hacia atrás, golpeando su trasero junto a la mujer, que al estar arrimada hacia la puerta cayó de cara contra el suelo.
–¡TIA ESTELA ME ASUSTASTE! –gritó y señaló muy molesta y avergonzada desde el suelo, sus mejillas estaban rojas y sus cejas fruncidas.
–¡Perdón! No pude evitar escucharlos y tampoco quería interrumpirlos –al levantarse su cara estaba toda roja e hinchada, pero trató de disimular el dolor con una pequeña risa y el pulgar arriba.
–Das pena tía, de verdad mejor ni hubieras venido.
–Ya a callar niña que tú eres la que está en esta casa de vacaciones.
Estela sobó su cara muy adolorida y su vista se desvío directo hacia Spring, realmente se veía confundido ante todo lo que estaba pasando, pero en su interior sentía que debía recordar algo, algo muy malo...
Su mirada se centró en la nada con una expresión bastante concentrada... Aquello que había visto con sus propios ojos permanecía guardado dentro de un profundo cofre en su subconsciente en el cual, al tratar de ver por la cerradura lo único que vio, fue a aquellos ojos de plata que brillaban como luceros en medio de la noche más oscura que alguien pudiese imaginar.
–¿Estas bien pequeño? –preguntó Estela preocupada al acariciar el cabello del niño, pero este solo sacudió la cabeza e ignoró todo lo acontecido.
–Oye tía, a este se lo ve bien, recuerdo que cuando lo trajiste parecía un cadáver, aunque bueno... considerando que durmió tanto, no me sorprende.
–Aunque te equivoques, tienes un poco de razón, se recuperó bastante rápido
–¿Crees que sea igual que ella? Seria genial ver a otra Be... –Estela rápidamente amordazó a Paulette con una risa incómoda y la llevo hacía la puerta.
Spring inclinó la cabeza con duda y confusión: "¿Igual a quién?"
–Ehhh, no te preocupes por eso pequeñín, por ahora solo quédate y descansa.
Paulette bastante enojada comenzó a rasguñar las manos de su tía para descubrir su boca, pero al ver que nada funcionaba decidió morderla, haciendo que quite las manos de su boca y grite: "¡AUCH!"
–¡IGUAL A TU HERMANA!
–¿Que?
Se quedó en quieto mirando hacia las sábanas tratando de asimilar lo que dijo, incluso la baba caía de su boca.
–¡¿TENGO UNA HERMANA?!
Estela lanzó un fuerte manotazo hacia la cabeza de su sobrina y bastante indignada se acercó hacia Spring.
–Cuando te sientas mejor, hablaremos de esto ¿Sí? –arropó a Spring con unas suaves cobijas azules y agarró su cachete– Recupérate pronto niño.
Una vez que ambas salieran de la habitación, el pequeño se quedó recostado en cama mirando el techo durante unos minutos, cuestionando su existencia y tratando de recordar quien es.
–Que significarán esos dos cuernos desiguales... O acaso... ¿La niña de mi sueño es mi supuesta hermana?
Dio vueltas por toda la cama, se acostó boca abajo e incluso se metió dentro de las cobijas, pero esto solo lo desesperó.
–¡AAAGH! ¡ESTO NO ME AYUDA EN NADAAA!
Bajo las cobijas, cubierto de pies a cabeza comenzó a lanzar puñetazos contra el colchón, él quería respuestas, pero estar acostado ahí no lo llevaría a nada. Sin saber qué otra cosa hacer, salió de la cama, pero cuando puso un pie en el suelo casi se estrella contra él, había pasado mucho tiempo en cama y sus piernas aún se sentían muy débiles.
«No entiendo que es lo que me dejó en este estado... además no había notado que mi brazo está lleno de cicatrices.»
Agarrándose del velador, logró arrastrarse hasta la ventana y abrirla de un empujón, el viento cálido de la mañana lo recibió de forma amigable y la nieve se derretía en el horizonte.
–No sé por qué, pero sentir los rayos del sol se siente tan reconfortante... Es tan fascinante...
Cerró sus ojos y disfruto el momento, pero unos murmullos provenientes del patio llamaron su atención. En él, tres niños corrían y reían jugando con algunos juguetes de madera, entre esos tres, un personaje en particular captó la atención de Spring.
–Eso que hacen se ve muy divertido –asintió frustrado al no poder bajar a jugar, pero su vista cada vez se impregnaba en la niña de cabello corto que corría llevando en brazos a su peluche de erizo.
Hasta que de pronto, su cabeza recibió un fuerte corrientazo que lo derribó instantáneamente.
El dolor era demasiado intenso, como si dos manos apretaran brutalmente su cráneo hasta sacar sus ojos, pero no quería ceder ante el intenso dolor, se agarró en el marco de la ventana y lentamente se puso de pie. Para su mala suerte, recibió otro corrientazo que provocó que soltara el marco y accidentalmente golpeara su frente, dejándolo inconsciente en el suelo.
"Despierta"
Spring abrió los ojos y lo primero que sintió fue comodidad en el lugar donde permanecía acostado, era muy suave, como una gran almohada. Cuando se levantó vio que el lugar parecía estar hecho de una lana de un rosa débil contrastado con un vistoso blanco alrededor de todo el cielo.
THE ADVENTURE OF SPRING
Capítulo 4: "Sueños y señales"
–¿Acaso me morí o porque este parece el cielo?
Un débil corrientazo azotó a la frente del pequeño, pero esto solo fue por el golpe que había recibido anteriormente. Confundido se puso de pie y miró hacia los alrededores el olor que emanaba del ambiente hacía que se sintiera un tanto nostálgico y cuando pestañeó, a lo lejos en una pequeña elevación estaba sentada una mujer con un largo y bello cabello castaño.
Por alguna razón la espalda de ese personaje se le hacía algo conocida, muy seguramente sabía quién era esa persona, pero como su mente estaba en blanco no sabía quién. Decidido por saber más se acercó a ella y dio tres toques a su espalda, llamando la atención de la completa desconocida.
–Oiga señorita... ¿La conozco?
–No lo sé... ¿Me conoces?
Spring se sentó a su lado y observó el extenso campo rosado, era muy extraño, lo que debería ser pasto se sentía realmente como pelaje, si este era un sueño, es un sueño demasiado raro, o al menos eso pensaba Spring en ese momento.
–Dime, ¿Qué es lo que te tiene tan preocupado?
–¿Que? No, no es nada.
–Conozco esa forma en la que mueves tus labios, es cuando algo realmente te está rondando en la cabeza y no lo puedes sacar.
–Es solo que, acabo de despertar y no sé absolutamente nada de nada, es como si hubiera acabado de nacer, pero me hacen preguntas y afirmaciones de cosas que no viví o al menos no recuerdo haberlas vivido...
–Pero sientes que las has vivido, sientes que deberías hacer algo, pero no sabes el que hacer ni el por qué.
–Realmente esto es muy confuso –apegó su cabeza al brazo de la mujer y suspiró con desanimo– Hablas como si supieras como me siento realmente.
–Quizás si te conoces a ti mismo, y eres consciente de aquello, pero tienes miedo de buscar más adentro de ti.
–¿Por qué? ¿Por qué no querría recordar algo de mi vida? Si estoy desesperado por conocer por lo menos mi nombre.
–Le temes a algo, algo que estuvo presente anteriormente, algo a lo que no quieres volver.
Spring se recostó en el regazo de la mujer y esta comenzó a hacerle piojito en la cabeza mientras el pequeño niño digería aquello a lo que más le temía.
–El demonio –exclamó, y al abrir los ojos vio el rostro de la mujer, pero este solo era un rostro en blanco.
–Había una canción, que me gustaba cantarte siempre que te sentías triste, o melancólico... Realmente odiaba que te sintieras así.
–¿Enserio? –se levantó y se sentó frente a la mujer sin rostro– ¿Y cómo era?
"Na-na-na-na"
Al escuchar solo esa pequeña tonada su corazón latió muy fuerte y sus ojos se abrieron en una inmensa impresión.
"El viento gira a tu alrededor, los astros se alinean hacia ti, un rayo te envolverá y un gran héroe tú serás, con gran valor volarás, como ángel en tempestad, en llamas de oro brillarás y al gran mal tu vencerás, porque tú, mi pequeño Spring, un gran tu héroe serás, el más grande de todos, ese tú seráaaaas..."
Por un segundo, pudo ver el hermoso rostro de la mujer, y entre lágrimas quiso lanzarse hacia ella, pero en ese mismo instante despertó de aquel hermoso sueño. Con la frente en el suelo y los brazos arrastrados, el niño de cabellos alborotados lloró en silencio, esa canción, había tocado lo más profundo de su ser, y como una lampara en medio de la temible noche disipó todo el caos que había en su corazón, dejando en calma aquello que en algún momento fue perturbado.
Al final se quedó ahí tirado sobre aquella alfombra peluda de color rosa, pero su corazón ahora estaba en paz, solo quería quedarse así por siempre, y escuchar esa melodía cantada por esa angelical voz que venía a su mente, pero gracias a ello, su nombre se hizo presente.
Cuando el niño de la espiral cayó en cuenta de esta revelación, se levantó eufórico. La adrenalina fue tal, que de un solo envión se levantó del suelo y rápidamente salió de la habitación. Al no conocer el lugar en donde estaba, corrió de un lado a otro y cuando bajo las escaleras, cada escalón resonó por toda la casa, llamando la atención de todos aquellos que la habitaban.
–¿Qué es lo que está pasando? –exclamó un hombre bastante mayor al ponerse de pie y dirigirse hacia la sala.
Estela y el resto que se encontraba en la cocina se alarmaron y decidieron acompañar al hombre y cuando llegaron, en el último escalón estaba de pie el pequeño niño que había encontrado la primera pieza de su rompecabezas.
–Mi nombre.... ¡ES SPRING!
Capitulo 4 - FIN