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Chapter 27 - La Luz de la Esperanza

Con el sacrificio de Alaric Stormwind, Mytravael y Zulikiga aún resonando en la plaza mayor de Oftalmolecusamp, la multitud se dispersó lentamente, llevando consigo el peso de la pérdida. Marius, abrumado por la tristeza y el dolor, se quedó en el centro de la plaza, aferrándose al diario que Alaric le había entregado.

Al abrirlo, se dio cuenta de que las páginas estaban escritas en un idioma desconocido para él, el Yamés, un dialecto antiguo que apenas entendía. Sin embargo, el contenido del diario era crucial; las estrategias, los planes y las esperanzas de Alaric estaban allí, y él no podía dejar que esa sabiduría se perdiera.

Con una determinación renovada, Marius decidió que debía llevar el diario a los reyes de Yamet. Sabía que ellos podrían no solo ayudarle a descifrarlo, sino también orar por el espíritu de su amigo.

El Viaje a Yamet

La travesía a Yamet fue ardua, llena de peligros y obstáculos. Sin embargo, la visión de Alaric y sus ideales lo mantenían motivado. Con cada paso, recordaba las palabras de su amigo sobre la importancia de la resistencia y la unión de los pueblos.

Al llegar a la majestuosa ciudad de Yamet, Marius se presentó ante los reyes, quienes lo recibieron con curiosidad.

—¿Qué traes, joven? —preguntó el Rey Nandar, su voz resonando con autoridad.

—Su Majestad, he traído el diario de Alaric Stormwind —dijo Marius, la voz temblándole—. Necesito su ayuda para descifrarlo. Contiene sus pensamientos, sus planes... y su legado.

La reina Lira, con una expresión de profunda tristeza, miró el diario que Marius sostenía con tanto fervor.

—Alaric fue un gran hombre —dijo ella—. Su sacrificio no será olvidado.

Orando por los Caídos

Los reyes de Yamet tomaron el diario y, tras una breve consulta, decidieron organizar una ceremonia en honor a Alaric y sus compañeros caídos. La noticia se esparció rápidamente, y pronto, la ciudad se llenó de gente que deseaba rendir homenaje a los héroes que habían luchado por la libertad.

La ceremonia se llevó a cabo en un templo sagrado, donde los ciudadanos de Yamet se unieron en oración. Marius, de pie junto a los reyes, sostuvo el diario en alto mientras todos los presentes cerraban los ojos, centrándose en sus recuerdos de Alaric.

—Que el espíritu de Alaric Stormwind, Mytravael y Zulikiga inspire a todos los que luchan por la justicia —dijo el Rey Nandar, su voz resonando en el aire.

Los presentes levantaron sus manos al cielo, y el sonido de las oraciones llenó el templo. Marius sintió una conexión profunda con aquellos que lo rodeaban, todos unidos en la memoria de los héroes que habían sacrificado todo por su pueblo.

Desentrañando el Legado

Tras la ceremonia, Marius se sentó con los sabios de Yamet. Juntos, comenzaron a trabajar en la traducción del diario, descifrando cada página con reverencia. Con cada palabra, los ideales de Alaric cobraban vida, su visión de un mundo unido y libre resonando en sus corazones.

Con el tiempo, Marius se convirtió en un líder en su propio derecho, impulsando a otros a seguir el legado de Alaric. Cada vez que se encontraba ante una decisión difícil, recordaba las enseñanzas que había encontrado en el diario, guiando sus acciones en honor a su amigo.

Así, a medida que pasaban los meses y los años, la historia de Alaric Stormwind, Mytravael y Zulikiga no solo se mantuvo viva en las memorias de los pueblos que habían conocido su valor, sino que se transformó en un símbolo de esperanza, unidad y resistencia. Marius, ahora un portavoz de la justicia y la libertad, continuó la lucha, llevando consigo la luz que Alaric había encendido, un faro que nunca se apagaría.

FIN