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Chapter 9 - Capítulo 1 - Parte 8

Parte 8

 

Al planear ir al templo, los protagonistas se reúnen esa tarde alrededor de una fogata improvisada en las afueras de la ciudad. "Tal vez no sea tan mala idea después de todo", pensó Jake, mientras revisaba su mochila por quinta vez. Claro, no podían ir sin una preparación adecuada, y eso incluía su obsesivo chequeo de equipo.

 

—Bueno, ¿y qué esperamos encontrar allá? —preguntó Sophia mientras mordisqueaba una galleta.

 

—No lo sé, tal vez un premio por ser los más imprudentes en la historia —Jake sonrió de lado, su tono estaba a medio camino entre la ironía y el entusiasmo—. Pero si hay algo que Raven no nos contó, lo averiguaremos nosotros.

 

Al día siguiente, se levantaron antes del amanecer. El viaje no sería largo, pero las historias sobre el templo abandonado ya habían logrado intimidarlos un poco. "Templo de la Llama Eterna... suena más místico que acogedor." Jake pensaba en voz baja mientras ajustaba la cinta de su espada.

 

La caminata al templo fue todo lo que esperaban: árboles retorcidos, niebla espesa y esa molesta sensación de ser observados. Sophia bromeó sobre que el GPS los estaba enviando a otro plano dimensional, mientras Jake miraba las sombras entre los árboles.

 

—Tú ríete, pero estoy bastante seguro de que, si nos perdemos aquí, ni siquiera Google Maps nos salvaría.

 

Cuando llegaron finalmente al templo, los pilares antiguos y cubiertos de musgo los recibieron con una sensación pesada. En el centro, la Llama Eterna aún ardía, pero había algo extraño... una energía casi imperceptible vibraba en el aire, distorsionando el entorno.

 

—Esto no es un simple fuego, ¿verdad? —preguntó Sophia, más seria que de costumbre.

 

—No —respondió Jake, mientras observaba los pilares que formaban un círculo alrededor del fuego—. Creo que estamos dentro de un hechizo... y no es cualquier hechizo. Este lugar está aislado, como si hubiera sido arrancado del resto del mundo.

 

Ambos se miraron, comprendiendo que habían entrado en algo mucho más grande de lo que imaginaron. La risa de antes se desvaneció, pero el desafío ante ellos solo estaba comenzando.

 

La energía en el aire era evidente, casi como si el templo en sí respirara, moviendo una vibración sutil que recorría la piel de Jake y Sophia. "No es un fuego común, y definitivamente no es un hechizo de bajo nivel", pensó Jake, analizando la estructura del lugar mientras caminaba en círculos, su mirada clavada en los pilares.

 

Sophia, intentando mantener la calma, empezó a examinar el terreno, deteniéndose frente a uno de los pilares. Sus ojos se estrecharon al notar unas runas desgastadas en la piedra.

 

—Estas marcas… parecen mucho más antiguas de lo que pensaba. —suspiró Sophia mientras se arrodillaba para tocarlas. Un leve resplandor azul comenzó a emanar desde las ranuras, y la tierra bajo sus pies se estremeció suavemente.

 

—¿Qué demonios fue eso? —Jake dio un paso hacia atrás, con los músculos tensos, listo para desenvainar su espada en cualquier momento. Pero nada parecía atacarlos... al menos, no todavía.

—No lo sé, pero creo que acabamos de activar algo —dijo Sophia, claramente intrigada pero también inquieta—. Mira las runas, están conectadas. Y esa energía... tiene un patrón cíclico. Como si fluyera entre los pilares, formando un campo alrededor del templo.

 

Jake observó de cerca, siguiendo las líneas que conectaban los pilares. "Es una red", concluyó. Cada pilar era un nodo en una estructura energética más grande, cada uno jugando un papel crucial para mantener lo que fuera que contenía la Llama Eterna.

 

—¿Crees que este lugar…? —empezó a decir Sophia, pero Jake la interrumpió.

 

—Está sellado, aislado en un dominio espaciotemporal. —Sus palabras salieron de golpe, como si una epifanía acabara de formarse en su mente. Miró la llama—. Esto no es solo un templo perdido. Es una prisión.

Sophia se estremeció ante la palabra "prisión". "Pero ¿qué o quién necesita ser aislado de una manera tan compleja? ¿Y por qué sigue activo?" Las preguntas surgieron sin respuesta inmediata, pero ambas sabían que estaban a punto de profundizar más de lo que nunca habían imaginado.

 

Flashback: El maestro Hiroshi y la advertencia velada

 

Mientras Jake intentaba conectar las piezas, recordó las palabras de su maestro de Kenjutsu, Hiroshi. Había mencionado, en más de una ocasión, que ciertos lugares estaban sellados para proteger a la humanidad de fuerzas que no entendían completamente. Hiroshi nunca había dado detalles, pero había advertido a Jake que si alguna vez se topaba con un sitio donde la energía fluía sin descanso, debería tener mucho cuidado.

 

"La energía no es lo que crees que es. A veces, se convierte en una puerta. Otras veces, es la cadena que la cierra."

Jake tragó saliva. "¿Estamos lidiando con algo más grande que solo un hechizo estelar? ¿Es este lugar una cadena que mantiene a raya algo mucho más peligroso?"

 

El descubrimiento: Algo se mueve

 

Sophia estaba concentrada en las runas cuando de repente, el suelo bajo ellos se sacudió ligeramente, como si el mismo templo hubiera despertado de un largo sueño. Los pilares comenzaron a emitir una luz tenue, como un eco de la energía que alguna vez los había cargado. Pero esta vez, algo estaba diferente. La llama en el centro del templo parpadeó, y por un instante, Sophia sintió que no estaban solos.

 

—Jake… ¿lo sientes?

 

Jake asintió, sin apartar los ojos de la llama. En el borde de su visión, notó una figura moviéndose entre los pilares. Una silueta, como una sombra sin forma definida, se deslizaba entre la oscuridad. "No puede ser solo nuestra imaginación."

 

—Algo está mal. —Jake desenvainó lentamente su espada, manteniendo la vista fija en la figura—. No estamos solos. Sea lo que sea lo que este lugar está conteniendo, puede que esté empezando a despertar.

 

Sophia tragó saliva, sintiendo que la tensión en el aire aumentaba con cada segundo que pasaba. Estaba claro que habían desencadenado algo, algo que los había notado. Los pilares ahora brillaban con mayor intensidad, como si respondieran al creciente peligro.

 

—Jake, tal vez activar estas runas no fue nuestra mejor idea. —Su voz intentaba mantener la calma, pero el miedo se filtraba en sus palabras.

 

—Lo que sea que esté aquí... ya nos ha visto. —Jake dio un paso adelante, los músculos tensos mientras mantenía su espada al frente, listo para lo que viniera—. Ahora solo podemos enfrentarlo.

 

Ambos sabían que no había vuelta atrás.

 

El templo, sellado por un hechizo ancestral, los estaba empujando hacia un conflicto que ya no podían evitar.

 

La Llama Eterna, un símbolo de energía estelar pura, comenzaba a volverse más inestable, sus fluctuaciones reflejaban la creciente tensión. Como si la energía contenida durante siglos estuviera buscando una salida.

 

El verdadero propósito de ese lugar estaba por revelarse.

 

El aire dentro del templo se tornó denso, cargado de una energía antigua que vibraba con cada paso que daban. Los ecos de sus pisadas parecían multiplicarse, como si el templo fuera un túnel sin fin hacia el pasado. Sophia y Jake avanzaron lentamente, con la piel erizada y el pulso acelerado. No podían dejar de sentir que algo, o alguien, los observaba desde las sombras.

 

—Esto no es solo una prisión, Jake —dijo Sophia, sus ojos no se apartaban de la llama fluctuante—. Es un ritual continuo. Algo está siendo alimentado… o contenido.

 

—Ambas cosas, tal vez —respondió Jake, tratando de mantener la mente clara mientras sus pensamientos volaban hacia el entrenamiento con Hiroshi—. Un lugar donde el tiempo y el espacio se manipulan, donde la energía estelar es la clave para todo. Es más, de lo que esperábamos.

 

Sophia se detuvo frente a uno de los pilares, su mirada fija en las runas que ahora brillaban con un resplandor constante. Sentía una conexión extraña, como si las marcas en la piedra hablaran directamente a su mente. "Energía estelar… sellada por una razón. Pero ¿por qué nosotros? ¿Por qué ahora?"

 

Mientras se sumergía en sus pensamientos, algo en las sombras se movió. Un sonido suave, casi imperceptible, que hizo que ambos voltearan en la misma dirección. La figura que antes había sido una sombra informe ahora parecía tomar forma. Era humanoide, pero difuso, como si su presencia estuviera siendo filtrada por el mismo tejido de la realidad.

 

—Jake… —susurró Sophia, su voz cargada de tensión—, ¿lo ves?

 

—Sí. Pero no estoy seguro de que sea real —respondió Jake, su espada brillando tenuemente con la luz de la llama—. Sea lo que sea, no nos quiere aquí.

 

El ser, o lo que fuera, dio un paso hacia ellos, y de repente, todo a su alrededor pareció congelarse por un momento. La llama titiló violentamente, proyectando sombras largas que distorsionaban la geometría del lugar. El frío se apoderó del ambiente.

 

—¡No estamos solos! —gritó Sophia mientras un rugido bajo, gutural, se elevaba desde las profundidades del templo.

 

De repente, las runas que cubrían los pilares comenzaron a brillar con mayor intensidad. Un pulso de energía estelar se disparó hacia la figura, obligándola a retroceder. Pero no se desvaneció; en cambio, comenzó a absorber la energía que los pilares emitían.

 

—No puede ser… —murmuró Jake, dando un paso atrás—. Está usando la energía estelar del templo para fortalecerse.

La figura soltó un grito ahogado, como una carcajada rota, y alzó lo que parecía un brazo hacia la llama. El fuego cambió de color, volviéndose de un azul brillante a un oscuro púrpura que crepitaba de forma irregular. Jake y Sophia intercambiaron miradas, sabiendo que el tiempo se les agotaba.

 

Flashback: El maestro Hiroshi y la verdad oculta

 

Jake recordó de golpe una de las lecciones más crípticas de Hiroshi. Su maestro había hablado de "entidades atrapadas entre los planos", seres que existían fuera del flujo normal del tiempo y el espacio. Energías corruptas que usaban los puntos de conexión de la energía estelar para romper las barreras entre los mundos.

"Un lugar donde el espacio y el tiempo se distorsionan es un lugar donde las reglas del universo son maleables. Pero esas reglas pueden ser rotas si la energía cae en las manos equivocadas."

 

Jake ahora entendía lo que Hiroshi había querido decir. Este templo, esta prisión, no solo contenía un hechizo; contenía una criatura, una entidad que había estado esperando el momento perfecto para liberarse. Y ellos, sin quererlo, lo habían desencadenado.

 

—¡Sophia, tenemos que detenerlo! —gritó Jake, su mente trabajando a toda velocidad—. Está usando el hechizo en su contra. ¡Si logra desatar toda la energía estelar de este lugar, no quedará nada!

 

Sophia asintió, pero sus ojos estaban fijos en algo más. "Si este lugar fue sellado para contenerlo, debe haber una forma de revertirlo."

 

—Esos pilares… están canalizando la energía. Si logramos interrumpir el flujo, tal vez podamos contenerlo de nuevo. —Sophia comenzó a moverse, sus dedos rozando las marcas, buscando el patrón que pudiera interrumpir el hechizo.

Jake, mientras tanto, se preparó para lo peor. Sabía que cualquier error, cualquier paso en falso, podría significar el fin de ambos. Mientras Sophia trabajaba, él se acercó lentamente a la llama, sintiendo cómo la energía pulsaba a su alrededor. La figura seguía absorbiendo el poder del templo, pero su mirada ahora estaba fija en Jake.

 

—Tú… —una voz rasposa y rota resonó desde la figura—. No sabes lo que haces. Este poder… es mío.

 

—No mientras yo pueda evitarlo —murmuró Jake, su espada brillando con la energía estelar mientras tomaba una postura defensiva.

Sophia, enfocada en los pilares, apenas podía escuchar la confrontación. Sabía que el tiempo apremiaba. Las runas comenzaban a cambiar, a distorsionarse bajo su toque. "Solo un poco más..."

 

Jake sabía que tenía que ganar tiempo. La figura avanzaba lentamente, cada paso resonando en el suelo de piedra.

 

—Vamos, Sophia… —murmuró Jake mientras se preparaba para el enfrentamiento inevitable. Todo dependía de su siguiente movimiento.

 

La tensión en el templo alcanzó su punto máximo. Jake mantenía su espada erguida, preparado para enfrentar cualquier amenaza, mientras Sophia continuaba concentrada en las runas, intentando desesperadamente encontrar una manera de interrumpir el flujo de energía que alimentaba a la entidad.

 

—¡Jake, rápido! —gritó Sophia, sus dedos deslizándose sobre las runas con una urgencia latente.

 

Jake asintió y desvió su atención hacia la figura difusa que se acercaba cada vez más. La entidad parecía crecer en fuerza, alimentándose de la energía estelar que emanaba de la Llama Eterna. Sus ojos brillaban con una intensidad oscura, reflejando siglos de confinamiento y resentimiento.

 

—No podemos dejar que se libere —respondió Jake, dando un paso adelante—. Si lo hace, no solo nosotros, sino toda la academia, estaríamos en grave peligro.

 

Sophia finalmente encontró lo que buscaba. Las runas comenzaron a alinearse de una manera específica, formando un patrón complejo que Jake reconoció de las lecciones de Hiroshi sobre los sellos de contención.

 

—¡Lo tengo! —exclamó Sophia, levantando las manos hacia las runas—. Solo necesitamos canalizar la energía estelar de vuelta a los pilares. Debería reforzar el hechizo original.

 

Jake asintió y bajó ligeramente su espada, confiando en la capacidad de Sophia para manejar la situación.

 

—¡Ahora, Sophia! —gritó, instándola a activar el sello.

 

Sophia cerró los ojos y comenzó a concentrarse profundamente, sintiendo cómo la energía estelar fluía a través de ella. Las runas brillaron intensamente, emitiendo una luz cegadora que llenó el templo. La entidad luchó contra la represión, emitiendo un rugido que sacudió los cimientos del lugar.

 

—¡No te dejaré escapar! —protestó la entidad, su voz resonando en cada rincón del templo.

 

Jake se mantuvo firme, protegiendo a Sophia mientras ella canalizaba la energía. Gradualmente, el brillo de las runas comenzó a estabilizarse, y la figura de la entidad se volvió menos definida, perdiendo fuerza con cada pulsación de energía dirigida hacia los pilares.

 

—¡Lo estás haciendo, Sophia! —animó Jake, aunque su voz temblaba ligeramente por la adrenalina.

 

Finalmente, un pulso final de energía estelar envolvió a la entidad, atrapándola de nuevo dentro de los confines del templo. La Llama Eterna volvió a su color original, ardiendo con una calma serena. Los pilares dejaron de vibrar y las runas se apagaron, devolviendo al templo a un silencio casi absoluto.

 

Sophia cayó de rodillas, agotada pero aliviada. Jake corrió hacia ella y la ayudó a levantarse, ambos respirando con dificultad.

 

—Lo logramos —dijo Jake, su voz cargada de alivio.

 

—Sí, pero aún no hemos terminado —respondió Sophia, mirando alrededor del templo—. Necesitamos asegurarnos de que esta energía no vuelva a ser una amenaza.

 

Ambos se dirigieron hacia la Llama Eterna, sabiendo que debían llevarla a un lugar seguro para debatir su futuro con Raven. Sin embargo, mientras se preparaban para salir, una última vibración recorrió el templo, como un eco distante del poder contenido en su interior.

 

—Vamos —dijo Jake, tomando la llama con cuidado—. Necesitamos discutir esto con Raven antes de que alguien más se entere.