Riuz, Harriet y Henry yacían ahora en la cama de Henry, agotados, sudorosos y pegajosos. Sus respiraciones entrecortadas llenaban la habitación, pero aún así estaban acurrucados, disfrutando de la quietud que seguía a las intensas horas previas.
Riuz: "Entonces... ¿por qué estás aquí?" —preguntó entre jadeos, mientras acariciaba suavemente a su esposa.
Harriet: "Volví temprano..." —respondió mientras frotaba su rostro contra la piel húmeda de Riuz, inhalando su aroma con pasión, a pesar del cansancio—. "Cuando vi que no estabas en casa, pregunté y me dijeron que habías salido por un pastel. Como tardabas, decidí buscarte. Pensé que quizás habías venido a casa de Henry, ya que estaba de camino. Si no fuera así, aun quería venir a decirle que viniera a casa para la celebración... pero no esperaba encontrarlos así."
Henry: "Perdón, mamá... Yo no quería..." —se disculpó con un hilo de voz.
Harriet: "Shhh..." —lo interrumpió, colocando un dedo delicadamente sobre sus labios.— "Las putitas no tienen derecho a pedir perdón, solo pueden aceptar ser castigadas con sus culos llenos de leche" Dijo apretando las nalgas de su hijo y moviendo sus manos sobre su ano, sintiendo el esperma aun saliendo de allí— "Amor, Henry necesita un tapón para mantener todo dentro"
Riuz solo asintió, sacando un plug anal de la nada, el cual su esposa tomó y lo metió sin cuidado dentro del trasero de su hijo, causando que gimiera.
Henry: "¡Mamá!" —exclamó con una mezcla de vergüenza y sorpresa.
Harriet: "Acostúmbrate. Tu padre va a rellenar tu culo muy seguido y tendrás que usar uno de estos para que nada se escape. No tienes permitido sacártelo sin mi permiso. ¿Entendido?"
Henry: "Sí, mami..." —respondió, avergonzado y sonrojado hasta las orejas.
Harriet: "Eso está mejor. Ahora empieza a chupar esa polla, necesita estar limpia antes de que vayamos a casa, y luego sigues conmigo."
Henry, sonrojado, se levantó a pesar del agotamiento y el dolor y empezó a chupar el pene de su padre mientras que veía como este empezaba a besar a su madre.
Riuz: "Es increíble cuánto has cambiado con los años. Cuando nos conocimos, jamás habrías imaginado que llegarías a hacer algo así."
Harriet: "¿De quién es la culpa? Tuve que adaptarme, o habría perdido la cabeza... aunque eso no significa que te perdone por volver tan putas a cada una de nuestras hijas... e hijo."
Riuz: "Lo sé. Te lo compensaré." —dijo mientras inclinaba su cabeza para besar la nariz de Harriet.
Harriet: "Más te vale."
...
Riuz volvió a su casa, acompañado de su esposa e hijo, este último siendo cargado en sus brazos. Lo habían follado tanto que le era difícil caminar. Aun así, Henry sintió que eso era lo mejor, ser cargado por su padre como una princesa alimentaba su corazoncito acelerado.
Al llegar, se encontraron con una fiesta improvisada en honor al regreso de Harriet. Comida y risas llenaban el ambiente, pero lo que realmente llamó la atención de las mujeres presentes fue la inesperada entrada de Riuz cargando a Henry, quien llevaba un vestido y maquillaje que resaltaban su apariencia femenina. Aunque el estilo de Henry no era desconocido para ellas, lo sorprendente fue la naturalidad con la que Riuz actuaba, como si fuera lo más normal del mundo.
Riuz, ignorando cualquier mirada de curiosidad o sorpresa, dejó a Henry con cuidado en un sillón antes de unirse a los juegos con sus hijas más pequeñas. Las niñas reían mientras su padre las perseguía o las levantaba en el aire, disfrutando de su atención. Mientras tanto, las hijas mayores se agruparon en diferentes zonas de la sala para conversar. Algunas se acercaron a Harriet y Henry con preguntas sobre lo ocurrido, mientras que otras optaron por comentar desde la distancia, lanzando ocasionales miradas al grupo. Pinky, siempre animada y ajean a los problemas de los demas, decidió unirse a los juegos con las más pequeñas.
Henry, algo intimidado por las preguntas insistentes de sus hermanas mayores, respondió de manera breve, tratando de no entrar en detalles sobre lo sucedido antes de la llegada. A pesar de la atención, se mantuvo callado y observador.
La fiesta continuó con alegría hasta que las más pequeñas comenzaron a mostrar signos de cansancio. Algunas ya dormitaban en los sillones o en el suelo, por lo que fueron enviadas a sus habitaciones. Una vez que las niñas se retiraron, el ambiente cambió: los adultos sacaron bebidas, y las conversaciones se tornaron más relajadas y vulgares.
Henry permanecía en el sillón, bebiendo tranquilamente un vaso de jugo, mientras las demás personas se agrupaban para charlar. Sin embargo, algunas de sus hermanas mayores comenzaron a murmurar, lanzando comentarios como "Ya es tarde, Henry" o "Si te quedas, puedo prestarte mi habitación". Estas insinuaciones se volvieron más frecuentes, reflejando la impaciencia y enojo por la presencia de Henry, estaban esperando que el espacio quedara libre para disfrutar de la parte más divertida de la reunión familiar.
Riuz notó la tensión y decidió tomar la iniciativa para relajar el ambiente. Se acercó a Harriet y, con una sonrisa cómplice, la tomó de la mano para darle un beso lleno de pasión. Las hijas mayores observaron la escena, algunas sonrojadas por el gesto de afecto. No era la primera vez que veían muestras de cariño entre sus padres, pero hacerlo frente a Henry, un 'extraño' les resultaba un tanto incómodo. Las chicas miraron a Herny que también estaba sonrojado y así todos, a excepción del humano y la oveja que se besaban, estaban avergonzados.
Claro, eso no se detuvo allí y antes de que alguien pudiera darse cuenta, las ropas de Riuz y Harriet, las cuales ya no estaban en sus mejores momentos desde un principio, se fueron saliendo y el simple beso pasó a algo mucho mas carnal, con Harriet montando a su marido.
Todas las mujeres del lugar miraron esto con consternación, viendo como su padre/esposo se había alocado con su esposa frente a Henry. No pudieron evitar pensar que su padre se había estado conteniendo y ahora estaba tan caliente que no había notado lo que estaba haciendo, pero eso cambió cuando escucharon a Harriet llamar a su hijo.
Henry caminó torpemente hacia ellos y, como si entendiera tácitamente la mirada de su madre, se arrodilló. Agachándose se acercó a donde sus padres se unían y comenzó a succionar las bolas de su padre.
Casi se caen varias mandíbulas al presenciar algo así, nadie lo esperaba, algunas se limpiaron los ojos con fuerza antes de volver a mirar, pensando que todo pudo ser una alucinación. El silencio pronto terminó con varias exclamaciones de sorpresa.
En ese momento Riuz ya no se contuvo y rompió su ropa tirando a Harriet contra el suelo y empezó a montarla salvajemente. También agarró a su hijo, quien cayó por su brusco movimiento, rompiendo su vestido y acercándolo para succionar su pecho, haciéndolo gemir.
Todas las espectadoras estaban congeladas mirando lo que estaba pasando, por lo menos las mas cuerdas. Aquellas que ya de por sí eran mas pervertidas no pudieron evitar meter sus manos en sus pantalones y tocarse a sí mismas.
Las exclamaciones se hicieron cada vez mas fuertes, por lo menos hasta que Riuz saltó sobre otra de sus hijas y empezó a montarla como un animal salvaje, así como manosear a las otras cercanas. Las exclamaciones pasaron a gemidos y el ambiente de incredulidad pasó a uno mas común, una orgía familiar tradicional. Aun así, algunas no podían evitar mirar hacia Harriet, que estaba sentada sobre la cara de su hijo.
Les costó un poco aceptarlo al principio, la idea de que su padre también decidiera atacar a sus hijos varones era... complicado. Pero ahora, siendo ellas las que eran folladas, tenían otras cosas en que pensar.
La orgía ya había comenzado, y las cosas, aunque algo lentas al principio pronto mejoraron. Aquellas hijas que no tenían problemas con ciertas cosas saltaron sobre sus hermanas. Riuz trató de darle amor a cada una de sus hijas y esposas, hasta que Harriet lo llamó para que atendiera a Henry, hablaba en serio de castigarlo haciendo que sea violado repetidamente.
Todas las mujeres veían esta escena con diferentes emociones. Ver a una de las primeras mujeres de Riuz quitarle el plug anal a su propio hijo y que luego su padre lo montara, provocando que la oveja soltara sonidos tan femeninos... Algunas estaban shockeadas mientras que otras estaban asqueadas, aunque también había quienes acababan de descubrir un nuevo fetiche y nunca habían estado tan excitadas como en este momento, deseando poder ver mucho mas.
Al final, dentro de esta orgía, Henry fue el que mas atención recibió, pues a pesar de que Riuz fue cambiando con cada una de las mujeres presentes, cada cierto tiempo volvía a darle un poco de amor al recién incorporado.
Hija Equidna: "Es injusto" —Se quejó cruzándose de brazos, pero con las piernas abiertas, esperando recibir un poco de aire en su ano ardiente, reciénteme follado.— "Siempre es lo mismo, ahora Herny recibirá toda la atención"
Hija Cisne: "Serán solo unas semanas. Lo mismo pasó con las primeras lesbianas o las primeras que le dejamos usar nuestros traseros." —Respondió acicalándose, sus plumas estaban en muy mal estado por el desenfrenado apareamiento.
Hija Jirafa: "Papa siempre se emociona con las cosas nuevas. Puede que henry reciba mucha atención, pero volverá a la normalidad en un tiempo."
Las mujeres de la familia, o por lo menos la mayoría, había aceptado la idea de Henry uniéndose a sus filas. Ninguna negaría que esa oveja era demasiado femenina para ser del todo un hombre. Aun así, hubo quienes rechazaron completamente la idea y le recriminaron a su padre por hacer algo así. Pero bueno, ante esto, Riuz utilizo el mismo método que usó con sus hijas 'anti-lesbianas', violando sus culos mientras las obligaba beber su semen desde el culo de Henry. Sí, estaban mas enojadas, las que podían pensar, pero luego de hoy y unas cuantas veces mas y terminaran olvidando ese odio sin sentido. Riuz predica el amor familiar, y espera compartir eso con sus hijas... mediante trasmisión sexual.
Al final de la velada, todos estaban agotados, pero aún quedaban quienes tenian que hacer algo con alguiend e su familia.
Pinky, la que era metida en estas orgías en contra de su voluntad y obligada a participar, con su trasero goteando esperma, se acercó cojeando hacia su hermano, Henry. Dentro de la numerosa familia de Riuz, los hijos solían agruparse por edad, intereses o especie. Sin embargo, el primer grupo que se formó estuvo compuesto por los tres primogénitos de las tres primeras esposas: Bianca, Henry y Pinky.
Pinky: "¿Estás bien, Henry?" —preguntó Pinky con genuina preocupación, observando a su hermano. La oveja estaba tumbada boca arriba en el suelo, jadeando con dificultad, con sus extremidades extendidas y sobre un charco de líquido blanco que seguía saliendo de su enrojecido ano.
Henry: "Cansado... incómodo... y sediento" —respondió Henry entre jadeos, sin moverse demasiado.
Pinky suspiró y se sentó junto a él, tomando su mano con un gesto de camaraderia.
Pinky: "Al principio es difícil, pero te acostumbras... incluso aprendes algunos trucos para sobrellevarlo" —dijo con un tono tranquilizador. Luego añadió con una leve sonrisa amarga— "Parece que de nosotros, solo Bianca se salvo. Fue lo suficientemente lista para irse temprano. Papá es increíble, sí, pero hacernos pasar por todo esto..."
Apretó ligeramente la mano de su hermano, mostrando la incomodidad que aún le provocaba la situación. Sin embargo, se llenó de valor y trató de transmitir fuerza a Henry.
Pinky: "No te preocupes, saldremos adelante. Esto no será para siempre, y cuando todo termine, seremos libres. Hasta entonces, solo podemos ser fuertes y apoyarnos mutuamente."
Henry: "Pinky... la verdad es que... a mí me gusta esto. Lo disfruto más que nada. Quería que sucediera más que nada en el mundo."
Henry giró la cabeza hacia su hermana, y sus ojos, llenos de sinceridad, sorprendieron a Pinky.
Pinky se quedó inmóvil, procesando las palabras de su hermano. Se sintió tonta al darse cuenta de que había malinterpretado completamente los sentimientos de Henry. Ella había venido con la intención de consolarlo, creyendo que compartían el mismo malestar por estas tradiciones familiares, que encontraría un confidente, un compañero... pero ahora entendía que no era así.
Con un suspiro, Pinky se levantó lentamente. Sin decir nada más, se dirigió a su habitación. Ya no tenía ánimos de continuar con la conversación. Por lo menos sabía que su padre, como siempre, le llevaría su desayuno favorito a la cama la mañana siguiente, un pequeño gesto de cariño para compensar esas orgias obligatorias... eso le gustaba... por lo menos, su ano adolorido lo merecia.
...
La casa estuvo un poco mas animada desde ese día, la adición de Henry era la incorporación mas posibilidades y algunas personas quisieron experimentar un poco con las nuevas opciones, haciendo todo mas movido.
Harriet cumplió lo que dijo, haciendo que su hijo recibiera su... merecido. Durante los siguientes meses, Riuz, todos los días, tenía que hacerlo por lo menos 3 veces con él antes de seguir con su día. Fue impresionante en cierto modo.
Clara y Roselia fueron las mas impactadas por esto. También se habían adaptado esta familia, pero cuando vieron a Henry uniéndose a las demás mujeres de la familia en las tradiciones familiares y lo metida que estaba Harriet en esto estaban muy asombradas. Hubo varias charlas familiares, pero al final, luego de ver lo mucho que Henry quería esto, todos le recibieron con los brazos abiertos. Para Riuz era una imagen muy excitante el ver a Roselia follando con una renuente Pinky y a Harriet con Henry, mientras que el mismo montaba a Clara. Le hacía rememorar el pasado...
La familia seguía alocándose más y más tras puertas cerradas. Aunque, como en toda gran reunión, surgieron ciertos "problemas". Bueno, si es que se pueden llamar problemas...
Al día siguiente del incidente con Henry, Kiara irrumpió en la mansión de Riuz de una forma que nadie esperaba. Pateó la puerta con tal fuerza que casi la arrancó de sus bisagras y, con voz tronante, empezó a gritar:
Kiara: "¡¿Dónde está mi marido?!" —vociferó, caminando decidida hacia el salón principal—. "¡Llegué a casa y no estaba! Su vestido estaba hecho trizas en el suelo, y mi piso, mesa y cama olían a sexo y tenían semen seco!"
La indignación en su voz era palpable, y sus ojos se clavaron en Riuz, quien estaba sentado tranquilamente en su sillón, leyendo el periódico como si nada pasara.
Kiara: "¡Los vecinos dijeron que te lo llevaste de mi casa!" —continuó Kiara, cada vez más furiosa—. "Exijo saber dónde está, que me lleves con él, ¡y que estés listo para compensarme con sexo! ¡Nadie se lleva a mi marido cuando yo vuelvo del trabajo buscando acción!"
Riuz, sin inmutarse, bajó el periódico lentamente y la miró con seriedad. Un silencio incómodo llenó el salón mientras los presentes contenían la respiración. Finalmente, Riuz se levantó con calma, dejando el diario sobre la mesa.
Digamos que, desde ciertas perspectivas, lo que ocurrió después fue tanto bueno como malo para Kiara. Por un lado, recibió el "alivio" que buscaba... aunque de una forma que podría calificarse de brutal. Riuz, decidido a darle una lección por su entrada agresiva, se aseguró de que entendiera la importancia de no asustar a las niñas pequeñas de la casa con semejante escándalo.
En una habitación, Henry estaba acostado boca abajo sobre la cama, con el culo hinchado y ardiente, chorreando una gran cantidad de esperma, y ahora, Kiara estaba a su lado, boca arriba y con la lengua afuera, con su coño en el mismo estado que el culo de su marido. Se quedaron allí, completamente incapaces de levantarse, incluso cuando algunas de las mujeres de la casa pasaban por esa habitación a succionar alguno de sus agujeros para un aperitivo.
Kiara y Henry, luego de vivir algo como eso, entender lo que pasaba y terminar aceptando una posición mas sumisa ante Riuz, se mudaron a la mansión. Por lo menos así sería mas fácil, no teniendo que viajar todos los días para participar de esto. Incluso Kiara, la mas agresiva, se volvió bastante dócil con el tiempo, aunque algunas de las mujeres de la casa se quejaban de que era muy ruda en el sexo.
Henry también dio rienda suelta a su feminidad, y compartió vestidos, maquillaje y otras cosas con sus madres y hermanas. De hecho, su padre lo llevó a varias fiestas como su acompañante femenina, ocultando su verdadera identidad, a veces acompañado también de su esposa u otra de sus hermanas/madres. Aun en estas fiestas la perversión de la familia no se detenía y meter mano por debajo del vestido frente a toda la gente, aunque oculto no era raro. Kiara amaba cuando ella y su esposo eran violados por los dedos de su suegro frente a tanta gente que no se daba cuenta de lo que sucedía. O también, cuando la fiesta parecía aburrida, se iban a los baños, a veces, secuestrando alguna camarera o reportera desventurada, para que se uniera a su depravado apareamiento.
La familia fue mucho mas completa y unida, aunque aún faltaban personas, la familia fue feliz, pasando los años en ese depravado ciclo interminable.
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Lo siguiente ya es en la época de Mr. Big de joven.