La retrospectiva es estúpida.
Por supuesto, sabemos más DESPUÉS de haber pasado por la mierda.
Bueno... típicamente.
Algunos de nosotros no aprendemos del pasado hasta que nos muerde en el trasero.
Desde que tengo memoria, he luchado con ser quijotesca como la mierda cuando se trata de ciertas personas...
Incluso ahora esto me molesta, ¿sabes?
Amo demasiado profundamente, y a menudo me deja herida y decepcionada...
Una lección de la que nunca parecía poder aprender fue dejarme amar incondicionalmente hasta el punto en que me ciega.
Bah...
divagando de nuevo, jajaja.
Oigan, no se queden donde no los quieren, amigos.
Tengan eso en cuenta mientras transitan por la vida, ¿sí?
Disfrútenlo.
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23 de enero de 2012.
Diario #015.
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Bueno, tengo 23 años.
Realmente me di cuenta de eso hoy mientras hablaba con mi hermano y hermanas menores.
¡¡¡Raro, ¿verdad?!!
¡¡ ... Cada día me desespero más de este lugar...
Estas criaturas me están volviendo loca y solo el aura de este lugar...
El amor se ha desvanecido... y extraño mi hogar.
El duro y sucio Southside.
Las luchas...
La vida real.
Necesito eso.
Ser fuerte...
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Tener 23 años era algo extraño para mí.
El hecho de tener un hijo en camino estaba haciendo que mi mente fuera un lugar más extraño de lo habitual, y estaba en un estado mental en el que las fiestas, los juegos y conocer gente nueva eran las cosas más importantes para mí.
No me importaba no hacer esas cosas si eso significaba que iba a ser padre.
De todos modos, nunca fui un gran bebedor, y las fiestas iban y venían hasta que simplemente era demasiado mayor para ir de fiesta, o hasta que ya no podía hacer esas cosas.
Creo que lo que más me estaba afectando era que me percibieran como maduro.
Supongo que la presión frente a tener que madurar realmente sería más preciso.
No me importaba tanto (y todavía no me importa) lo que todos a mi alrededor pensaran al respecto, solo quería ser un buen modelo a seguir para mi futuro hijo. Sabía cuándo ser serio cuando era necesario, pero hasta ese momento no tendía a tomarme la vida en general demasiado en serio.
Pagaba todas las facturas que tenía y demás, pero nunca me importó ahorrar o invertir.
Nunca me enseñaron realmente este rasgo cuando era niña, y me persigue hasta el día de hoy, ya que vivo entre controles.
Tal vez no haber tenido...
No importa.
Es otra historia.
Las cosas de los "blancos obstinados" eran en realidad dos cosas, jajaja.
En primer lugar, los perros...
Los malditos perros.
Se les permitía hacer lo que quisieran, y yo no soportaba compartir ese entorno con ellos.
En segundo lugar, la zona (el vecindario) en el que me alojaba en ese momento era muy suburbana, y yo era la única persona negra que existía fuera del extraño viajero que pasaba por la calle principal.
Crecí en el lado sur de Milwaukee en Wisconsin, jajaja.
Estaba acostumbrada a la lucha.
La viví y la anhelé.
La llevaba, y todavía la lleva, en la sangre.
La comodidad y el lujo nunca me sentaron bien.
Un poco de comodidad, sí. Pero muy parecida a... ¿opulencia?
No puedo explicar cómo mi hogar siempre será mi hogar.
Cómo siempre compraré marcas genéricas en lugar de marcas conocidas simplemente por haber crecido en la pobreza.
Cómo la avena es mejor que nada de comida.
Si lo entiendes, lo entiendes.
A menudo me hacían sentir desagradecido por las cosas o por querer volver a ese entorno "inferior" cuando simplemente me sentía incómodo en su mundo y no podía imaginar el nivel de estabilidad que ellos tenían.
Odiaba que me invitaran a lugares que no podía pagar, solo para que me pagaran la cuenta.
Cosas como esas me mataban por dentro no solo porque no podía pagarlas por mi cuenta, sino porque había momentos en que la gente simplemente hacía cosas por mí solo para poder usarlas como arma más tarde o colgármelas por la cabeza.
Era horrible ser el "negro pobre" del grupo, incluso si las palabras nunca se decían en voz alta.
Pero, por desgracia, ustedes no quieren escuchar todo eso, jajaja.
¡No dejes que te aleje!
Solo lee las entradas del diario y sáltate esta mierda introspectiva, jajaja.
Nos vemos pronto, amigos.
-Redd.