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Chapter 15 - Capítulo 14

Reflejos del Pasado

El sol comenzaba a ponerse cuando Clara y Leo se reunieron en la sala para repasar los detalles del ritual que habían descubierto. La información que Elías les había proporcionado era valiosa, pero también era inquietante. A medida que repasaban los pasos y las advertencias del ritual, la gravedad de la situación se hacía más evidente. No solo enfrentaban un peligro real, sino que también se encontraban navegando en aguas desconocidas.

"Esto va a ser más difícil de lo que pensábamos" dijo Leo, su voz tensa mientras hojeaba el libro que Elías les había dado. "No solo tenemos que realizar el ritual en presencia de la Sombra, sino que también necesitamos ciertos objetos... y tiempo."

Clara asintió, aunque en su interior, sentía una creciente sensación de urgencia. Sabía que cada minuto que pasaba era un minuto más en el que la Sombra podría fortalecerse, preparándose para atacar de nuevo.

"Tenemos que asegurarnos de que todo esté en su lugar" respondió, levantándose del sofá. "No podemos permitirnos cometer errores."

Leo cerró el libro y la miró a los ojos, su expresión reflejando una mezcla de determinación y miedo.

"Clara, hay algo que no te he contado" dijo, tomando sus manos. "Desde que encontramos el espejo, he estado teniendo... visiones. Sueños que no parecen solo sueños."

Clara lo miró sorprendida.

"¿Visiones? ¿Por qué no me lo dijiste antes?"

Leo desvió la mirada, claramente incómodo.

"No quería preocuparte más de lo que ya estabas. Pero ahora que estamos tan cerca, creo que es importante. En mis sueños, veo a la Sombra, pero también veo algo más... algo del pasado. Como si estuviera reviviendo los recuerdos de alguien más."

Clara sintió un escalofrío recorrer su espalda. Sabía que el espejo tenía una conexión con el pasado, pero la idea de que Leo estuviera experimentando esas visiones era alarmante.

"¿Qué has visto?" preguntó en voz baja.

Leo cerró los ojos, tratando de recordar los detalles con claridad.

"Hay una mujer... creo que es la antigua propietaria de la casa. La veo en su habitación, frente al espejo, y está llorando. Siempre parece estar al borde de la desesperación, como si supiera que algo terrible está por suceder. Y luego... la veo desaparecer en el espejo."

Clara sintió que el corazón se le aceleraba. ¿Podría ser que la Sombra estuviera vinculada a esa mujer? ¿Y si la clave para sellar el espejo estaba en entender lo que le había sucedido?

"Creo que necesitamos saber más sobre ella" dijo Clara, sintiendo que este nuevo hilo de información era crucial. "Si podemos descubrir qué le pasó, tal vez podamos entender mejor cómo enfrentar a la Sombra."

Leo asintió, pareciendo más convencido ahora que habían decidido un nuevo curso de acción.

"Deberíamos hablar con Elías otra vez. Tal vez él sepa algo sobre los antiguos propietarios o tenga más información sobre el espejo."

Con ese objetivo en mente, Clara y Leo se prepararon para salir. La noche ya había caído cuando llegaron a la mansión de Elías. La casa se veía aún más siniestra bajo la luz de la luna, con las sombras proyectándose de manera inquietante sobre las paredes de piedra.

Elías los recibió rápidamente, como si ya hubiera anticipado su regreso. Los condujo a su estudio, donde los esperaba con varios libros antiguos apilados en una mesa.

"Sabía que volverían" dijo Elías, señalando las sillas frente a la mesa. "Hay más que deben saber sobre el espejo y su historia."

Clara y Leo tomaron asiento, ansiosos por escuchar lo que Elías tenía que decir.

"El espejo en cuestión ha estado en esta región durante siglos" comenzó Elías, abriendo uno de los libros. "Fue creado por un artesano en el siglo XVIII, alguien que estaba fascinado con lo oculto y lo sobrenatural. Se dice que el espejo no solo reflejaba imágenes, sino también los deseos y miedos más profundos de quienes lo miraban."

"¿Eso significa que la Sombra es una manifestación de esos deseos y miedos?" preguntó Leo, tratando de conectar las piezas.

"Exactamente" asintió Elías. "Pero lo que hace a este espejo particularmente peligroso es que no solo refleja, sino que también absorbe. Con el tiempo, comenzó a capturar la esencia de aquellos que lo usaban, acumulando una energía oscura que finalmente dio lugar a la Sombra."

Clara sintió un nudo en el estómago. El espejo no solo era un reflejo, sino una trampa, capturando y alimentándose de las emociones más oscuras de las personas.

"Leo ha estado teniendo visiones" dijo Clara, decidiendo que era mejor compartir todo con Elías. "Ve a una mujer, probablemente una antigua propietaria de nuestra casa. Parece que ella también estuvo atrapada por el espejo."

Elías pareció interesado en esta nueva información.

"Es posible que esté viendo los últimos momentos de esa mujer antes de que la Sombra la atrapara" murmuró. "Si podemos descubrir quién era y qué le sucedió exactamente, podríamos entender mejor cómo liberar a todos los que han caído en las garras de la Sombra."

Leo asintió, sintiendo que finalmente estaban haciendo progresos.

"¿Cómo podemos averiguar más sobre ella?" preguntó.

Elías se levantó y caminó hacia una estantería, sacando un viejo diario que parecía a punto de desmoronarse.

"Este diario perteneció a una mujer llamada Isabel Valera, quien vivió en la casa en el siglo XIX. Era conocida por su interés en el ocultismo y por haber adquirido el espejo durante sus viajes. Puede que sus escritos contengan pistas sobre lo que realmente sucedió."

Clara tomó el diario con cuidado, sintiendo una extraña conexión con la mujer que lo había escrito.

"Lo leeremos esta noche" dijo. "Si hay algo que pueda ayudarnos, lo encontraremos."

Elías asintió, su expresión grave.

"Recuerden que el tiempo es esencial. La Sombra se fortalecerá cada día que pase. Si van a realizar el ritual, deben estar preparados para hacerlo pronto."

Con el diario en sus manos y la advertencia de Elías resonando en sus mentes, Clara y Leo regresaron a su casa. Sabían que la noche sería larga, pero también sabían que no podían permitirse descansar. Se acomodaron en la sala, con el diario abierto en la mesa frente a ellos, y comenzaron a leer.

El diario estaba escrito con una letra elegante, pero apretada, como si Isabel hubiera estado ansiosa por documentar sus pensamientos antes de que se le escaparan. Las primeras entradas hablaban de sus viajes, de sus estudios sobre lo oculto, y de su creciente interés por los espejos y su conexión con el alma humana.

Pero a medida que avanzaban en la lectura, las entradas se volvían más oscuras. Isabel hablaba de sentirse observada, de escuchar susurros en la oscuridad, y de cómo el espejo parecía cobrar vida, reflejando no solo su imagen, sino también algo más.

"Aquí" dijo Clara, señalando una entrada fechada unos meses antes de la última. "El espejo se ha convertido en mi obsesión. Veo cosas en él que no deberían estar allí. Siento que está tratando de atraparme, de absorberme. Pero no puedo dejar de mirarlo. Es como si una parte de mí ya estuviera atrapada en su interior, y cada vez que lo miro, más de mí se desvanece."

Leo frunció el ceño mientras leía las palabras de Isabel. Era evidente que la mujer había estado perdiendo su cordura, arrastrada por la influencia del espejo.

"Parece que la Sombra la estaba consumiendo poco a poco" dijo Leo, sintiendo un escalofrío. "Si no la sellamos a tiempo, podríamos correr la misma suerte."

Continuaron leyendo, y finalmente llegaron a la última entrada del diario. Era corta, escrita con una mano temblorosa, como si Isabel apenas hubiera podido sostener la pluma.

"He visto lo que viene. El espejo me lo ha mostrado. No puedo escapar. Solo puedo esperar que algún día, alguien descubra lo que ha sucedido aquí y encuentre una manera de detenerlo. Mi alma está atrapada, pero tal vez la de otros no tenga que estarlo. Si encuentras este diario, por favor, no cometas mis mismos errores. El espejo debe ser destruido, a cualquier costo."

Clara y Leo se miraron, sintiendo el peso de las palabras de Isabel.

"Tenemos que hacerlo, Clara" dijo Leo, con determinación. "Tenemos que realizar el ritual y asegurarnos de que la Sombra no atrape a nadie más."

Clara asintió, sabiendo que no había vuelta atrás. Con el conocimiento que habían reunido y la advertencia de Isabel en mente, sabían que era su responsabilidad poner fin a la amenaza del espejo de una vez por todas.

La noche avanzaba mientras discutían los detalles del ritual, planificando cuidadosamente cada paso. Sabían que tendrían que ser precisos, que no podrían permitirse ningún error. Con cada minuto que pasaba, sentían la presión aumentando, pero también sabían que estaban más preparados que nunca.

Finalmente, cuando todo estuvo decidido, se levantaron y se miraron mutuamente.

"Mañana al anochecer" dijo Clara, su voz firme. "Lo haremos mañana al anochecer."

Leo asintió, y juntos se dirigieron a sus habitaciones, sabiendo que la noche siguiente sería la más importante de sus vidas.