Cuando llegue a mis años adolescentes, pensé que conseguir pareja sería fácil. Sólo buscaba una chica guapa con la que pasar el rato, alguien a quien poder presentar a mis amigos y poco más.
Quiero pedir perdón públicamente a todas las chicas que puedan leer esto, se que no es justificación pero yo antes era un niñato, ahora he cambiado y voy a cambiar para conseguir ser el hombre que quiero ser.
Bueno la realidad es que yo quería una chica que fuese guapa, la mas guapa de todas. No podía ser fea, gorda, negra o una pringada, tenía que ser guapa y "popular" para no dañar mi imagen en frente de mis amigos.
Esa era mi mentalidad hasta que la conocí a ella, a Lucía. Fue en una de las fiestas que se hacían en mi pueblo. Solíamos ir con un montón de amigos y nos lo pasábamos genial porque nos conocíamos entre todos.
Aquel día fue un poco raro, por eso ahora creo en el destino. Eran ya las 11 de la noche que solía ser la hora a la que íbamos a la fiesta, el problema era que aquel día estaba lloviendo, mucho. Mi madre me regaño porque no quería que fuera, pero yo tenía unas extrañas ganas de ir y no iba a dejar que nadie me aguase la fiesta.
Llamé a Elvira, ella es mi amiga desde hace mucho y siempre solemos ir juntos de fiesta.
-¿Vas a salir? Está lloviendo mucho-
- Sí están todos aquí, anímate y baja, nos lo pasaremos bien -
- Enseguida estoy allí no te vayas sin mí-
La verdad que el grupo de amigos con el que salía Elvira no me caía especialmente bien pero para ir allí tenía que ir con acompañado, ir solo era peligroso.
Llegamos al lugar donde estaba la música, había mucha gente. Estuvimos bailando, yo nunca bebo pero Elvira se emborracho.
-Acompañame fuera, necesito ir al baño -
Efectivamente las fiestas de mi pueblo son al aire libre, pero ahí tal cantidad de gente cerca del DJ que es imposible moverse.
Tomé la mano de Elvira y me fuí abriendo paso entre la multitud. De repente un empujón.
-Eh cabrón! Por aquí no puedes pasar- Era una chica rubia que parecía muy enfadada porque había pisado su botella de alcohol.
No le hice caso y seguí mi camino con Elvira de la mano. Encontramos unos arbustos donde hacer pis, y unos minutos después estábamos camino de vuelta a la fiesta.
- ¿Estás bien?- Me preguntó Elvira.
- Sí - sonreí mientras la tomaba de la mano.
Mi historia con Elvira era algo complicada, nos queremos mucho, nos hemos besado, hemos tenido sexo y nos hemos dicho que nos queremos. ¿El problema? Yo estoy más "enamorado" de ella de lo que ella alguna vez lo ha estado de mí.
No lo malinterpretéis, ella me quiere, pero... No lo suficiente como para enamorarse de mí. Yo en cambio si la quiero como para enamorarme de ella, no lo hago porque se que no será correspondido.
Aquella noche me preguntó que si estaba bien porque nosotros solemos escaparnos del grupo de amigos y besarnos a escondidas solo por placer. Pero está vez no fue así porque yo llevaba tiempo hablando con una chica que me gustaba.