"La batalla más dura de mi vida tiene la ironia de no ser en la ultima en la que estare,pero tener al amor de mi vida en mis brazos sin vida me duele más que cualquier daño que mi cuerpo pueda recibir"
Todo comienza en una fría mañana de otoño. Los primeros rayos del sol apenas logran mitigar el frío, que se siente tan intenso como en esas madrugadas en las que, tras agotar hasta la última molécula de mi cerebro, finalmente me entrego al sueño, víctima de la rutina de insomnio a la que ya me he acostumbrado.
"Supongo que es hora de levantarme... otro día monótonamente asqueroso, al que seguiré encadenado como siempre." Murmuré en voz alta, mientras pasaba las manos por mi rostro en un intento desesperado de terminar de despertarme.
Finalmente, después de quince minutos de una lucha interna entre la pereza y la molestia por escuchar la quinta alarma de mi teléfono, me levanto de la cama. Lo había dejado cargando cerca del ordenador antes de caer rendido.
Mi nombre es Soren Izuck. El lugar donde vivo… es un secreto. Ha pasado bastante tiempo desde que comencé a estudiar en la universidad. Ahora me encuentro en mis vacaciones de un mes a mitad de año, después de haber sobrevivido, una vez más, a la intensa pesadilla conocida como la Semana de Entregas Finales.
Esa es, en parte, la razón por la que ya no puedo conciliar el sueño correctamente.
Aunque, si lo pienso bien, es algo a lo que siempre he estado acostumbrado. Fue una de las razones que me llevaron a elegir mi carrera universitaria. Sin embargo, debo admitir que el desorden en mi cuarto ha empeorado desde mis primeros años en la universidad.
Más que un cuarto de un joven adulto, parece un almacén...
Mis días de descanso se resumen en actividades sencillas: comer un par de veces al día, viciar en el ordenador hasta agotarme mentalmente entre juegos o series, y dormir como si estuviera hibernando. En definitiva, el paraíso soñado.
Si te lo estás preguntando, creo que ya es evidente que mis amistades son… limitadas. Además de tener una personalidad que, por alguna razón, genera incertidumbre en los demás debido a mi dificultad para expresarme emocionalmente, mi apariencia tampoco suele ayudar mucho, para ser sincero. Juro que intento ser lo más amigable posible, pero realmente es difícil parecerlo.
Vivo con mis padres, aunque nuestra relación se reduce a lo esencial: pedirles dinero semanalmente. Y para ser honesto, estoy bien con eso. Hace mucho tiempo que dejé de necesitar afecto constante; siempre he disfrutado de mi soledad, aunque algunos a mi alrededor dicen que les preocupa mi situación.
Si tuviera que describir mis habilidades, diría que siempre comienzo bien las cosas, pero a veces me cuesta mantener la constancia, o no entiendo por qué los demás pierden el ritmo. Aun así, trato de ser lo más comprensivo posible. Uso mi intuición para deducir lo que podrían estar pensando o sintiendo, y casi siempre acierto,pero tambien suelo hablar demasiado conmigo como si fuera otra persona con otra perspectiva distinta,yo lo llamo "El borde entre la cordura y la esquizofrenia",pero estoy seguro que es una variable más de mi intuicion y pensamiento
Siempre pienso en estas cosas aburridas por las mañanas y antes de dormir, pero después de un rato se me pasa.
Realmente, no hay mucho más que decir sobre mí.
Pasaron los días, y seguía atrapado en la monotonía sofocante que me envolvía. El pensamiento que no lograba apartar de mi mente era incesante: Estoy desperdiciando mi habilidad... Se supone que con esto debería ser una figura representativa, un ancla para el siglo en el que vivo. Me lo repetía a diario, resignado a estar atrapado en esta vida. Aunque me gusta lo que hago, esa extraña sensación de lentitud en mi cabeza no desaparece.
Una vez más, en un atardecer teñido de naranja, con el sol bloqueado por las cortinas inamovibles de mi habitación, la pantalla de mi ordenador se congeló.
"No puedes fallarme ahora... ¡Justo cuando por fin tengo tiempo de usarte!", me quejé en voz alta, sabiendo que mis cortas vacaciones estaban a punto de arruinarse de la peor manera posible.
¿Qué clase de avería causa una pantalla en blanco? No tengo idea de los errores comunes en un ordenador que puedan provocar esto.
Justo cuando cogí mi móvil para buscar una solución, noté que la pantalla estaba exactamente igual que la del ordenador.
"¿Pero qué demonios está pasando...? ¡No puede ser que haya sido infectado con algún malware o virus en plenas vacaciones!", maldije al aire, frustrado por la mala suerte que parecía seguirme.
Sin embargo, sentía que estaba lejos de la verdad con esas primeras suposiciones, porque, después de unos segundos, lo que parecía una transmisión en vivo comenzó a mostrarse en ambas pantallas.
"Estimados humanoides de la Terra Firma, les habla un representante del comité intergaláctico, Éden, para comunicarles que aquellos a quienes consideran sus líderes mundiales, quienquiera que sean, necesitan comunicarse urgentemente conmigo." Su tono de voz, teñido de una ligera molestia y cansancio, dejaba claro que no disfrutaba de su trabajo.
La transmisión continuó mostrando los rostros de presidentes de diferentes naciones, apresurándose a arreglarse mientras enfocaban las cámaras de sus dispositivos más cercanos... Todo en pequeñas cuadrículas que mostraban a todos los países del mundo.
"Quedan pocas horas para lo que podríamos denominar… la Competición para mantener viva su existencia y planeta," anunció con un tono más tranquilo, casi profesional. "Están jugándose su clasificación para la fase de grupos. Su siguiente encuentro es en unas horas, y nuestro comité ha declarado incapacitado al que se suponía era su líder representante."
"La opción más viable es que ustedes mismos elijan a sus peleadores para el próximo encuentro... aunque, lamentablemente, tendrán que participar en un 4 vs 5." Ahora sonaba como un doctor entregando malas noticias, con una tristeza medida en sus palabras.
"Tienen cerca de 15 minutos para decidir rápidamente", urgió con tono apurado.
En ese momento, la transmisión mostró nuevamente a todos los presidentes en pequeñas cuadrículas, discutiendo entre ellos. Y así continuaron durante diez largos minutos.
"Parece que esto no tendrá fin...", suspiré mientras observaba cómo no lograban ponerse de acuerdo.
"Si esto sigue así, terminarán mañana", se escuchó nuevamente la voz de Éden, impregnada de impaciencia.
"En sus pantallas aparecerán las casillas con los nombres de quienes consideran sus mejores soldados. Imagino que ya conocen su fama mundial, que trasciende fronteras... Solo presionen la casilla con el nombre del soldado que mejor les parezca. Solo les aparecerán las opciones que sus países consideran más importantes." Su tono, ahora sí, evidenciaba un cansancio absoluto.
Tras esa indicación, las pantallas mostraron cuatro fichas con las personas más votadas, junto a las estadísticas que fluctuaban constantemente.
Finalmente, los porcentajes y estadísticas dejaron de moverse tras el último voto. La pantalla se detuvo, mostrando el resultado final.
Conozco al menos a uno de ellos por las noticias... Deben ser decentes y a la altura, todos ellos, pensé tranquilamente mientras observaba con asombro el nombre de uno de los elegidos.
Era imposible no reconocer a esa persona. Lo llaman uno de los representantes del siglo, y en este año 2100, las noticias sobre cómo recuperó un país vecino, consumido por la delincuencia, se volvieron tendencia. Él solo fue capaz de derrocar a los grupos mafiosos y traficantes más famosos de ese país.
Fue el segundo más votado, y parece que, en efecto, será parte del grupo de cuatro que nos representará como peleadores de la humanidad. Todo un orgullo para nosotros...
"Les estaremos transmitiendo su encuentro en una hora. Según los estudios que hemos hecho sobre ustedes, y los parámetros de restricción de edad impuestos, recomendamos mantener alejados a los menores de 14 años, aunque con la supervisión de un adulto, para nuestra raza, es más que suficiente." Parecía ser un científico alienígena quien mencionaba esos datos; su tono era diferente al de Éden al principio.
"En fin, los encuentros pueden ser algo sangrientos y existe la posibilidad de muerte, así que tomen sus precauciones visuales," dijo Éden antes de finalizar la transmisión y devolver la normalidad a nuestros dispositivos electrónicos.
Mi teléfono y mi ordenador habían vuelto a la normalidad. Estaba aliviado de que no se tratara de un virus, pero al mismo tiempo, preocupado y consternado con todo lo relacionado al encuentro entre nuestro planeta y, se supone, el de otros.
Una hora exacta pasó desde la transmisión de Éden y lo que sea que fuera su raza. Era fácil deducir su capacidad y poderío si en segundos lograron controlar la señal a nivel mundial como si de un juego se tratara.
Y en esa hora exacta, la voz de Éden volvió a escucharse, saludando a través de las pantallas de nuestros dispositivos. Yo estaba ahora acostado, abrigado, observando todo con mi teléfono. Mis padres, imagino, deben estar en sus trabajos o en lo suyo, mientras todo esto sucede,pero aun no llegaban a casa.
"Muy bien, mis dulces humanos, ya he terminado mis configuraciones de uso exclusivo para su planeta. Desde hoy, hasta el fin de su existencia, seré su presentadora y comentarista para los encuentros de su planeta. Obviamente, gracias a nuestra tecnología, cada uno de ustedes, desde sus dispositivos, debe estar escuchándome hablar en su idioma natal," dijo, golpeándose orgullosamente el pecho.
Ahora se ve más llamativa, me burlé mientras observaba a través del teléfono.
Si bien antes su tono era apagado, como el de alguien transmitiendo noticias sombrías, la Éden de ahora tenía una apariencia y un tono de voz mucho más expresivos. Seguro que los introvertidos envidiarían su cambio tan brusco.
Su atuendo era ahora un vestido de gala que resaltaba lo que podría definirse como un cuerpo femenino. Aunque a simple vista se notaba una textura brillante, como si sus acabados fueran de algún tipo de metal, era casi imperceptible. Su diseño parecía inspirado en alguna famosa presentadora... quién sabe.
Lo que realmente llamaba la atención era el lugar desde donde transmitía, el verdadero significado de "fuera de este mundo" en todo el sentido de la palabra. El fondo de Éden era un estadio colosalmente gigante, pero estaba extrañamente vacío.
"Sé lo que deben estar pensando... ¿Por qué el lugar en el que me encuentro no tiene a nadie más que a mí y a los participantes? La respuesta es simple: ambas especies solo pueden sintonizarnos desde la comodidad de sus hogares," dijo, acomodándose unos anteojos que Dios sabe de dónde sacó.
"Nos gusta mantener la información actualizada de las especies en secreto para otras especies con las que aún no se han enfrentado. Así que lo único que saben sobre sus contrincantes son las experiencias de sus batallas, pero es evidente que no siempre se mantendrán los mismos integrantes, ya que algunos pueden caer en el camino," explicó Éden mientras la cámara la seguía, acercándose a nuestros representantes.
Después de esa información, parecía que era hora de una breve entrevista con los nuestros. Varios de ellos estaban serios y en silencio, sus expresiones denotando su negativa a proporcionar cualquier información sobre lo que deben estar sintiendo.
"Nuestra especie sobrevivirá... Da igual las pruebas que nos coloquen, nos mantendremos de pie," declaró un soldado nuestro, acaparando la transmisión de Éden.
Su comentario fue breve, pero era evidente que se trataba de un mensaje de nuestro segundo soldado más votado. Parecía que lo decía con la intención de calmar las emociones a nivel mundial, de alguna manera.
Tras un par de minutos, comenzó lo que era el show de presentación. Nuestro equipo marchó hacia el centro del campo con una marcha militar directa y serena. Ahora era el turno de nuestros contrincantes.
"¡Den una cálida bienvenida... a la especie primitiva con la evolución en el arte de la caza más rápida jamás registrada! ¡Damas y caballeros, les presento a los Throds!" La emoción de Éden como presentadora era evidente a simple vista.
Pero cuando Éden señaló el lado por donde debían salir nuestros contrincantes, la cámara no enfocó a nadie... o eso parecía a simple vista. Pude entrever cómo, mientras Éden daba nuestras presentaciones, unas sombras se movían rápidamente hacia el centro del campo, posicionándose al igual que nuestros soldados.
Éden no lo había notado, pero cuando la cámara enfocó al equipo rival, ya estaban cara a cara frente a nuestros representantes.
Éden se disculpó por su falta de percepción y continuó con el espectáculo. Explicó brevemente que las reglas de cada encuentro se determinaban al azar, al igual que el campo de batalla.
"Es una lástima para los terrícolas... Hoy, el campo de batalla será un bosque alto Throd. La posibilidad de que les toque un escenario conocido por sus contrincantes es bajísima con los más de 256 escenarios inspirados en diferentes planetas," explicó Éden, mientras en nuestras pantallas aparecían imágenes de un frondoso bosque lleno de árboles gigantes.
Parecía que el encuentro aún no había comenzado, pero ya estábamos en desventaja...
A continuación, Éden explicó las reglas del juego. En la pantalla donde se realizaban los sorteos, aparecieron numerosos nombres a una velocidad imposible de seguir, lo mismo ocurrió con la selección del lugar.
Finalmente, el sorteo se detuvo en un nombre sorprendentemente legible para nosotros: "Jaula para los condenados." Era la traducción directa del juego que nos habían preparado.
Éden explicó las reglas rápidamente: era sencillo, solo debían evitar ser enjaulados durante 24 minutos. Si los Throds no lograban encarcelar a todo nuestro equipo en unas jaulas ubicadas en el centro del escenario, perderían. Poco a poco, un área límite circular iría cerrándose hasta cierto punto.
Parecía fácil de entender, pero mi preocupación creció al escuchar que no importaba el estado del equipo perseguido mientras lograran enjaularlos...
Para colmo, comencé a notar la verdadera apariencia de los Throds una vez que se establecieron las reglas. En un principio, su aspecto era el de encapuchados que cubrían todo su cuerpo.
Cuando Éden dio la orden a ambos equipos de prepararse y ubicarse en sus posiciones, los Throds se quitaron las prendas que los mantenían ocultos, revelando sus cuerpos tan diferentes.
El más bajo de ellos parecía ser un infante de su especie, acompañado de lo que parecía ser una hembra. Pero lo que más me inquietó fue observar a tres de ellos con una complexión tan desarrollada que humillaría en apariencia a cualquier fisicoculturista de nuestro mundo. En ese momento, comprendí el factor que pondría en peligro nuestras posibilidades de victoria.
"Su fortaleza está en su rapidez..." pensé, mientras observaba que sus piernas eran las partes más desarrolladas, y era evidente en los cinco especímenes.
Tras unos segundos, a nuestros representantes se les mostró un mapa frente a ellos. Después de una breve charla entre ellos, cada uno tocó una parte del mapa e inmediatamente sus cuerpos desaparecieron.
Una vez que el último soldado tocó el mapa, la transmisión de Éden cambió para mostrar imágenes en vivo del bosque alto Throd.
Éden proporcionaba comentarios para explicar lo que veíamos. Un bosque lleno de árboles gigantescos era evidente, pero una vez que nuestros soldados estuvieron allí, la escala de esos árboles se reveló como algo colosal, equivalente a edificios de entre cinco y siete pisos de altura.
Pero lo majestuoso del entorno no terminaba ahí... La frondosidad de la vegetación era increíblemente densa, como un Amazonas desarrollado y mutado a cinco veces el tamaño que conocíamos.
En cuanto a las armas de nuestros soldados, tengo entendido que solo se les permitió acceso a armamento de nivel medio tecnológico... A lo sumo, un rifle de caza bastante rudimentario.
En este punto, los comentarios de Éden se centraban en lo que podíamos observar. Nuestras pantallas nos daban la opción de cambiar el ángulo y la perspectiva de las cámaras a nuestro antojo, como si tuviéramos el punto de vista de animales diminutos, del tamaño de una hormiga.
La estrategia de nuestro equipo era clara: un 2-1-1. El soldado más votado durante la reunión mundial se aventuró solo, al igual que el segundo más votado, aunque este último se mantuvo cercano a la pareja que formaban los otros dos.
Uno de los que iba en pareja llevaba solo sus ropas y un machete, mientras que el otro portaba un rifle de caza, lo que dejaba claro que solo podían decidir por llevar un arma cada uno.
Los que iban en solitario optaron por una alabarda con punta de hacha, despejando su camino como si fueran jardineros profesionales... Aunque al segundo más votado se le dificultaba un poco.
"Pronto terminará el tiempo de gracia, y los Throds comenzarán la cacería, partiendo desde el centro del mapa, justo donde, les recuerdo, se ubican sus jaulas..." comentaba Éden mientras una pequeña cuenta regresiva llegaba a su fin.
"¡Que comience ahora la búsqueda y caza de humanos...!" exclamó Éden con entusiasmo, tratando de animar el espectáculo.
Con el fin del periodo de gracia, comenzó una nueva cuenta regresiva, marcando los 24 minutos mencionados y contando hacia atrás.
El encuentro había comenzado.
La estrategia de nuestro mundo era evidente: eligieron ubicaciones lo más alejadas posible entre sí. Podríamos considerar que iban de a tres, debido a la cercanía del segundo más votado, quien calculo estaría a unos 20 metros de distancia de los otros dos. Parecía un plan para responder rápidamente en caso de emboscada, tanto para los otros dos como para él mismo.
Intuí al instante su estrategia. Era algo ortodoxa, pero también una respuesta sencilla y eficiente; solo tendrían que avanzar poco a poco a medida que el área circular se fuera cerrando.
Sin embargo, era evidente que un plan tan básico era una cuenta regresiva hacia nuestra derrota.
Los Throds hicieron un movimiento fascinante. Al dominar el terreno a la perfección, su movilidad sobre él se realizaba a través de las partes superiores de los árboles.
Saltaban entre árbol y árbol con la agilidad de un primate, como si fuera un juego de niños. Pero no se detenía ahí.
Cada uno se movilizó hacia las puntas de su base, formando un hexágono como posición de salida, y comenzó a moverse, visto desde el mapa del terreno, en un movimiento circular expansivo, girando como si cada uno fuera la manecilla de un reloj.
Lo que hacían era un trabajo extraordinario de exploración. Cada uno de ellos cumplía con su rol; su nivel de organización era digno de admirar.
Se gastaron aproximadamente 14 minutos moviéndose por los árboles, y me atrevería a decir que habían peinado un área circular con un radio de 50 metros. El área se iba cerrando durante ese tiempo, pero muy ligeramente.
Al principio, me quedé pensativo... ¿Si ya ha pasado aproximadamente la mitad del tiempo, por qué aún no hay señales directas de una búsqueda exhaustiva de los nuestros?
Nuestros elegidos se movían ahora como soldados de juguete, tratando de ocultarse entre la vegetación, arrastrándose como si estuvieran en trincheras.
Todos estaban a salvo por el momento, lo que me daba esperanzas de una posible victoria, pero entonces comprendí lo que tramaban nuestros rivales. Desde mi perspectiva como espectador, se volvió evidente.
"Quedan solo 10 minutos para el final del juego. Aún no hay bajas... por el momento. Tampoco habrá más cierres de área. Ocúltense, o mueran en el intento..." decía Éden mientras narraba el encuentro con un tono siniestro.
Cuando se dio este comunicado, los Throds se quedaron quietos por unos segundos, y luego entraron en acción. Dieron una última vuelta de inspección, y finalmente lo noté a través de las cámaras que enfocaban a nuestros rivales.
"¡Están marcando la información recopilada cada vez que pasaban por el mismo lugar!" me dije a mí mismo, observando cómo algunos de ellos hacían movimientos rápidos y casi imperceptibles en las copas de los árboles.
Algunos de los Throds marcaban sus caminos con armas rudimentarias que, aunque recordaban a las herramientas de nuestros antepasados primates, habían sido evolucionadas y llevadas a otro nivel. Otros simplemente usaban sus garras, pero todo lo hacían a una velocidad impresionante, casi imperceptible.
Fue solo después del último aviso de Eden que entendí el propósito de su extraño comportamiento.
Ahora estaban divididos en grupos, y su respuesta contra nuestros elegidos había comenzado. Se prepararon en una formación 2-2-1.
Los dos grupos de dos se reunieron muy cerca del área en la que se encontraba nuestro equipo más grande. Visto desde el mapa que aparecía junto a la transmisión, su posicionamiento estaba diseñado para rodear al grupo de tres, utilizando el límite del área como una barrera para cortarles el paso.
El borde del área estaba jugando en contra de nuestros soldados.
Aunque no eran del todo perceptivos, nuestros soldados se movían, inconscientemente respondiendo a los movimientos de estos seres en las copas de los árboles. Pero una vez que se dieron cuenta, ya era tarde: se encontraban agrupados y rodeados por los Throds, que ahora estaban a escasos metros de ellos.
Una pelea se avecinaba. El reloj marcaba 8 minutos. Solo debían sobrevivir esos 8 minutos para ganar este encuentro. Quizás, su situación aún era salvable.
Pero no fue así.
Nuestros soldados formaron una especie de formación tortuga, pegándose espalda con espalda. Dos de ellos empuñaban un machete y una alabarda, mientras que el tercero sostenía su rifle de caza, listo para disparar.
El cañón del arma disparó.
Me quedé unos segundos en shock por el sonido del arma. En definitiva, todo esto debía ser real.
Pero al mirar nuevamente la pantalla, la imagen era grotesca.
La cabeza del soldado con el rifle de caza había sido aplastada por la fuerza pura de un Throd, que había colocado sus palmas en cada oreja del desafortunado individuo y, posteriormente, la había presionado hasta hacer volar sus sesos.
"No hay honor en pelear tan cobardemente con la pólvora," comentó uno de los Throds, haciendo una mueca de disgusto.
El cuerpo inerte del soldado fue lanzado a un lado con desprecio por el Throd, mientras los dos soldados restantes retrocedían en busca de una salida. Inmediatamente después, la Throd femenina recogió los restos y los cargó en dirección al centro del escenario, donde estaban las jaulas.
Restaban 6 minutos. Nos quedan vivos aún 3.
Uno de los soldados intentó escapar, dejando vulnerable la espalda del segundo mejor del mundo. Pero, en un instante, otro Throd se lanzó sobre él, aplastándolo con su peso y quebrando su cuello con un chasquido brutal.
Quedan vivos solo 2. Restan 5 minutos.
"Déjenme a este. Me encanta saborear la valentía de los más dignos. Este no se ha inmutado a pesar de estar ahora solo. Que uno de ustedes se lleve el cadáver, y el otro... ve a asegurarte de que el estúpido principito haya ganado su pelea," dijo el Throd que, ahora viéndolo mejor, era claramente el más musculoso y, por intuición, el líder del equipo Throd.
"Supongo que tendré un duelo de honor y muerte, Sr. Líder Throd," dijo el segundo mejor soldado del mundo, ajustando su postura y empuñando su alabarda, mirando fijamente al Throd.
"Lamentablemente, esto está lejos de ser honorable. Es solo una ejecución personalizada por mí," se jactó el Throd, desechando las palabras del soldado.
El líder Throd arrojó su arma al suelo y adoptó una postura como si estuviera a punto de atrapar a un pequeño roedor.
"Te vas a arrepentir de darme la ventaja," dijo el soldado, tomando la iniciativa y lanzándose hacia el líder Throd.
El Throd esbozó una risita de superioridad, sujetando con el pulgar e índice de sus manos la punta de la alabarda, rompiéndola con una pequeña presión de sus dedos.
"En una ejecución verdadera, solo se usan los puños," dijo con energía, y luego, sin previo aviso, lanzó un golpe directo al estómago del soldado. Lo más extraño fue que pude vislumbrar un brillo en esos puños.
El golpe fue tan poderoso que el pobre soldado fue disparado hacia un árbol, cortando la distancia causada por el impacto. Pude sentir cómo el golpe casi lo dejaba inconsciente.
A estas alturas, pensé que eso sería suficiente para matarlo, pero, débilmente, el soldado se puso de pie de nuevo.
"¿Así que a eso se referían con los Essentials? Has fortificado tus puños... con algo," murmuró débilmente el segundo soldado restante, mientras luchaba por mantenerse consciente.
"Tienes razón," respondió el líder Throd con orgullo. "Esta habilidad originalmente me permitía crear una barrera, pero eso no era de mi estilo. La adapté para cubrir mis puños."
"Yo también podría intentar usar el mío... supongo..." dijo el soldado, y al instante, sus ojos brillaron con una luz intensa, mientras un aura comenzaba a envolverlo.
Un milagro estaba a punto de ocurrir.
"Como si fuera a dejarte hacer eso," exclamó el líder Throd, lanzándose hacia adelante y golpeando al soldado en el rostro con tal fuerza que lo envió directo al suelo. El impacto fue tan brutal que el cuerpo rebotó como si una locomotora lo hubiera golpeado.
El golpe fue devastador; el soldado no volvió a levantarse. Era evidente que el cuello de una de nuestras últimas esperanzas estaba grotescamente torcido, separado del cuerpo.
La transmisión cambió a las imágenes del soldado más votado. El escenario era distinto. Restaban 3 minutos, y el mundo entero estaba expectante, aferrándose a la última esperanza de nuestro planeta.
No sé exactamente qué sucedió mientras observaba el otro encuentro, pero la situación actual parecía haber cambiado radicalmente.
Las cámaras enfocaban al infante Throd, quien sostenía un arma rudimentaria, una especie de daga modificada, mientras miraba fijamente a una bestia.
La bestia frente a él era nuestro último representante en pie, transformado grotescamente. Su musculatura había aumentado exponencialmente, ahora mostrando un tono rojizo y morado.
"El tiempo ha aumentado en 3 minutos extras, 1 minuto por cada terrícola ya encarcelado," anunció Eden, señalando el contador que había sumado minutos adicionales.
Ahora quedaban 6 minutos. El peor de los escenarios posibles.
"Llevar tu cabeza me hará digno de mi raza," dijo el infante Throd, sin apartar la vista de su objetivo mientras comenzaba a moverse en círculos.
"Buena suerte tratando de arrancar mi cabeza de este cuerpo," respondió nuestro último representante, su voz cargada de furia y locura. "Este Essential es lo mejor que un mercenario tan famoso como yo podría obtener."
Justo después, el mercenario que habíamos confundido con un soldado se lanzó contra el pequeño.
Con agilidad sorprendente, el niño Throd no solo logró esquivarlo, sino que usó el cuerpo del mercenario para impulsarse y moverse sobre él. Rápidamente, intentó cortar el cuello de su oponente, pero... la tarea resultaba casi imposible. El exceso de músculos dificultaba el trabajo.
Restan 4 minutos.
"¡Eres una rata escurridiza!" exclamó el mercenario, frustrado, mientras intentaba nuevos ataques.
Pero era inútil... Con cada intercambio de golpes, el Throd conseguía desgarrar lentamente el cuello de su oponente. Finalmente, tras múltiples intentos, los cortes del Throd dieron resultado. El mercenario empezó a desangrarse... a solo 3 minutos de sobrevivir al tiempo límite.
Cuando el oxígeno dejó de llegar al mercenario, cayó rendido al suelo, regresando a su forma inicial. Parecía que había usado un poder que incrementaba su tamaño y musculatura...
Mientras el joven Throd celebraba su caza, otro Throd llegó y se llevó el cadáver en dirección a las jaulas. Su rápido desplazamiento le tomó apenas 30 segundos.
Restan 2 minutos. Eden se preparaba para anunciar las tristes noticias que todos ya habíamos observado.
"La Tierra pierde estrepitosamente contra los Throd... ¡con sus 4 nuevos miembros muertos!"
Con eso, el encuentro había finalizado. La transmisión se cortó y los dispositivos volvieron a la normalidad. Pasaron unas horas con noticias, miles de reportajes sobre lo sucedido... Algunos culpaban a los presidentes por la mala planificación del equipo, otros se preguntaban por qué habían decidido ocultar la elección de un mercenario.
Simplemente decidí acostarme y esperar el día siguiente. Todo lo sucedido me había agotado mentalmente.
Antes de irme a dormir, me puse a reflexionar... ¿Qué estrategia podría haber sido mejor para que todos los soldados sobrevivieran? ¿Qué tipo de reglas existían para otorgar esos poderes tan extraños...?
"Essential,fue lo que dijeron algunos de ellos,ahi esta la clave de una victoria seguro"Me decia para mis adentro mientras terminaba mi rutina de disociación antes de quedarme profundamente dormido.
Cerré los ojos y sentí cómo mi cuerpo comenzaba a descansar... Habían pasado unas horas cuando una extraña luz me obligó a levantarme.
Ya no estaba en mi habitación.
Entreabrí los ojos, tratando de asimilar el lugar en el que me encontraba. Estaba en una cama, pero no era la mía... Era una habitación diferente, amueblada de manera sencilla. Me dirigí a la ventana, pero solo vi oscuridad y un bosque.
Mientras intentaba comprender mi entorno, el sonido de la puerta rompió mi disociación.
"Veo que ya despertaste... estimado Soren," dijo una figura humanoide, mientras anotaba en una tabla que traía consigo.
"¿Qué... es este lugar?" logré preguntar, mi voz llena de confusión.
"Esta es mi isla personal... o bueno, mi paraíso personal. Bienvenido. Mi nombre es Azur, un placer conocerte," respondió con un tono amable. Ahora que lo veía más calmado, el hombre estaba vestido de la manera más urbana posible.
Estrechó mi mano y devolví el saludo, aunque la confusión persistía.
"¿Qué hago aquí?" pregunté mientras él se disponía a salir de la habitación.
"No te asustes, sé que eres listo. Te lo explicaré junto a las demás personas," dijo Azur, haciendo un gesto con los dedos para que lo siguiera.
Me sentía desorientado... pero en un lugar desconocido, saltar por la ventana no parecía la mejor idea.
Decidí seguir al extraño hombre, quien me condujo por largos pasillos muy bien amueblados, del calibre de una mansión.
Después de caminar por varios pasillos, me invitó a entrar en una habitación amueblada con una mesa gigantesca en el centro. Parecía una versión moderna de la mesa redonda de los relatos históricos.
"Toma asiento junto a los demás, por favor," dijo Azur, señalando la mesa.
No lo había notado al entrar, pero en la mesa había otras tres personas: dos hombres y una mujer. Uno de ellos parecía ser un adulto ya formado por la sociedad, con una edad algo más avanzada que la nuestra.
Me senté un poco alejado de todos ellos, observando que la mesa tenía, al parecer, unos doce asientos.
"Caballeros y damisela, sé que deben estar anonadados por la situación y algunos enfurecidos, pero les pido la mayor paciencia posible, al menos por unos minutos, para explicarles..." dijo Azur con un tono serio y caballeresco.
"¡Basta de jugar a los caballeritos! No tengo tiempo para una fiesta de té con extraños," exclamó uno de los presentes, notablemente enojado.
"Saliendo de aquí te reportaré con la policía, maldito degenerado," agregó la única chica de la habitación, su voz cargada de ira.
Azur dio unos aplausos, intentando silenciarlos, pero las quejas no se detenían.
Los segundos pasaron hasta que Azur, de repente, golpeó fuertemente la mesa, perdiendo la paciencia.
"¡A ver, pedazos de escoria! ¿Creen que quiero estar aquí con ustedes? ¡Tampoco lo deseo! Pero me han obligado a hacerlo por mi desastroso accidente," exclamó Azur, su tono ahora lleno de enojo.
El silencio inundó la sala.
"Les explicaré de manera simple para que sus cabecitas huecas lo entiendan... Ustedes serán enviados a pelear, como esos soldaditos que vieron ser asesinados en televisión," dijo Azur, ahora histérico.
Todos exclamaron en asombro por la noticia, mientras la chica de la habitación solo alcanzaba a reírse.
"Esto no es una broma. Recuerdan que había un quinto representante que no pudo participar, ¿verdad? Pues se trata de mí. Chequen sus celulares en la aplicación de representantes, mi alias debería aparecerles ya. Ya me he presentado con todos... Soy Azur," explicó, mostrando la pantalla de su teléfono a todos.
En ese instante recordé que había olvidado que llevaba mis cosas conmigo, y tal como lo decía Azur, mi celular estaba ahí.
Abrí rápidamente mi teléfono, y aunque no había cobertura, la aplicación extraterrestre que todos teníamos mostraba el nombre de Azur en la lista de participantes. Pero también noté lo que más temía...
No solo estaba el nombre de Azur, sino también el mío, con mi fotografía y nombre completo. Además, estaban las fotos de la chica de la sala y de los otros dos hombres presentes. Todos observaban sus celulares asombrados, mientras nos mirábamos entre nosotros para confirmar si coincidíamos con las fotografías de la app.
"No tienen nada que temer. Tengo casi la fuerza suficiente para mantener con vida a la mayoría de ustedes... o al menos eso creo," dijo Azur mientras tomaba asiento, su aspecto ahora más calmado.
"Pues verán, antes de que nuestro planeta participara en su último encuentro, yo me encargaba de hacer los encuentros en solitario por un tiempo. Logré una victoria y un empate en solitario, aunque en el empate terminé inconsciente y perdí la racha," decía Azur, con un tono de molestia en su voz.
"Pero eso es historia para otro día. Tras quedar inconsciente, no se aplicaba la regla de atención médica para el vencedor, así que tuve que tratarme yo solo en uno de los hospitales de mi paraíso personal, que no es tan avanzado," explicó Azur, mientras un pequeño robot en forma de pájaro, con dos brazos y rueditas, se arrastraba hacia él y le servía algo de beber.
"El problema de mi falta de disponibilidad, además de la derrota de nuestro planeta por dejarlo en manos de esos cerdos del gobierno mundial, es que los de arriba, los organizadores de toda esta competencia, me prohibieron competir en solitario nuevamente. Al no tener a nadie que considerara capaz, decidí dejarle esa labor a Eden. Una opción que, evidentemente, no fue vista por sus gobernantes," añadió Azur, soltando algunas pequeñas risas en burla hacia los altos mandos de los países.
"En fin, lo que quiero decir es que le pedí que me trajera a los representantes más capaces y que Eden arme un equipo equilibrado por mí, por lo cual me trajeron a ustedes," continuó, señalándonos.
"Así que sí, van a jugarse la vida en seis días. Recuerden que los combates son semanales."
Un silencio incómodo volvió a invadir la sala. Era evidente nuestra inconformidad con la situación. Nadie en su sano juicio querría arriesgar su vida en encuentros con una probabilidad de muerte tan alta.
"No se angustien. Si les sirve de consuelo, cada uno de ustedes debería haber recibido su Essential, un poder que mejorará sus capacidades. Solo tienen que aprender a usarlos," decía Azur, tratando de sonar inspirador.
En ese momento, pensé en el Essential que podría tener, y al instante de tener ese pensamiento, unas palabras aparecieron frente a mí. Parecía que solo yo podía verlas, pero al intentar tocarlas, sentía cómo mis manos atravesaban esas palabras intangibles. Traté de leer lo que decían y comprendí que se trataba de una sola palabra:
"Memorias"