*Una mañana de Julio de 2002*
*Estaba muy frío, pero el cielo se mantenía soleado*
*En un orfanato*
*Allí había un montón de chicos y chicas, de diferentes edades*
*Pero había una chica particular, Antonella*
*Era de baja estatura, tenía un jardinero medio descolorido, tenía el pelo corto, unas poquitas pecas, y unos ojos azules*
*Se encontraba dibujando un paisaje*
*Mientras lo dibujaba estaba feliz*
*Pero se acerca otra chica a ella*
Martina: Ay, Anto, Anto, dibujando otra vez?
Antonella: Dejame en paz, sí?
Martina: ¿Qué? Si tus dibujos son horribles, no sé por qué insistís la verdad...
Antonella: Martina, sos insoportable, te podes ir?
Martina: Sí, mejor me voy. Cada tonto se divierte a su manera... no?
Antonella: Por lo menos yo me divierto dibujando, feliz, y vos te divertís jodiendo al resto porque no tenés nada mejor que hacer, de lo aburrida que es tu vida...
Martina: ¿Qué dijiste? A ver, repetilo...
*Antonella deja el cuaderno y se levanta a donde ella estaba*
Antonella: ¿Querés que te lo repita? ¡Te lo repito!
*Entonces una mujer se acerca a ellas, era la directora*
Directora: ¡Ey, ey! ¿Qué es todo esto?
Antonella: ¡Martina, que me está molestando, como siempre!
Directora: Bueno, basta, paren de pelear. Martina, ya está la comida, andá...
*Martina se va corriendo*
*Antonella también iba a irse corriendo, pero la directora la detiene*
Directora: No, Antonella, vos no vas.
Antonella: ¿Por qué?
Directora: No podes ir, porque te vinieron a buscar.
Antonella: ¿Cómo? ¿A qué se refiere?
Directora: Vino un pariente tuyo, e hizo los papeles para tener tu custodia y que puedas vivir con él...
Antonella: ¿Qué? ¿Qué pariente? Si yo no tengo familia...
Directora: Sí tenés, es un tío tuyo...
Antonella: ¿Tío?
Directora: Sí, me dijo que era tu tío materno. Así que agarrá tus cosas, que te está esperando...
Antonella: No, pero espere, todo esto es muy rápido, me tengo que despedir...
Directora: ¿Despedir de quién?
Antonella: No sé, de mis amigos...
Directora: No, no, no hay tiempo. Vos dejamelo a mí, yo se los voy a decir...
Antonella: Bueno, pero por favor, déjeme escribir una carta aunque sea...
Directora: Bueno, pero rápido, eh... y Antonella...
Antonella: ¿Qué?
Directora: Te felicito por esta suerte que te cayó. Por favor, no la desaproveches...
Antonella: Está bien, muchas gracias...
*Antonella la miraba muy confundida, y la directora se va de ahí*
*Minutos después*
*Antonella va caminando hacia la recepción, confundida y con desconfianza*
*Ahí ve a un hombre esperándola, muy feliz, junto a la directora*
*El hombre tenía cabello castaño con canas, ojos castaños y una vestimenta simple*
*Antonella se acerca, con desconfianza*
Directora: Mírela, ahí viene.
Pablo: Hola Antonella...
*Pablo le extiende la mano, Antonella le da la mano con recelo y desconfianza*
Antonella: Hola...
Directora: ¿Ya tenés todo, Antonella?
Antonella: Sí, sí.
Directora: ¿Segura? ¿No te olvidás nada?
Antonella: No, no, tengo todo.
Directora: Bueno, dicho eso, ya podés ir, Antonella. Estás en buenas manos, no te preocupes...
Pablo: Tranquila, no tengas miedo.
Directora: Ay, Antonella, tantos años con vos. Vamos a extrañarte...
Antonella: Yo también... *sonrisa falsa*
Directora: Pero bueno, ya tendrías que ir. Me alegro que te haya surgido esta oportunidad, no les pasa a muchos ya. Aprovechalo, y sé feliz.
Antonella: Bueno, muchas gracias...
Pablo: ¿Vamos, Antonella?
Antonella: Bueno, dale, vamos...
Pablo: ¡Bueno, chau, muchas gracias!
Directora: No hay de qué, adiós. Adiós Antonella, cuidate.
*Antonella y Pablo se van de ahí, Antonella mira hacia atrás, hasta que dejó de mirar*
*Después de un rato*
*En el auto*
*El auto iba por la ruta, Pablo conducía, Antonella estaba desconfiada y tímida, y a la vez miraba por la ventana los paisajes*
Pablo: Antonella...
Antonella: ¿Sí?
Pablo: Quiero que hablemos.
Antonella: ¿Hablar de qué?
Pablo: De todo esto. Me imagino que debe ser re confuso para vos, o no?
Antonella: Sí, un poco... yo... yo pensaba que no tenía más familia...
Pablo: Ni bien supe de tu paradero, hice todo lo posible para venir a buscarte.
Antonella: ¿En serio?
Pablo: Pero claro que sí, Anto.
Antonella: ¿Entonces usted es mi tío materno?
Pablo: Por favor, podés tutearme...
Antonella: Ups, perdón, no me di cuenta...
Pablo: Sí, soy tu tío de parte de madre.
Antonella: Claro, entiendo, con razón no sabía de usted... perdón, de vos...
Pablo: No te preocupes, no me conocés, es normal que hables así. Pero cuando nos vayamos conociendo, eso se va a arreglar...
Antonella: Claro, me imagino... y una pregunta...
Pablo: Claro, decime.
Antonella: ¿Cómo se... cómo te llamás?
Pablo: ¿Yo? Me llamo Pablo. Pablo Santander, es mi nombre...
Antonella: Ohh... claro, Pablo...
Pablo, Ahora en 10 minutos llegamos a casa...
Antonella: ¿En serio? ¿Qué, vivís por acá? ¿En los campos?
Pablos: En los campos no, pero vivo al lado de uno, básicamente. Ahora lo vas a ver...
Antonella: Bueno...
*Antonella todavía estaba confundida, asimilando todo*
*Después de unos 15 minutos*
*Ellos se bajan del auto, y estaban frente a una casa*
Pablo: Mirá, Anto, ésta es mi casa...
*Era una casa de 2 pisos, tenía una escalera grande de entrada, la casa era de piedra, y se veía muy grande*
*Antonella miraba con un poco de asombro*
Antonella: Es muy linda, Pablo...
Pablo: ¿Te gusta?
Antonella: Sí, me gusta...
Pablo: Bueno, entremos entonces...
*Ambos van juntos a la casa, y entran allí*
*Al entrar, había un chico allí, y una mujer, estaban con una sonrisa*
*El chico tenía cabello rubio y corto, con una camisa verde y unos pantalones color beige*
*Y la mujer era de estatura alta, cabello totalmente corto, con una chaqueta lila y una camiseta blanca, también vestía unos pantalones de jean negros*
Pablo: ¡Hola, chicos!
Gina: ¡Hola!
Pablo: Lorenzo, Gina, ella es Antonella...
Gina: ¡Hola, Antonella!
Lorenzo: Hola...
*Antonella los miraba con timidez y a la defensiva*
Antonella: Hola...
Pablo: ¡Ah, cierto, no te presenté! Antonella, él es Lorenzo, mi hijo... y tu primo también...
Antonella: Oh, hola...
Pablo: Y ella es Gina, mi ama de llaves y mi amiga de hace muchos años...
Gina: ¡Hola, Antonella! ¡Es un placer!
Antonella: El placer es mío...
Pablo: Vení conmigo, querés ver tu habitación?
Antonella: ¿Mi habitación? ¿Tengo una habitación?
Pablo: ¡Pero obvio que sí, Anto!
Antonella: Quiero verla... *feliz*
Pablo: Vení conmigo...
*Ellos suben las escaleras, y van al cuarto de ella*
*Al entrar, Antonella ve el cuarto, y estaba asombrada y feliz*
*Era grande, con paredes de color rosado, una cama con mantas color beige, unas estanterias blancas, un mueble con una lámpara amarilla y un armario marrón*
*También había una ventana cerca de la cama, con unas cortinas de color rosa*
Pablo: ¿Qué opinás? No te conocía, por eso lo decoré así, hay algo que no te guste?
*Antonella deja su bolsa con sus cosas en el suelo*
Antonella: ¿Gustarme? ¡Me encanta! ¿En serio esto es para mí? *feliz*
Pablo: Claro, Anto, ¿para quién será si no?
Antonella: ¡Me encanta! ¡Es re lindo!
Pablo: Bueno, esto es para vos. Si hay algo que no te guste o alguna incomodidad, decime...
Antonella: No tengo ninguna incomodidad...
*Ella fue hasta la cama y se sentó sobre ella*
Antonella: ¡Es re cómodo este colchón! Nada que ver con el colchón del orfanato, muy duro e incómodo...
Pablo: Estoy muy feliz de que te haya gustado...
Antonella: ¡En serio te agradezco! ¡Nunca tuve una habitación propia!
*Él se entristece un poco al escuchar eso*
Antonella: Ay perdón, es que me emociono mucho... *risa nerviosa*
Pablo: No pasa nada, vos tranquila, lo entiendo.
Antonella: El pueblo debe ser muy lindo... quisiera pasear para conocerlo mejor...
Pablo: ¿Querés salir a tomar aire? ¿Querés que te acompañe? ¿Así de paso hablamos un poco?
Antonella: ¡Dale!
Pablo: Pero está helado afuera, tenés algo así para abrigarte?
Antonella: Ay no, no tengo nada para abrigarme, solo tengo otras dos prendas... ¡Igual no importa! Estoy acostumbrada al frío, lo puedo aguantar...
*Él estaba sorprendido y algo triste*
Pablo: No, no, esperame. ¿Cómo que aguantar? Esperame un segundo, te voy a traer algo...
Antonella: No, no te molestes, en serio... estoy acostumbrada.
Pablo: No, no podés estar así con el frío que hace afuera. Vos esperame un segundo, ahora vuelvo.
Antonella: Bueno, está bien...
*Pablo se va de ahí apurado, Antonella estaba algo apenada*
*Media hora más tarde*
*Estaban Gina y Lorenzo en el comedor, charlando*
*Hasta que Antonella bajó las escaleras, ella tenía un buzo color beige*
*Cuando Lorenzo la vio, parecía haber visto un fantasma*
*Entonces Gina se gira a verla también*
Antonella: ¡Hola!
Gina: ¡Hola, Antonella!
Lorenzo: ¿Qué hacés con eso puesto?
Antonella: ¿Cómo?
Lorenzo: ¡Que de dónde sacaste esa ropa! ¿¡Quién te la dio!?
*Antonella estaba muy asustada con su reacción*
*Pero entonces, Pablo se dirige hacia ellos*
Pablo: Pará, Lorenzo, qué te pasa? Yo le di ese suéter...
Lorenzo: ¡Pero papá! ¿Cómo vas a hacer esto? ¡Le diste ropa que era de mi mamá!
Gina: Shh, ey, por favor, calmate...
Lorenzo: ¡No me voy a calmar! Por favor, sacate eso...
Pablo: ¡Ella no se va a sacar nada porque vamos a salir! Pero después vamos a hablar vos y yo eh...
*Lorenzo estaba muy enojado*
*Y Antonella estaba asustada y triste*
Pablo: Vamos, Antonella...
*Entonces los dos se van de ahí*
Gina: Lorenzo, te tenés que calmar, cómo vas a estallar así contra ella?
Lorenzo: ¿Pero no viste lo que tenía puesto? ¡Era ropa de mi mamá! ¡Papá había dicho que mientras él siguiera vivo jamás iba a tirar o regalar su ropa! ¡Y mirá lo que hizo!
Gina: Capaz no lo hizo porque sí, ¿Y si capaz no tenía nada para abrigarse? Esa chica vino acá con un overol así, corto, con el frío que hacía afuera...
Lorenzo: ¡Pudo haber usado algo tuyo, o haberle comprado ropa! ¡No darle la de mi mamá!
Gina: Yo solo te digo que no te hagás problemas por eso. Ya estás bastante estresado con todo esto de las bodegas, o no?
Lorenzo: Sí, eso es verdad.
Gina: ¿Querés que te haga un café? Creo que lo necesitás...
Lorenzo: Bueno, dale... gracias, Gina.
*Lorenzo pega un suspiro*
*Después*
*Antonella y Pablo paseaban por las calles*
*Antonella estaba un poco preocupada y él se dio cuenta*
Pablo: ¿Qué te pasa, Anto?
Antonella: No es nada...
Pablo: Si es por lo que pasó en la casa...
Antonella: Es que... ¿por qué Lorenzo reaccionó así? No entiendo...
Pablo: Lorenzo anda un poco estresado, no te angusties por él...
Antonella: ¿Es por algo más?
Pablo: Es que... lo que pasa es que esa ropa era de su mamá...
Antonella: ¿Cómo? ¿Acaso ella...?
Pablo: Sí, y nosotros nunca volvimos a abrir su armario en años después de eso... al verte con ese suéter se descolocó un poquito...
Antonella: Ay, no, perdón...
Pablo: ¿Por qué perdón?
Antonella: Porque te metí en un problema con tu hijo... si hubiera sabido, habría salido como estaba antes y ya está...
Pablo: No, no, no te disculpes. Vos no podías salir de esa forma, te podías enfermar. Además, Lorenzo no tiene idea, pero ella siempre quiso que su ropa la donaramos o que la regalaramos después de su muerte... yo solo no lo hice por él...
Antonella: Pero... ¿Puedo preguntarte algo?
Pablo: Claro, sí...
Antonella: ¿Cómo fue? Si te molesta la pregunta, no hace falta que me digas...
Pablo: Ella estaba muy enferma... y cuando nosotros lo supimos, le quedaba pocos meses de vida... esos meses los aprovechamos como nunca... *sonriendo*
Antonella: ¿La extrañás?
Pablo: Sí, la extraño mucho. Por suerte pude rehacer mi vida, pero me costó superarlo en 4 años...
Antonella: Claro... lo entiendo. Y ahora entiendo la molestia de él...
Pablo: Pero vos no te preocupes por Lorenzo, yo voy a hablar con él.
Antonella: De todas formas, no quiero seguir usando esto. No quiero ocasionar molestias. Capaz consigo plata y puedo comprarme la mía...
Pablo: No, Antonella, vos no vas a conseguir plata. La realidad es que yo te iba a dar plata para que compraras, pero como todo esto pasó muy rápido no quería agobiarte. Así que prefería dejarlo para mañana.
Antonella: Ahh, entiendo, claro.
Pablo: ¿Y? ¿Te gustó un poco el pueblo?
Antonella: La verdad, me encantó. Yo ya había estado antes en este pueblo, solo que no lo había recorrido bien. Está muy lindo. Hay lugares hermosos, es muy colorido.
Pablo: Sí, eso es lo que tiene. Es muy pintoresco.
Antonella: Che, Pablo, te puedo pedir algo?
Pablo: ¡Claro, decime!
Antonella: ¿Puedo seguir caminando solo un poco sola, y recorrerlo de nuevo? Es que hay lugares muy lindos, y los quiero dibujar.
Pablo: Pero Antonella, no conocés mucho de este lugar. ¿Y si te perdés?
Antonella: No me voy a perder, tranquilo. Yo sé cómo llegar de nuevo. Tengo memoria y vos me enseñaste casi todo... *sonriendo*
Pablo: ¿Estás segura? No quiero que te pase nada.
Antonella: Vos quedate tranquilo. No me va a pasar nada, yo sé manejarme en la calle. Es más, podés ir a casa y charlar con tu hijo mientras yo paseo...
Pablo: Hmm, está bien, tenés razón. Pero por favor, cuidate, sí? Y si no sabés como volver o algo, pedile un teléfono a alguien y llamame, este es mi número.
*Y él le entrega un papelito*
Antonella: Bueno, dale, está bien. Podés quedarte tranquilo.
Pablo: Bueno, Anto, chau. Cuidate, eh...
Antonella: Sí, Pablo, tranquilo, chau... *sonriendo*
*Entonces Pablo se va de allí, y Antonella muy feliz, sigue caminando*
*Varios minutos después*
*Ella estaba caminando alegremente, entonces pasa al lado de una cafetería*
*Ella se percató y volvió para verla*
*Al verla quedó fascinada*
Antonella: ¡Ay, qué lugar tan lindo! ¡Es pequeño pero muy lindo!
*Ella se sienta en un asiento de piedra que había allí*
*Iba a dibujar, pero se detuvo*
Antonella: No, hay mucho viento, mejor no... mejor voy a verlo por dentro... *sonriendo*
*Entonces ella decide entrar en el lugar*
*Lo miraba fascinada, y lo contemplaba*
*Al entrar no había clientes, solo había una chica, charlando sentada en un taburete, charlando con el barista*
*La chica tenía cabello castaño hasta por debajo de los hombros, un flequillo y estaba con un vestido gris*
*Mientras que el chico estaba vestido de mozo, tenía cabello negro, corto y ojos azules*
*Entonces la chica y el chico voltean a ver a Antonella, algo confundidos, y susurraban*
Malena: ¿Y esa chica? No la había visto en mi vida por el pueblo...
Mariano: Andá a saber, capaz es nueva...
*Entonces Malena va dónde está Antonella*
*Mariano queda confundido con eso y también se acerca un poco a ellas*
Malena: Hola, vos quién sos? ¿Sos nueva por acá?
*Antonella estaba confundida*
Antonella: Ehh, sí, soy nueva...
Malena: Ay, ¿pero sabes qué? Los nuevitos así como vos se van a sentar en las mesas de afuera. Chinita.
Mariano: ¡Malena, no seas mala onda!
*Entonces Antonella se va de ahí a afuera, con mala cara*
*Y Mariano la miraba con enojo a Malena*
Mariano: No tenías que ser así...
Malena: Ay, tampoco es para tanto.
*Entonces Mariano siente un impulso ciego y va atrás de ella*
*Ella paseaba alrededor de las sillas, mientras giraba y tenía la cabeza hacia atrás. Entonces ella hace hacia atrás y se estaba por caer en una fuente, pero Mariano corre hacia ella y le sostiene la espalda para que no se caiga*
Mariano: ¡Señorita, cuidado!
*Los brazos de Mariano rodeaban la cintura de Antonella*
*Y sus miradas se cruzaban, con confusión y una sonrisa que expresaba más que mil palabras*
*Ellos se miran unos segundos en silencio*
Mariano: Casi se cae, señorita...
Antonella: Y usted me salvó... *sonrisa*
Mariano: ¿Quién sos?
Antonella: Antonella... Me llamo Antonella...
Mariano: Un gusto, Antonella, yo soy Mariano...
Antonella: Mariano...
*Ellos se seguían mirando a los ojos*
*Y Malena miraba toda la situación a lo lejos, con enojo*
*Y va hasta ellos*
Malena: ¡Hermoso, qué lindo!
*Y ella agarra del brazo a Mariano y lo separa de Antonella*
Malena: Deberías ser menos torpe, ¿no te parece?
*Antonella la miraba con enojo*
Mariano: Malena, no seas mala...
Malena: Yo a vos nunca te vi por acá.
Antonella: Porque soy nueva.
Malena: Ya me parecía... *risa disimulada*
Antonella: ¿Perdón? ¿Qué quisiste decir?
*Antonella se acerca a ella y Mariano las separa*
Malena: Ay, mejor me voy. No puedo con tanta poca clase...
*Malena se va de allí, riéndose*
*Y Antonella la miraba con enojo mientras se iba*
Mariano: Perdonala, por favor. Ella es así, a veces es muy pesada.
Antonella: Sí, no pasa nada...
Mariano: ¿Así que recién te mudaste al pueblo?
Antonella: Ehh... sí, me mudé...
Mariano: ¿Querés que te haga algún jugo o algo?
Antonella: No puedo, no tengo cómo pagarte... *sonrisa*
Mariano: No importa. La casa invita para chicas lindas...
*Antonella rie*
Antonella: Solo un jugo de naranja...
Mariano: Bueno... ¿y cómo va eso? ¿Pudiste recorrer el pueblo?
Antonella: Sí, sí. Es muy lindo. Comparado al lugar donde vivía antes...
Mariano: ¿Dónde vivías antes?
Antonella: Ehh... vivía... en el pueblo de acá al lado....
Mariano: Ah, sí, igual no está tan mal, eh. Yo fui algunas veces, estaba copado dentro de todo...
Antonella: Sí, dentro de todo... *riendo*
Mariano: ¿Y cuántos años tenés?
Antonella: Tengo 17...
Mariano: Ah, ¿en serio? Yo tengo 19...
Antonella: Ohh, no me digas... ¿Pero hace cuánto trabajas?
Mariano: ¿De barista? 1 año y medio, por eso no ves este lugar tan... lleno de gente...
Antonella: Claro, entiendo... ¿y qué onda? ¿Te gusta trabajar de esto?
Mariano: Sí, dentro de todo me gusta... aunque admito que hubiera querido trabajar de otra cosa...
Antonella: Ahh, te entiendo...
Mariano: ¿Querés sentarte?
Antonella: Claro...
*Ellos dos se van de ahí a una mesa y se sientan*
*Mientras tanto*
*En la casa de Pablo*
Lorenzo: ¡Qué bueno que llegaste! ¡Porque quería hablar con vos!
Pablo: Sí, ¿sabes algo? Yo también quería hablar con vos...
Lorenzo: ¿Y de qué?
Pablo: Me parece que te pasaste un poquito con Antonella, ¿no te parece?
Lorenzo: ¿Yo me pasé? ¡Vos te pasaste!
Pablo: ¿Yo? ¿Y yo por qué?
Lorenzo: ¿Por qué tenías que darle justo la ropa de mi mamá? ¿Qué te costaba darle ropa de Gina, o darle plata para que se compre ella?
Pablo: No seas tonto, Lorenzo. La ropa de Gina no iba a entrarle, le iba a quedar muy grande. Yo sentía que la ropa de tu mamá sí le iba a quedar, y le quedó. Las dos son bajitas...
Lorenzo: ¿¡Pero por qué tenías que hacer eso!?
Pablo: ¡Pero escuchame una cosa! ¿No podés darte cuenta de que ella no tenía nada para abrigarse? ¡Está helado afuera! ¡Y estaba con ese overol corto!
Lorenzo: ¡Insisto! ¡Pudiste haberle dado plata para que se comprara ropa ella!
Pablo: Es el primer día que está acá, ¿es tan difícil tener un poco de empatía? Ella no vivía como vos vivís, yo fui a buscarla a un orfanato. ¿Vos tenes una idea de cómo es estar en esos lugares?
Lorenzo: ¿A qué querés llegar?
Pablo: A que todo fue muy rápido. La pobre estaba re confundida. No iba a aturdirla dándole plata para que vaya sola a comprar. Ni siquiera conocía el pueblo.
Lorenzo: ¡Da igual, vos traicionaste a mamá!
Pablo: ¿Podés dejar de dramatizar? ¡Eso no es traicionar! ¡Tu mamá quería que luego de su muerte, no guardaramos su ropa! ¡Yo si la guardé, lo hice por vos!
Lorenzo: ¿Entonces vas y se lo das a cualquier desconocida que cruza esa puerta?
Pablo: Yo no pensé que fueras así. Ella no es cualquier desconocida, es tu prima. Y viene de pasar una situación terrible, lo único que esperaba de vos, lo mínimo, era empatía.
Lorenzo: ¡Yo tengo empatía! ¡Pero es el primer día que está acá! ¿Y querés que ya la trate como mi prima? ¡Ni siquiera la conozco! ¡Y ni siquiera sé si quiero conocerla del todo después de lo que hiciste ahora!
Pablo: Sos peor que un nene, Lorenzo. Actuás PEOR que un nene. Ella no tiene la culpa de nada, y ahora, cuando venga, le vas a pedir perdón.
Lorenzo: ¿Perdón por qué?
Pablo: ¡Capaz porque le gritaste! ¡Es el primer día y ya la recibiste así! ¡Entendé que ella no viene de pasar las mejores situaciones!
Lorenzo: Le voy a pedir perdón, pero estoy muy enojado con vos.
Pablo: Yo por el contrario, estoy muy decepcionado. Porque yo no pensé que fueras así. Yo esperaba que la recibieras bien, que tuvieras empatía, ¿Por qué no intentas llevarte bien con ella? No seas tonto. Hasta puede salir bien, los dos tienen casi la misma edad.
Lorenzo: Pero no la conozco, y vos tampoco la conocés. ¿Cómo me pedís que me lleve bien con alguien que ni conozco? ¿Cómo sabés si es o no una buena persona?
Pablo: Para eso hay que conocerla, Lorenzo. Por eso te digo, intentá conocerla, date esa oportunidad. Tienen casi la misma edad los dos, capaz se terminan llevando bien.
Lorenzo: Yo puedo intentar lo que vos quieras, pero por favor, no le des nada más de mi mamá...
Pablo: No le iba a dar más ropa de tu mamá. Además, ella me dijo que ya no quería, para no tener problemas con nosotros. Mañana nos vamos a ocupar de la ropa. Por hoy, solo dejala, está bien? Y disculpate con ella cuando venga...
Lorenzo: Está bien, para que veas que tengo voluntad, que no soy egoísta ni nada, lo voy a hacer.
Pablo: Me parece bien...
*2 horas más tarde*
*En la cafetería*
*Antonella y Mariano estaban en una mesa de afuera, conversando, muy interesados*
Mariano: ¿Te cuento algo?
Antonella: Dale... *sonriendo*
Mariano: En realidad, a mí no me gusta trabajar de esto. Mi sueño es ponerme una vinoteca.
Antonella: ¿En serio? ¿Una vinoteca? ¿Qué es eso?
Mariano: Un bar de vinos, una vinoteca...
Antonella: ¿De vinos? Que copado... ¿te gustan los vinos, entonces?
Mariano: Me encantan los vinos, yo tengo mi propia bodega. ¿Sabías?
Antonella: ¿En serio? ¡Que copado! O sea... ¿vos los haces?
Mariano: Sí, en realidad mi familia los hizo, todo eso me encanta... lástima que hay personas que a veces pisotean ese sueño...
Antonella: Si es tu sueño, intenta conseguirlo. No le hagas caso a la gente...
Mariano: ¿Vos decís?
Antonella: ¡Sí! Es más, cuando quieras, si vos querés, yo puedo probar alguno de esos vinos que hacés... *sonriendo*
Mariano: ¿En serio me lo decís?
Antonella: ¡Ay, obvio! Es más, sería el primer vino que yo pruebe...
Mariano: Estaría re piola, gracias Antonella...
Antonella: No hay de qué...
Mariano: ¿Y vos? Yo te conté todo de mí, contame algo de vos...
Antonella: ¿Algo de mí? No sé... ¿qué podría contarte de mí? *nerviosa*
Mariano: ¿Cuáles son tus aspiraciones?
Antonella: La verdad es que no sé... a mí me gusta dibujar, pero no sé si llegás a algún lado dibujando...
Mariano: ¿Dibujás? ¡Qué copado! Yo apenas puedo dibujar un perro y hasta ahí... *riendo*
*Ambos ríen*
Antonella: Sí, igual no sé si dibujo bien, todos me dicen que hago dibujos horribles.
Mariano: ¿A vos te gusta dibujar?
Antonella: Sí, me encanta.
Mariano: Entonces, ya está. Es importante que a vos te guste.
Antonella: Sí, es verdad...
Mariano: ¿Hoy es tu primer día en el pueblo?
Antonella: La verdad que sí, pero por suerte pude recorrerlo muy bien. Por eso llegué hasta acá... *sonriendo*
Mariano: Y me alegro de eso, sos muy divertida, Antonella. Fue re lindo charlar con vos...
Antonella: Gracias... también fue lindo charlar con vos. Yo no tengo amigos, la verdad...
Mariano: Bueno, si querés, podemos serlo.
Antonella: ¿En serio?
Mariano: Claro que sí. Presiento que nos vamos a llevar muy bien...
Antonella: ¡Gracias, estoy encantada! Pero ya me tengo que ir, se está haciendo de noche y se va a preocupar mi familia...
Mariano: Bueno, está bien. Me divertí mucho, la verdad...
Antonella: Yo también... *sonriendo*
*Ella se levanta de la silla*
Antonella: Chau... ¿cómo era?
Mariano: Mariano...
Antonella: ¡Ah, chau, Mariano! ¡Nos vemos!
Mariano: ¡Nos vemos, Antonella!
*Antonella se va de allí corriendo*
Mariano: Y ojalá que muy pronto...
*Él la mira irse con una sonrisa*
*Minutos más tarde, por el anochecer*
*Antonella vuelve a su casa, muy feliz*
*Entra ahí, y al verla se alegran todos*
Pablo: ¡Antonella!
Antonella: Hola...
Pablo: ¡Pudiste volver! Me estaba preocupando...
Antonella: Perdón, me entretuve y se me fue el tiempo.
*Entonces Lorenzo se acerca hasta ella*
*Y Antonella estaba confundida*
Lorenzo: Hola, Antonella...
Antonella: Lorenzo, hola... ¿cómo estás?
Lorenzo: Bien, bien. Escuchame, quería decirte algo.
Antonella: ¿Qué pasa?
Lorenzo: Yo... te quiero pedir disculpas, por lo de hoy. No sé qué me pasó, me exalté y... no fue lo correcto...
Antonella: No pasa nada, tranquilo. Pablo me explicó todo, y lo entiendo. Yo no quería hacerte pasar un mal rato.
Lorenzo: Sé que no, tranquila...
Antonella: Yo a ustedes no les quiero dar ninguna molestia.
Pablo: Pero si no das ninguna molestia, Anto. Está todo bien.
Gina: Vos tranquila, querida.
Pablo: Mañana yo te voy a dar plata para que te puedas comprar ropa, quedate tranquila.
Antonella: Está bien, gracias, Pablo.
Gina: Querida, no querés comer algo?
Pablo: Es verdad, hoy no comiste nada en todo el día, debes tener hambre...
Antonella: No se preocupen, me tomé un jugo en una cafetería...
Gina: ¿Cómo que un jugo, querida? Nada de eso, tenés que comer. Ahora te preparo algo.
Pablo: Gina cocina espectacular. Estoy seguro de que te va a gustar.
Antonella: Dale, me gusta la idea...
Gina: Vení, vení, pasá al comedor...
*Ella va hasta el comedor*
*Al día siguiente*
*Por el mediodía*
*En otra casa*
*En el living, se encontraba una chica, probándose un vestido de novia, con su madre atrás*
*Giuliana era una chica de cabello castaño, ondulado hasta los hombros, de ojos castaños y de estatura alta, con unos hoyuelos muy lindos*
*Chiara (quien era su madre) era una mujer de cabello largo y ondulado, con ojos castaños. Vestía un vestido muy largo, de color rosa*
*Giuliana estaba demasiado incómoda*
Chiara: ¿Y, mi amor? ¿Cómo te queda?
Giuliana: Ay, no sé, me aprieta, mamá...
Chiara: ¿Cómo que te aprieta?
Giuliana: Me aprieta, lo siento demasiado ajustado...
Chiara: Pero Giuli, estamos a 2 días de la boda... no tenemos tiempo de conseguir otro vestido...
Giuliana: Ya sé, mamá, pero lo siento muy ajustado en la cintura...
Chiara: ¿Y ahora cómo hacemos?
Giuliana: No tengo idea, mamá. Pero no quiero usar esto, es muy apretado...
Chiara: Y no lo vas a usar, quedate tranquila, vemos como hacemos.
*Entonces Giuliana se entristece*
Chiara: Ey, hija, por qué te pones mal? Solo es un vestido, ahora vemos como hacemos...
Giuliana: No es por el vestido, mamá.
Chiara: ¿Entonces?
Giuliana: Es que no sé si estoy lista para casarme...
Chiara: ¿Y eso por qué?
Giuliana: Porque siento que esto es muy forzado y la única interesada soy yo. César no está haciendo nada...
Chiara: Porque César está ocupado con tu padre, arreglando otras cosas.
Giuliana: Claro, los negocios, pero no nuestro casamiento, para variar, no?
Chiara: Ay, pero calmate, hija. No dejes que esos pensamientos arruinen un momento tan feliz como tu casamiento.
Giuliana: Capaz tenés razón, pero me gustaría ver un poco más de interés en él.
Chiara: Bueno, esas cosas las podés charlar con él. No quiero que un día tan feliz para vos se estropee, hija...
Giuliana: Tranquila, mamá. No se va a estropear. Capaz estoy exagerando un poco y ya está... *sonriendo*
Chiara: Está bien, hija. Y por el vestido no te preocupes, vemos cómo hacemos...
Giuliana: Bueno, mamá, gracias...
*Chiara le da un beso en la mejilla y se va de ahí*
*Y Giuliana baja la sonrisa y se entristece nuevamente*
*Más tarde*
*En la casa de Pablo*
*Antonella estaba entrando ahí, con dos bolsas*
*Pablo estaba leyendo un diario en la mesa del comedor*
*Y Antonella va donde está él*
Antonella: Hola...
Pablo: ¡Hola, Anto! ¿Fuiste a comprar ropa al final?
Antonella: Sí, solo lo justo y necesario. Gracias...
Pablo: No me agradezcas, está todo bien, Anto. Lo que vos necesites, me lo podés pedir.
Antonella: Gracias por ser tan bueno conmigo... *sonriendo*
*Pablo al escuchar eso se pone feliz, y le sonríe*
*Y Lorenzo va donde está Pablo*
Lorenzo: Papá...
Pablo: ¿Qué pasa, Lorenzo?
Lorenzo: ¿Hoy vamos a lo de los Montero?
Pablo: ¿Qué? No, por qué querés ir a esa casa?
Lorenzo: Faltaron asuntos por resolver, y lo sabés.
Pablo: No seas tonto, Lorenzo. Marco no me puede ni ver, y de preferencia, yo tampoco.
Lorenzo: Pero Chiara sí te puede ver.
Pablo: No tiene nada que ver, no mezcles, es un no.
Lorenzo: Pero pensalo.
Pablo: Por favor, no me estreses más, Lorenzo. Además, ¿y Antonella, qué?
Antonella: Por mí no se preocupen, me quedo con esa señora agradable... Me olvidé su nombre...
Lorenzo: Ni hace falta que te quedes. Papá, puede venir con nosotros ella. Así de paso conoce un poco a nuestros "vecinos"...
Pablo: No la metas a la pobre en estos líos, por favor...
Lorenzo: No la estoy metiendo, la estoy integrando, que es diferente. Sino, que se aburra acá, con Gina.
Pablo: No, aparte Gina va a salir a comprar ahora.
Lorenzo: ¡Con mayor razón! ¡No vamos a dejarla en casa sola!
Antonella: Yo puedo ir, si ustedes quieren. Me quedo callada y no molesto.
Pablo: No, no, no es por eso, Anto. ¿Por qué me pones en este aprieto, Lorenzo?
Lorenzo: Solo una palabra; negocios.
Pablo: Vamos a ir, pero quiero que por todo un día no me vuelvas a molestar con estas cosas, está bien?
Lorenzo: Lo que quieras, papá.
Antonella: Esperen que me cambio.
Pablo: No, no, tranquila. Así estás bien.
*Pablo deja el diario y se levanta de ahí*
Pablo: Mirá en lo que metes a la pobre Antonella.
Antonella: Yo estoy bien, me gusta conocer.
Lorenzo: ¿Viste, papá? Vamos, entonces.
*Ellos se estaban yendo*
Gina: ¿A dónde van, chicos?
Pablo: Vamos y volvemos en un rato. No vamos a tardar tanto...
Gina: Ah, perfecto. Yo voy a comprar así que...
Pablo: Sí, por favor, acordate de cerrar con llave, sí?
Gina: Sí, sí, tranquilo.
Pablo: ¡Bueno, chau, Gina!
Gina: ¡Chau!
*Ellos tres se van de ahí*
*Después de minutos*
*En casa de Giuliana*
*Estaban todos en el sillón, Marco estaba leyendo el diario, y Chiara y Giuliana estaban conversando*
*Entonces tocan la puerta*
Marco: Chiara, andá a ver quién es...
*Chiara suspira enojada, y se levanta*
Chiara: ¿Siempre tengo que abrir yo la puerta?
Marco: Pero claro, cariño. Yo estoy leyendo.
*Chiara va hacia la puerta, y la abre*
*Al abrirla eran ellos tres*
*Chiara estaba sorprendida*
Chiara: ¡Pablo, qué sorpresa!
Pablo: Hola, Chiara. *sonriendo*
Chiara: Pasen, pasen.
*Ellos tres pasan adentro de la casa*
*Giuliana, César y Marco se levantan del sillón*
*Marco y César estaban incómodos*
*Giuliana estaba confundida*
Pablo: Hola, Marco, hola Giuliana...
Giuliana: Hola...
Marco: Pablo, qué hacés por acá?
Pablo: Excelente pregunta...
*Pablo mira a Lorenzo*
Lorenzo: Vinimos a hablar con vos, de negocios.
Marco: ¿Ah sí?
Lorenzo: Sí, exacto.
Marco: ¿Y esa chica también vino a hablar de negocios?
*Todos miran a Antonella*
Chiara: Es verdad, Pablo, quién es ella? Nunca la vi antes...
Pablo: Ella es mi sobrina, se llama Antonella...
Chiara: ¿Sobrina? ¿En serio? ¿Pero cómo? ¿Ella no estaba...?
Antonella: ¿No estaba qué?
Chiara: Nada, nada...
Marco: ¿Con que sobrina, Santander? ¿Y esto cuándo pasó?
Pablo: Pasó ayer.
Marco: ¿Y por qué la trajeron con ustedes?
Pablo: Porque no iba a dejarla sola en la casa.
*Giuliana se acerca a Antonella, y extiende la mano*
Giuliana: ¡Hola, soy Giuliana!
*Antonella la mira con confusión y a la defensiva*
*Entonces le corresponde, con un poco de recelo*
Antonella: Hola, Antonella...
Marco: Bueno, si de negocios quieren hablar, con mucho gusto. Vamos a mi oficina de trabajo.
Pablo: Bueno, dale.
*Ellos tres se van de allí*
*César también se estaba yendo*
Giuliana: Amor, te vas?
César: Sí, amor, son negocios.
Giuliana: Pero quería que viéramos juntos los detalles de la boda...
César: Pero esto es importante, querida. Además, en esas pequeñeces sos muy buena...
Giuliana: ¿Pequeñeces?
César: Claro, vos lo dijiste. Son detalles, y los detalles son pequeñeces. Vos sos muy buena en eso, así que confío en que te encargues vos.
*César se va de ahí*
*Giuliana estaba triste*
*Y Antonella estaba incómoda*
Antonella: ¿Está... todo bien?
Giuliana: Sí, los hombres y el trabajo. Sabés como son...
Antonella: No, no lo sé... ¿son así?
Giuliana: Y a veces hasta peor. ¿O no, mamá?
Chiara: Ni me lo digas...
Antonella: Bueno, gracias por decirme... así me preparo para el futuro...
*Giuliana se ríe, y Antonella también*
*Entonces Antonella saca su teléfono del bolsillo y se acerca a Giuliana*
Antonella: Decime tu número y lo agendo...
*Chiara miraba todo confundida*
Giuliana: Dale... Anotá.
*Chiara seguía confundida y observaba la situación a lo lejos*
*1 hora más tarde*
*Pablo, Antonella y Lorenzo iban caminando por las calles y las veredas*
Lorenzo: Ehh, pero dentro de todo, salió bien, o no?
Pablo: Salió perfecto, pero no quiero que vuelvas a meterla a Antonella en estas cosas.
Lorenzo: Pero si no le molestó, ¿o no Antonella?
Antonella: No, no me molestó. Giuliana es buena onda, me cayó re bien.
Lorenzo: ¿Quién diría que conectarías justo con Giuliana?
Pablo: Y me alegro, pero no quiero involucrarla en estas cosas. Es muy complejo.
Antonella: Yo no entiendo nada... ¿de qué hablan? ¿Negocios de qué?
Lorenzo: Sos curiosa, Antonella, eh.
Antonella: Sí, lo soy. Quiero saber.
Lorenzo: Es muy complejo, te explicamos en la casa.
*Antonella al caminar, ve la cafetería de Mariano*
*Y la mira mientras sonríe, quedándose atrás de los chicos*
*Los chicos se dan cuenta que Antonella no estaba*
Pablo: ¿Y Antonella?
*Y se dan vuelta*
Lorenzo: Se distrajo, parece.
*Antonella después mira a su alrededor, al darse cuenta que ellos estaban lejos, se asusta y va corriendo hacia ellos*
Pablo: ¿Qué pasó, Anto?
Lorenzo: Te distrajiste, estábamos caminando y te perdimos por un segundo.
Antonella: Perdón, es que el paisaje es muy lindo. Me distraje viéndolo...
Lorenzo: Estás muy fascinada con el pueblo, creo yo.
Pablo: Y yo la entiendo. Es hermoso.
*Ellos siguen caminando*
*Por otro lado*
*En casa de Chiara*
*Todos estaban en el patio, merendando, bajo una sombrilla*
*Y estaban conversando entre ellos*
Marco: ¿Y vieron a la sobrina de Santander?
Chiara: Y dale, se llama Pablo. *enojo*
Marco: Es lo mismo, se entiende.
Giuliana: A mí me cayó bien, es simpática.
Chiara: Sí, dentro de todo era simpática, aunque algo perseguida...
Marco: Con todo respeto, yo no creo que sea la sobrina.
Chiara: ¿Cómo?
Giuliana: ¿Por?
Marco: No sean ingenuas, ¿le salió una sobrina de la nada? Ella ni vivía con él.
Chiara: Tiene sentido que sea la sobrina. Entre nosotros, yo conozco a la hermana de Pablo, y me acuerdo que había abandonado a un bebé cuando era más joven.
Giuliana: ¿Cómo? ¿No tiene padres?
Chiara: Y no, hija.
Marco: Bueno, tiene sentido igual. Capaz la sacó de la calle.
Chiara: ¿Por qué lo decís así? ¿Y qué problema hay si así fuera?
Marco: Querida, no la viste? ¿No viste su apariencia, cómo estaba vestida?
Giuliana: A mí me gusta esa vestimenta.
Marco: Ay, no, hija, haceme el favor. Me hizo acordar a una hippie vestida así. Tanta vulgaridad en una sola persona...
Chiara: ¿Qué problema tiene cómo esta vestida? Es su elección.
Marco: Y no me puede importar menos si es su elección. Yo solo digo lo que yo creo.
Chiara: A mí algo que me pareció raro fue lo del teléfono...
Giuliana: ¿Qué tiene el teléfono?
Chiara: Hija, es un teléfono muy caro. ¿De dónde lo habrá sacado?
Marco: Seguro lo robó, no me sorprendería.
Giuliana: La forma de vestir no importa, es una chica muy linda. Es risueña, alegre, divertida, simpática, no sé, me cayó bien...
Thiago: ¿Qué pasa, Giuli? ¿Tenés una nueva amiga? Si hacen pijamada, me invitas? *riendo*
Giuliana: Ay, Thiago, cortala... ¿Sí?
Chiara: Ay, dejala en paz, prefiero esa amiga que todas esas otras amigas que tiene.
Giuliana: ¿Ya van a empezar a criticar a mis amigas?
Chiara: Esas amigas hablaron mal de vos el año pasado, o me equivoco?
Giuliana: Sí, mamá, pero ya está.
Marco: De todas formas, no sé si es mejor que sea amiga de la sobrina de Pablo Santander.
Chiara: ¿Y por qué no?
Marco: Porque son la competencia, Chiara. Además, no está a la altura de nuestra hija. Ninguno de ellos.
Chiara: No metas a nuestra hija en esos asuntos. Que sea amiga de quien quiera, y ya está. Y dejá de hablar así de esa chica, ni la conoces.
Marco: Vos la defendés así porque es la sobrina de Santander. Por eso.
Chiara: Basta de decirle así, se llama Pablo. ¿Y qué tiene que ver que sea su sobrina?
Marco: Y que estás enamorada de él, no soy tonto, podrías disimular mejor, Chiara.
Chiara: Y ya empezaste de nuevo.
Giuliana: ¡Papá! ¡No digas esas idioteces!
Thiago: Mamá, papá, ¿por qué se pelean por esas personas? No vale la pena.
Marco: Es tu mamá quien los defiende.
Chiara: ¿Sabés algo, Marco? Ya me pusiste de malhumor, así que mejor me voy.
*Chiara se levanta y se va*
Marco: Ay, por favor, que sensible que es tu mamá...
Giuliana: Ajá, sí...
*Giuliana mira con molestia*
*Por otro lugar*
*En la cafetería*
*Antonella estaba sentada en un sillón que había ahí, dibujando*
*No había nadie, y Mariano no estaba*
*Es entonces que Malena entra al lugar*
*Estaba confundida cuando vio que Mariano no estaba, pero entonces, ve a Antonella a su derecha*
*Algo molesta va a acercarse a ella*
Malena: Vos acá de nuevo...
*Antonella levanta la mirada*
Antonella: Ah, vos otra vez...
Malena: Sí, lo mismo digo... ¿cómo era que te llamabas?
Antonella: Antonella...
Malena: Ah, ok. ¿Y Mariano?
Antonella: Ni idea, no estaba cuando vine...
*Malena mira al cuaderno de Antonella, y le llama la atención*
Malena: ¿Y eso?
Antonella: ¿Esto? Un cuaderno...
Malena: Ay, qué graciosa. ¿Qué estás haciendo?
*Malena le saca el cuaderno*
*Antonella se confunde y se enoja*
Antonella: ¿Qué hacés? ¡Damelo!
*Malena ve que estaba dibujando el paisaje de la cafetería*
Malena: Wow, cómo se nota que te encantó la cafetería, no?
Antonella: ¡Dame eso!
Malena: Bajame un cambio, eh. Vos no podés estar dibujando estas cosas sin permiso, sabías?
Antonella: ¡Pero si no hago nada malo, dame eso!
*Antonella intenta sacárselo, y Mariano iba entrando al lugar con unas bolsas*
Mariano: ¡Ey, ey, chicas! ¿Qué pasa acá?
Antonella: ¡Ella tiene mi cuaderno y no me lo quiere dar!
Malena: ¿Sabés por qué se lo saqué? Porque estaba dibujando este lugar, sin tu permiso.
Antonella: ¿Pero por qué permiso? ¡Literalmente solo es un dibujo! ¡No hago nada malo!
Mariano: Malena, no estarás exagerando un poco? Solo está dibujando, a ella le gusta dibujar.
Malena: Yo tendría cuidado, Mariano...
Mariano: ¿Por qué cuidado? Es más, me agrada saber que le gustó tanto como dibujarlo.
Malena: Y con esa pinta que tiene, para mí deberías sospechar. No vaya a ser que te quiera robar.
*Antonella se lo saca de la mano*
Malena: Ay, qué atrevida sos.
Antonella: Esto es mío.
Malena: Tené cuidado, Antonella. Te observo...
Mariano: Ay, Malena, cortala. Dejala en paz.
*Malena se va de ahí*
Mariano: En serio, perdonala por las molestias. Ella es medio desconfiada.
Antonella: Yo solo estaba dibujando...
Mariano: ¿Querés mostrarme?
*Antonella le da el cuaderno*
Mariano: Es hermoso. Dibujás muy lindo, Antonella.
Antonella: Gracias, supongo...
Mariano: ¡Y, ey! ¡Te acordaste de este lugar para volver!
Antonella: Obvio, ¿cómo no volver? Sos copado...
Mariano: ¿Pero hace cuánto estás acá? ¿Y por qué entraste?
Antonella: Estoy hace como 20 minutos, en la puerta está el cartel de "abierto". Por eso pasé.
Mariano: ¡Ay, qué cabeza la mía! Me olvidé no sólo de cerrar, sino de cambiar el cartel.
Antonella: ¿O sea que hoy no debería estar abierto?
Mariano: Hoy de día sí, pero por la tarde y noche no, porque fui a comprar cosas para cambiar y eso.
Antonella: Ay, perdón, entonces. ¿Querés que me vaya?
Mariano: Ehh... no. No quiero que te vayas. No sería muy justo. Pero no sé...
Antonella: ¿Entonces querés que me quede?
Mariano: Ehh... bueno, está bien. No creo que haya problemas. *sonriendo*
*Antonella se levanta de allí y va hasta la puerta, entonces cambia del cartel de abierto por cerrado*
Mariano: ¿Y eso?
Antonella: Ah, es que vos dijiste que querías cerrar. Supongo que también para limpiar y esas cosas, no?
Mariano: Sí, sí, exacto.
Antonella: Bueno, hoy es tu día de suerte, entonces. Si querés te puedo ayudar.
Mariano: ¿Segura? No sé, Antonella... la cafetería es mía, yo debería limpiarla...
Antonella: Pero a mí no me molesta ayudar.
*Entonces, Antonella baja las persianas*
Antonella: Y una mano no te vendría nada mal.
Mariano: No te quiero molestar...
Antonella: Pero ya te dije que no me molesta, Mariano.
Mariano: Bueno, dale. *sonriendo*
*Entonces Antonella sonríe*
Mariano: ¿Me esperas? Voy a traer escoba y esas cosas...
Antonella: Claro, no hay problema.
*Mariano se va, unos segundos después, vuelve con escobas y trapos*
Antonella: Che, Mariano...
Mariano: Sí, decime.
Antonella: ¿No tenés música?
Mariano: ¿Música?
Antonella: Sí, así es más divertido. *sonriendo*
Mariano: Sí, tengo. Me gusta la idea.
*Entonces él se va de allí, va hacia la casetera y pone un casete ahí dentro*
*Y empieza a sonar la música*
*Entonces Antonella sonríe y empieza a limpiar con entusiasmo*
*Después de minutos después*
*Antonella estaba limpiando, mientras bailaba feliz*
*Y Mariano la miraba con una sonrisa mientras también limpiaba*
*Por otro lado*
*En la casa de los Santander*
*Ellos estaban charlando, entonces Pablo recibe una llamada*
*Y él la atiende, confundido*
Pablo: ¿Hola?
"Chiara: Hola, Pablo..."
Pablo: ¿Chiara?
"Chiara: La misma..."
Pablo: Qué gusto tu llamada...
"Chiara: *Risa* Sí..."
*Gina hace una expresión de hartazgo*
Pablo: ¿Pasa algo que me llamas?
"Chiara: La verdad, no... Pero te lo quería preguntar..."
Pablo: Decime...
"Chiara: ¿Viste tu sobrina?"
Pablo: Claro, Antonella.
"Chiara: Sí, sobre ella te quería hablar..."
Pablo: ¿Pasó algo? Me enteré que se hicieron amigas con tu hija...
"Chiara: No sé, pero más vale prevenir..."
Pablo: Me confundis...
"Chiara: Mientras ustedes no estaban, ella sacó un teléfono que tenía guardado."
Pablo: ¿Un teléfono? *confundido*
"Chiara: Sí, y me llamó la atención. Es de uno de esos teléfonos que están de moda este tiempo..."
Pablo: No tengo idea... ¿pero qué tiene?
"Chiara: Que me preocupa de donde lo haya sacado..."
Pablo: ¿Vos querés decir que...?
"Chiara: No quiero prejuzgar, solo me extraña..."
Pablo: Bueno... Gracias por decirme, lo tendré en cuenta.
*Entonces Pablo corta la llamada pensativo*
*Y Gina lo miraba con confusión*
Gina: ¿Qué te dijo?
Pablo: Que está preocupada porque le encontró un teléfono carisimo a Antonella.
Gina: ¿Y eso qué tiene?
Pablo: Ella piensa que lo pudo haber robado...
Gina: Qué raro. Cuándo no el rico humillando al pobre.
Pablo: No creo que sea malo que me lo haya dicho.
Gina: Ay, Pablo, es obvio por qué lo dice. Hasta un nene de 10 años lo sabe. Lo dice por su pinta. No entiendo cómo te puede gustar la engreída esa. Que siempre prejuzga a todos, como el marido.
Pablo: Ella no es como el marido.
Gina: Ay, Pablo, date cuenta, son dos caras de la misma moneda.
*Pablo se queda pensativo*
*Después de mucho rato*
*Ya estaba anocheciendo*
*Y ellos ya habían terminado de limpiar*
*Antonella tenía algo de tierra en la ropa, y Mariano también*
Mariano: Muchas gracias, Anto. Quedó hermoso el lugar, mejor que antes.
Antonella: No hay de qué. Me divertí mucho. Me gusta limpiar y también la música. *feliz*
Mariano: Yo también me divertí mucho. No me suelo divertir así cuando limpio. Y de nuevo, muchas gracias. Nunca la pasé tan bien...
Antonella: No pasa nada, los amigos estamos para ayudarnos, ¿no?
Mariano: Sí... gracias. Mirá como quedaste, Anto, te ensuciaste la ropa...
Antonella: ¡Ay, no pasa nada! Al fin y al cabo, iba a ensuciarse. Y me alegro que se haya ensuciado pero de esta forma.
Mariano: Gracias, Anto. Sos lo más. Ahora, andá, ya se está haciendo de noche.
Antonella: ¡Ay, no me di cuenta! ¡Gracias por decirme, Mariano, nos vemos!
Mariano: ¡Nos vemos, Antonella, cuidate!
*Antonella se va corriendo de ahí, y Mariano la mira irse con una sonrisa*
*Entonces, cuando se da vuelta, ve que el cuaderno de Antonella estaba ahí*
Mariano: Ay, no, se olvidó su cuaderno. Bueno, ya tengo una excusa para que venga mañana... *feliz*
*Mariano agarra su cuaderno y lo guarda en un lugar*
*Minutos después*
*En casa de Pablo*
*Antonella entró allí, sin causar mucho ruido*
*Al entrar, estaba Lorenzo y Pablo discutiendo*
*Y se queda en silencio sin hacer mucho ruido*
Lorenzo: ¡Toda la culpa es de él!
Pablo: Lorenzo, te podés calmar?
Lorenzo: ¡No, no me puedo calmar! ¡Se la pasa ensuciando nuestro nombre el tipo ese! ¡No sé quién se cree!
Pablo: Puede hablar mal de nosotros todo lo que quiera, Lorenzo, eso no te tiene que afectar.
Lorenzo: ¡Pero me da bronca que lo haga! ¿Entendés? ¡Porque nosotros no hicimos nada, pero él está encerrado en que nosotros le robamos, y hasta que nadie le demuestre lo contrario, no va a dejar de ensuciarnos por todas partes!
Pablo: Vos sabés bien que Mariano siempre fue muy necio. Eso no lo vas a cambiar. Nosotros ya hablamos con él de más joven, pero ves que no sirvió.
*Antonella estaba muy confundida al escuchar eso*
Lorenzo: Él nos odia, papá. Y más ahora, con Antonella, no siento seguridad.
Pablo: ¿A qué te referís?
Lorenzo: A que él es capaz de muchas cosas, y Antonella es nueva, no conoce. Temo que se aproveche de eso para hacernos algo.
Pablo: Lorenzo, no digas pavadas. Mariano puede decir lo que vos quieras, pero no es capaz de hacer nada más allá de eso. Pensar así es muy rebuscado.
Lorenzo: Me baso en todo lo que lo conozco. Espero que no se cruce con Antonella. Ella no debe confiar mucho en nosotros, y quizá con unas palabras que ese tipo le diga, termina creyéndole.
Pablo: Antonella es muy inteligente, no dudes de eso. Y no tengas miedo, aún si se cruzara con Mariano, no pasaría nada.
Lorenzo: Sí que pasaría, papá. Y eso no lo voy a permitir. Si Mariano Santana llega a poner un dedo en nuestra familia, incluso en Antonella, no dudes en que me va a conocer de verdad.
*Antonella estaba muy confundida y asustada*