[Perspectiva de Margarita]
Tal vez el consuelo que ofrecí a Donald tuvo un efecto increíblemente peculiar, pues rápidamente recuperó su compostura y espíritu, y junto con los otros pocos líderes Licántropos en la sala de conferencias, continuó discutiendo los asuntos pendientes.
La repentina desaparición de Licia ciertamente tenía muchas rarezas, y Donald y yo, en un acuerdo tácito, decidimos no dejar que este evento inesperado nos afectara; nuestra investigación encubierta y la indagación deben continuar, y por supuesto, la búsqueda del paradero de Licia no debe ser olvidada.
Viajamos por la ruta costera y finalmente, en la tarde del segundo día, llegamos al terminal de ferry número 1 del Mar de Lilo, que era el lugar de encuentro previamente acordado con Christian y Elliot.